domingo, 29 de noviembre de 2015

¡QUE VIVAN LAS CUP!


Quien es auténtico, asume la responsabilidad por ser lo que es y se reconoce libre de ser lo que es. Jean Paul Sartre

Me gustan las coincidencias, de veras que sí, son aquellas pequeñas cosas que por inesperadas nos aportan esa dulce sensación de la sorpresa regalada. Esta tarde, mi hijo menor jugaba un partido preparatorio del torneo que habrá de disputar el próximo fin de semana. Sin duda se preguntarán que provoca que les explique este detalle paterno-filial y la respuesta es sencilla, el match se jugaba en Manresa…

Precisamente, mientras 24 niños salían y entraban a una pista siguiendo las indicaciones de sus entrenadores, los representantes de todas las asambleas territoriales de las CUP, decidían en la capital del Bages que posición adoptaban de cara a la formación del Gobierno de Catalunya. Ya de regreso a casa, hemos escuchado en la radio que se mantenía el no a una presidencia encarnada en Artur Más, pues los cupaires siguen sin entender que un representante de la Cataluña más conservadora, especuladora y fullera pueda guiar a nadie a un nuevo Estado Catalán basado en el mantenimiento a ultranza de la sociedad de bienestar.

Bien, que la presión afecta a estas alturas del folletín nacionalista no escapa a la percepción de nadie. Sin ir más lejos, he podido observar a dos brazos de distancia a David Fernández, pueden creerme, no hacía buena cara. A fe mía que a esta fuerza política asamblearia la cosa se le va de madre, no por incapacidad, sino por las innegables ganas de enviar a todo quisque a hacer puñetas. ¿Y saben ustedes?, no tan solo les entendiendo, también de buen grado les brindo mi aplauso. Curiosa la cosa, en las antípodas de muchos de sus preceptos y hoy, sin prepararlo, con ellos haría  cestos.

Inmersos en un maremágnum de políticos instalados en las propuestas vacías y en los matrimonios de conveniencia, es de agradecer y no poco, que una organización entienda que NO es una respuesta tan válida como cualquier otra y que en la época de las palabras rotas, mantenerse fiel a unos principios es merecedor de respeto.  Las CUP entendieron, también a su manera,  el resultado de las elecciones de septiembre pero para su sorpresa, ahora se les criminaliza por el fracaso de un proceso cojo y que ya nació medio muerto. 

Les entiendo sin rezar su catecismo, pues  voy viendo como aún enarbolando su aspiración de una Catalunya independiente, pretenden que esta sea social y justa, alejada del pasado y de los ladrones de siempre. Por cierto, me gusta el plural con el que se definen, hablan de las CUP pues argumentan que una posición única es consecuencia de un poliedro de posiciones en cada ciudad y pueblo. Quizás yo no vea una operativa clara, pero ahí están y parecen convencidos de ser y seguir siendo. Mas allá o menos, quizás deberíamos pensar en que dice de todo esto el Señor Junqueres, es lo único de la ecuación identitaria que nunca se pregunta y que sin duda, necesita respuesta.

POLITICA ES MORAL

miércoles, 25 de noviembre de 2015

SIDI BOU SAID, AZUL Y ROJO.


Ayer el terrorismo yihadista golpeó a Túnez. Un paso más de la barbarie envuelta en una falsa fe que demoniza a los que define como infieles y somete con el miedo a los verdaderos musulmanes.

París se clavó en nuestras retinas y en nuestro corazón, pero son ya demasiados los países que sufren la dentellada de la violencia. Muchos de ellos podrán parecernos lejanos, pero forman de una sola realidad, la del ser humano. Tengo la suerte de conocer  África por mi presencia sobre el terreno y por  compartir  vida con personas de respeto originarias de ese continente y que forman parte de nuestra ciudadanía. Hace pocas fechas tuve el amargo privilegio de compartir el dolor de uno de mis maestros de vida de origen malinés, sin duda el mismo que me mostró cuando se cobraron las vidas en Francia…

No podemos mirar a otro lado, los refugiados son el recordatorio de que no hemos sabido cauterizar a tiempo una herida abierta y que por considerarla ajena, creímos no habría de manchar nuestra indumentaria social. Ya lo estamos viendo, quien siembra vientos recoge tempestades y atendiendo a lo vivido, también muertes.

