"Tener un trabajo fijo y
seguro es un concepto del siglo XIX". Joan
Rosell
Estoy en ese momento de la vida
en el que uno pone por delante del propio, el futuro de las nuevas generaciones.
En resumen, uno ya piensa más en Caronte que en Baco y siendo así la cosa,
acaba deseando tener algunos escogidos compañeros de viaje al Hades como por ejemplo, el
Señor Rosell.
¿Saben?, escuchar las
declaraciones de este lumbreras interesado, de este defensor del Santo Grial de
la economía moderna y actual presidente de
la CEOE me producen asco, pero por encima de cualquier otra
consideración, me da miedo. Un miedo provocado por no haberme equivocado en el
pasado al profetizar nuestro presente. Me refiero a que ya somos ganado y de
nosotros tan solo ha de resultar útil la carne que alimente a los lobos.
Estoy harto de los encumbrados
neo-liberales que diciendo luchar por una economía competitiva, están
robándonos la esperanza de ser ciudadanos de una sociedad justa. ¿No vemos
quienes nos gobiernan?, ¿no nos damos cuenta que haciéndonos creer que se había
acabado la sociedad de clases nos han convertido en animales de granja?. Les
ruego que no me salgan con zarandangas, nos han quitado la capacidad de reacción.
De no compartir la cosa –habrán de perdonarme-es que ya están abducidos por sus
bienes materiales y los aman más que a sus propios hijos. No hay más.
Se me asustan muchos bienintencionados
próceres de mi país cuando las posiciones de radicalizan, pero parémonos a
pensar en que de seguir ahogando las opciones de los comunes (de los pecados de
estos ya hablaremos luego), será la desesperación la que se empodere como
ideología. ¿Se atreven a decirme que no?. Exacto, mejor no lo hagan que la
bilis hoy amarga…
Vamos a ponernos en harina.
Hagamos un seguimiento de factótums del área económica de algunos partidos políticos.
No es necesario poner nombre a los sabios, es suficiente citar las empresas en
las que desarrollaron sus “capacidades”. ¿Les suenan nombres como Lehman
Brothers o Goldman Sachs?, no mientan, a la mayoría de ustedes ni de lejos. Bien,
pues esos nombres son sinónimo de economía especulativa y desguace de la
sociedad de bienestar basada en la economía productiva.
Lo peor de todo es que sus
propuestas se basan es aligerar las estructuras de estado, quitarles competencias
y abandonar a su suerte a las poblaciones ordeñadas. El objetivo es debilitarlas
tanto que les resulte imposible luchar por algo que no sea la puñetera
supervivencia. Pero cuidado, falla algo que el sentido común alumbra: si el
ciudadano, aún endeudándose, no puede consumir, el perfecto capitalismo salvaje
se hundirá. Como diría un castizo, el burro puede seguir trabajando sin comer,
pero al final, espicha.
¿Esperamos que todo el futuro se
base en ese adulterado concepto que llamamos “ser emprendedor”?, ¿creemos que
tener un trabajo digno es tener nómina?. Ni por asomo, y somos tan tontos del
haba que cuando montamos un chiringuito y generamos una factura nos encumbramos
a la élite para auto-otorgarnos la calidad de empresarios. ¡Vamos!, nos han
hecho la cama, mejor dicho, nos la hemos hecho nosotros mismos. Es aquí a donde
quería llegar, a la absoluta e irrefutable verdad, a la vergüenza que nos
afecta a todos, a la causa del regreso de los señores oscuros, a nuestra
derrota.
Pensando que todo era gratis,
olvidamos que los derechos se consiguen y mantienen cumpliendo con nuestras
obligaciones. Creímos que todos éramos clase media y llegamos a convencernos de
que las cosas nos pertenecían porque sí y punto pelota. En el momento que vimos
a la empresa como un enemigo y no como un bien social en si misma empezamos a
hundirnos. Pero claro, si los mismos sindicatos se avinieron a las corruptelas
de nuestra clase política, ¿quién quedaba para luchar?, evidentemente nadie.
Ahora, somos una sociedad cara de
mantener y necesitada de demasiados servicios. Lo único que se desea de
nosotros es que compremos cosas y que cobremos poco o nada. Evidentemente es
una ecuación muy mal planteada y que se resuelve tan solo con un gran
estallido. Lo único a determinar es el momento, quizás sucederá cuando nuestros
viejos no puedan echar una mano a sus hijos y estos no tengan nada que ofrecer
a los suyos.
Nos hemos dejado expoliar tan fácilmente
que no me extraña que el cabronazo de Rosell afirme sin rubor que aquello que
nos pase será culpa nuestra. La madre que lo parió sería una santa pero él…
POLITICA ES MORAL
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