jueves, 19 de mayo de 2016

A ROSELL LO PARIÓ UNA MADRE


"Tener un trabajo fijo y seguro es un concepto del siglo XIX". Joan Rosell

Estoy en ese momento de la vida en el que uno pone por delante del propio, el futuro de las nuevas generaciones. En resumen, uno ya piensa más en Caronte que en Baco y siendo así la cosa, acaba deseando tener algunos escogidos compañeros de viaje al Hades como por ejemplo, el Señor Rosell.

¿Saben?, escuchar las declaraciones de este lumbreras interesado, de este defensor del Santo Grial de la economía moderna y actual presidente de  la CEOE me producen asco, pero por encima de cualquier otra consideración, me da miedo. Un miedo provocado por no haberme equivocado en el pasado al profetizar nuestro presente. Me refiero a que ya somos ganado y de nosotros tan solo ha de resultar útil la carne que alimente a los lobos.

Estoy harto de los encumbrados neo-liberales que diciendo luchar por una economía competitiva, están robándonos la esperanza de ser ciudadanos de una sociedad justa. ¿No vemos quienes nos gobiernan?, ¿no nos damos cuenta que haciéndonos creer que se había acabado la sociedad de clases nos han convertido en animales de granja?. Les ruego que no me salgan con zarandangas, nos han quitado la capacidad de reacción. De no compartir la cosa –habrán de perdonarme-es que ya están abducidos por sus bienes materiales y los aman más que a sus propios hijos. No hay más.

Se me asustan muchos bienintencionados próceres de mi país cuando las posiciones de radicalizan, pero parémonos a pensar en que de seguir ahogando las opciones de los comunes (de los pecados de estos ya hablaremos luego), será la desesperación la que se empodere como ideología. ¿Se atreven a decirme que no?. Exacto, mejor no lo hagan que la bilis hoy amarga…

Vamos a ponernos en harina. Hagamos un seguimiento de factótums del área económica de algunos partidos políticos. No es necesario poner nombre a los sabios, es suficiente citar las empresas en las que desarrollaron sus “capacidades”. ¿Les suenan nombres como Lehman Brothers o Goldman Sachs?, no mientan, a la mayoría de ustedes ni de lejos. Bien, pues esos nombres son sinónimo de economía especulativa y desguace de la sociedad de bienestar basada en la economía productiva.

Lo peor de todo es que sus propuestas se basan es aligerar las estructuras de estado, quitarles competencias y abandonar a su suerte a las poblaciones ordeñadas. El objetivo es debilitarlas tanto que les resulte imposible luchar por algo que no sea la puñetera supervivencia. Pero cuidado, falla algo que el sentido común alumbra: si el ciudadano, aún endeudándose, no puede consumir, el perfecto capitalismo salvaje se hundirá. Como diría un castizo, el burro puede seguir trabajando sin comer, pero al final, espicha.  

¿Esperamos que todo el futuro se base en ese adulterado concepto que llamamos “ser emprendedor”?, ¿creemos que tener un trabajo digno es tener nómina?. Ni por asomo, y somos tan tontos del haba que cuando montamos un chiringuito y generamos una factura nos encumbramos a la élite para auto-otorgarnos la calidad de empresarios. ¡Vamos!, nos han hecho la cama, mejor dicho, nos la hemos hecho nosotros mismos. Es aquí a donde quería llegar, a la absoluta e irrefutable verdad, a la vergüenza que nos afecta a todos, a la causa del regreso de los señores oscuros, a nuestra derrota.

Pensando que todo era gratis, olvidamos que los derechos se consiguen y mantienen cumpliendo con nuestras obligaciones. Creímos que todos éramos clase media y llegamos a convencernos de que las cosas nos pertenecían porque sí y punto pelota. En el momento que vimos a la empresa como un enemigo y no como un bien social en si misma empezamos a hundirnos. Pero claro, si los mismos sindicatos se avinieron a las corruptelas de nuestra clase política, ¿quién quedaba para luchar?, evidentemente nadie.

Ahora, somos una sociedad cara de mantener y necesitada de demasiados servicios. Lo único que se desea de nosotros es que compremos cosas y que cobremos poco o nada. Evidentemente es una ecuación muy mal planteada y que se resuelve tan solo con un gran estallido. Lo único a determinar es el momento, quizás sucederá cuando nuestros viejos no puedan echar una mano a sus hijos y estos no tengan nada que ofrecer a los suyos.

Nos hemos dejado expoliar tan fácilmente que no me extraña que el cabronazo de Rosell afirme sin rubor que aquello que nos pase será culpa nuestra. La madre que lo parió sería una santa pero él…

POLITICA ES MORAL

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