Bien, tocan a somatén y a combatir sin tapujos reconociendo nuestra pasada inoperancia. Lo sucedido en Túnez es un ejemplo paradigmático de la realidad de nuestras interesadas relaciones con lo que eufemísticamente llamamos mundo árabe. Países con una gran fractura social, carentes de futuro para sus jóvenes, son un caldo de cultivo para los perros de la guerra que utilizan el nombre de Dios en vano. Más de 5000 muchachos tunecinos combaten con el Estado Islámico en Siria. De hecho, la estéril pugna entre el laicismo y los islamistas ha facilitado que las mezquitas se llenasen de imanes salafistas pagados por las hipócritas monarquías del Golfo Pérsico y que la voracidad de Occidente ha considerado aliadas.

Esos altavoces han podrido las opciones democráticas en el país de Burguiba y hoy, a pesar de los esfuerzos de la sociedad civil en el pasado, todo parece abocar a la toma del poder por parte del partido confesional Enahda. Miren ustedes, si las posiciones laicas sucumben frente a la fuerza de los terroristas, no habrán aliados para recomponer estados viables y capaces de ofrecer futuro a sus ciudadanos. Toca pues reconocer públicamente nuestros pecados, ofrecerse como parte de la solución aunque esta incluya la amarga terapia de la guerra y mantener una posición clara en relación a los refugiados. Toca ayudar y no caer en la tentación de la represión de los mismos. ¿Hemos de ser estrictos en la gestión del desastre humanitario que supone semejante masa humana desplazada?, sin duda, pero ellos son tan víctimas como los caídos en las zonas de combate y en las calles de Europa.

Un solo criterio, un solo objetivo. Como nos demoremos en actuar de forma contundente, el terrorismo yihadista ganará, no una guerra, nos robará nuestro tiempo y el de nuestros hijos. Recuerdo mis paseos por la hermosa ciudad de Sidi Bou Said a orillas del Mediterráneo. Las puertas de sus casas son azules como el mar que contemplan, me provoca pavor que las mismas acaben pintadas de rojo y que al abrirse sean antesala del infierno.

POLITICA ES MORAL

viernes, 20 de noviembre de 2015

FRANCO PRESENTE


Decía Albert Camus que la tiranía totalitaria no se edifica sobre las virtudes de los totalitarios sino sobre las faltas de los demócratas y es ahí y no en otro lugar, donde se gestó eso que se dio en llamar el franquismo.

Cada vez que me acerco al periodo que vivió España de 1931, con la proclamación de la República, hasta 1939 con la derrota de la misma a manos del nacional-catolicismo fascista, veo de forma más preclara que esa dictadura que duró cuarenta años, fue engendrada en los antagonismos vacíos de una falsa democracia.  El exilio del incapaz Alfonso XIII, supuestamente para evitar el enfrentamiento entre españoles, finalmente fue el preludio de una guerra civil que nos encumbró a la locura más extrema y a las posiciones más cainitas.

Nuestro país estaba ansioso de cambios que debían corregir errores de siglos, habíamos perdido las colonias, la masa social carecía de medios de vida, cultura y por ende no vislumbraba futuro. Éramos un polvorín rodeado de fuegos, tan solo era cuestión de tiempo el estallido, pero lejos de acometer con ahínco el proyecto de un nuevo Estado, la clase política siguió con sus propuestas de salón y olvidó que las leyes no solo se escriben y que han de saber aplicarse. Las incapacidades gubernamentales dejaron espacio a propuestas posibilistas que acabaron impulsando revoluciones y no reformas. Tan solo recordar los levantamientos de 1934 nos da la medida del alejamiento entre la intelectualidad republicana y un pueblo hambriento e impaciente.

En ese caldo de cultivo, las élites extractivas se activaron para conservar sus intereses y recurrieron a la solución tradicional de esta nuestra piel de toro. Los militares, como tantas veces, serían el remedo a lo que llamaban desorden social. Así se fueron gestando pronunciamientos que fueron abortados hasta llegar el protagonizado por Francisco Franco Bahamonde. El fracaso del golpe de julio de 1936 desencadenó una guerra que habría de durar tres largos años y que quebró al país en dos bandos irreconciliables cuyas heridas aún están por sanar.

En un conflicto civil, el liderazgo siempre es asumido por  personajes de peculiar carácter y con pasado de compleja explicación. Franco, a todos los efectos, es un modelo de eso que denominamos caudillos. Hombre cargado de frustraciones desde pequeño, crecido a la sombra de un padre vividor y de moral disoluta, sometido a una madre llena de sufrimiento, creció cargado de complejos. En fin, la milicia le otorgó el poder que su propio aspecto y su voz atiplada parecían negarle. Se trata de un caso de libro de los que se repiten en muchos regímenes totalitarios. Tiren de biblioteca, verán que la psicopatía es inherente a nazis y fascistas…

La rabia acumulada durante su infancia y adolescencia se descargó en los combates de las guerras de África y en ellas prosperó de forma sorprendente. Su valentía, rozando el desprecio a la propia vida, le llevó a convertirse en general con tal solo 33 años. Aquel pequeño frustrado empezó a tomar consciencia de su poder. La guinda que colmó sus aspiraciones llego durante la Revolución de Asturias, en aquel sangriento episodio no ahorró violencia y la crueldad de las tropas a su mando fue indescriptible. Para colmo, el gobierno le otorgó la Gran Cruz del Mérito Militar. Creo que en aquel momento comprendió la verdadera debilidad de la legalidad republicana, era cuestión de tiempo que se convirtiese en un peón útil en manos de los representantes más retrógrados y carpetovetónicos de España.

