-Buenos días Magister. ¿Cómo van
las cosas por el Levante?
-Buenos días guerrillero. Bien van las cosas o así lo pretendo.
-Una pregunta, el titular de la
nueva cátedra, ¿es muy "avispao"?
-¿Y esa pregunta?, poco se de él,
la verdad…
-Bueno, es que he leído su toma
de posesión y hombre, un poco carpetovetónico le veo. Ya sabe, soy un poco gato
y siempre me mata la curiosidad.
-¿Sólo un poco carpetovetónico?,
¡jajajajajaja!. Bueno, el hombre se muestra cual es.
-Pues rarito un poco es y verle
abanderar con tanta pasión los valores del pasado no sé si me preocupa o ha de
provocarme risas.
- Mira, yo aún no he hablado de política con él, pero es cierto que es
muy, digamos, "de la vieja escuela". Muy tradicional para ciertas
cosas, proclama valores patrios y según veo, es verdad que no oculta sus simpatías
franquistas.
-Yo es que los nacionalismos,
vengan de donde vengan me inquietan por la razón de ser irreflexivos. Siempre
regreso al mismo punto, como usted indica sabiamente, la cosa es el respeto,
siempre el respeto. Gracias Magister por recordármelo siempre.
-¡Nada nuevo para ti!, pues
siempre lo has practicado, de lo contrario, puedes tener por seguro que nuestra
relación sería muy distinta o de orden diferente. En el caso que nos ocupa nos hemos topado con buena gente, pero algo
simple. En cualquier caso no estoy al caso, como te decía el hombre lleva muy
poco tiempo aquí e imagino que se le irá conociendo.
-Le explico lo que me ha hecho
preguntar. Hoy ha lanzado una oda al bandera española y lo ha hecho en
contraposición a aquellas que supuestamente la menoscaban. Sabe usted que para
mí las banderas, demasiadas veces, son un síntoma de la sinrazón. Bueno, a mi
ver, claro.
-Sólo cuando se hace de ellas un
arma ofensiva, ¿no crees?.
-Sí, útiles si explican algo,
inútiles si tan solo dan sombra a quienes las enarbolan. Pero bueno, esta es
una derivada que no pretendía hacer, la verdad. Hoy quisiera comentarle y
pedirle opinión sobre una cosa.
-Adelante pues, no hace falta
pedir permiso…
-Hoy he pensado un poco y lo
hacía sobre la idea de que siempre se aprende de todo y de todos.
-Y que lo digas. Hasta quien
menos esperas te da alguna idea, aunque sea a la contra
-¡Exacto!. Escuchaba hoy en la
radio el desaforado debate pseudo intelectual
en el que una de las partes abonaban la tesis de que para gobernar se necesita una "élite
intelectual" que controle a una
masa que cree participar. Se criticaba esta posición en Podemos y mire usted, la
cosa, dándole vueltas al peloto, es lo que es. Es decir, algo factible.
-No es la primera vez que lo
escucho, cosa vieja. Despotismo ilustrado, ni más ni menos.
-Mirándonos al espejo, nos guste o no, usted y yo caemos en ello por
activa y por pasiva. ¿Me dirá que no?.
-Guerrillero…. pues no, no puedo decírtelo,
la verdad.
-Sí, lo hacemos. No nos gusta la
idea, nos revuelve en la silla, pero oteamos que o se significan los cincinatos
o Roma desaparece.
-Esperemos no llegar a tanto, aunque al final es recurrir a aquello tan
deprimente de que entendemos el palo i si nos dejan, nos meamos en las gachas.
-Mire, los extremistas tienden al
precipicio, pero en su desaforada carrera para cavar trincheras están acercando a todo el
mundo a la única solución posible, le reces al Altísimo o a Durruti. ¿Me
explico?.
-Perfectamente, son muy beligerantes; lo que no se sabemos nunca
es si se debe a alguna experiencia personal o, sencillamente, es su forma de
ver las cosas, De lo que no cabe duda es que, para ellos, los puentes están
rotos definitivamente y lo que hacen falta son personas de buena voluntad, con
mucha voluntad y que eleven su voz lo suficiente para hacerse oír entre tanto
ruido.
-Bueno, todos somos protagonistas
y actores secundarios y siempre, el papel que jugamos, consciente o
inconscientemente, aporta algo. Cómo antes decía, incluso a la contra. Ese es
el valor que el extremismo tiene en nuestro presente. Nos indica cual es el
camino correcto.Usted lo hace, pero hace falta
más personas que aúnen su voz. Faros que adviertan del peligro que las
trincheras suponen. Bueno, ¿acaso no somos unos de ellos?
-¡Vaya dueto!. Bueno, hacemos lo
que podemos, pero estamos lejos de que se acepte relativizar las cosas en base
a datos y respeto. Aún así, toca confiar en las personas. Sin lugar a dudas,
pues un grano no hace granero pero ayuda al compañero.
-Y así hasta un liberal y un
socialdemócrata cocinan los pollos y evitan cagar las plumas. ¿Lo ve usted?
-Mira que eres puñetero, pero tienes
mucha razón, no queda otra. De hecho, nuestra conciencia, que es nuestro
tesoro, está correspondida y para mí vale muchísimo.
-En cualquier caso es muy duro
aguantar el tirón muchas veces me lo va observando mejor que nadie.
-Pero aguantas muy bien la
posición. Yo aquí lo tengo más fácil, vivimos en cierto modo en retaguardia
pero aún viendo el humo en lontananza, sabemos que los extremos, ocupados por
legiones, para ser batidos requieren de tácticas y estrategias que intuyen
siempre muchas bajas.
-Entonces, fíjese usted, ver
tanta tontuna anima a seguir pareciendo idiota mientras se avanza.
-¡Jajajaja!, eso no es posible en
tu caso, porque -en el buen sentido-estás en el punto de mira. Estoy convencido
que no pasas desapercibido para nada, y que gozas de respeto, más del que
algunos querrían reconocer. Y ahora, deja ya de, cómo tú dices, darle vueltas
al peloto y vete a comer. Yo voy a hacer lo mismo, seguimos luego.
-A sus órdenes Augusto, muchos Trajanos
como usted nos hacen falta.
POLITICA ES MORAL
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