Bien, Franco era listo, mezquino y desconfiado, por tanto siempre nadó guardando la ropa. Consiguió  imponerse a otras facciones militares y acabó por ser caudillo por la gracia de Dios enviando a todos sus oponentes al infierno. Revisen ustedes el final de José Antonio Primo de Rivera y entenderán lo que les digo. Finalizada la guerra con aquel cautivo y desarmado el Ejército Rojo, el pequeño general, al que su padre despreciaba llamándole Paquita se convirtió en el amo de los destinos de los españoles y una vez más tuvo la baraka (suerte) que pareció acompañarle en combate. Supo mantener una falsa neutralidad durante la Segunda Guerra Mundial y tras la derrota de los fascismos europeos, habiéndose dividido el orbe entre el comunismo y democracia, Francisco Franco fue abrazado por Eisenhower y de facto, se convirtió en el vigía de Occidente. Permítanme, manda y mandó güevos

No seguiré relatando sus méritos hasta el momento de su muerte pues acaba mal la historia, tan solo hace falta analizar nuestro presente. Una vez más, la política en nada procura soluciones y el miedo al futuro hace que algunos descerebrados afirmen que con Franco vivíamos mejor y que sigue presente.

POLITICA ES MORAL

jueves, 19 de noviembre de 2015

TROPAS SOBRE EL TERRENO


En primer lugar, el Estado Islámico debe ser eliminado como entidad territorial. Graham E.Fuller

Era de esperar una respuesta contundente a los ataques del EI a raíz de los ataques de París. En el drama generalizado que significa la violencia indiscriminada que nos ha demostrado su actividad en tantos y tantos países,  ha llegado el momento de corregir la hipócrita relación de Occidente con los estados islámicos en base a un rentismo  geoeconómico de las élites extractivas.

Observada la raíz del problema, hemos de reconocer que no estamos orquestando de forma adecuada las acciones militares que han de poner fin a la sinrazón de aquellos que pervierten el Islam y que oprimen a sus propios iguales en base a la defensa de una falsa fe. No puede olvidarse que la masa de refugiados que llegan a Europa, huyen de la misma violencia que profana nuestra forma de vida y pone en peligro nuestro concepto de Estado de Derecho.

Un aspecto que significa de forma preclara la mala praxis militar es el de los bombardeos sobre Siria. Estas acciones, sin duda configuradas como el golpe de un martillo pilón, machacan objetivos supuestamente legítimos pero se cobran víctimas inocentes que no podemos permitirnos valorar eufemísticamente como daños colaterales. Esas bajas civiles cargan de razones a los asesinos a los que se pretende neutralizar y creo en conciencia, que contrariamente a lo deseado, lleva a una reacción visceral de muchos colectivos cuyo final es el odio reforzado contra aquellos que dicen desear acabar con el mal.

Sin duda caeré en el simplismo al teorizar, pero si ha de predicarse con el ejemplo y dejar clara la voluntad de acabar con el sufrimiento de los pueblos en guerra y amenazados por el yihadismo, lo que nuestras fuerzas armadas han de acometer son acciones sobre el terreno. Acabar con el control territorial de los integristas y establecer las condiciones de estabilidad y confort que permita que las poblaciones de las zonas afectadas reconstruir sus países y su futuro socio-económico. Nos sobran ejemplos prácticos, tan solo hemos de recurrir a recordar la traumática experiencia de la Segunda Guerra Mundial. De nada sirvieron los criminales bombardeos indiscriminados y hubo de ser la conquista del territorio la que diese la victoria a aquellos que se denominaron aliados.

El problema, una vez más, es la doble moral. Pues en la voluntad de evitar las propias bajas, fiamos a la tecnología y a la superioridad aérea el resultado de un combate que no rendirá al enemigo de no quitarle su espacio y sus rutas de suministro. Es duro, soy consciente, pero esto es una guerra y en la locura de la misma, tan solo asumiendo la pérdida de efectivos podrá intuirse el final del drama. La cosa está clara, llegados a este punto, Occidente debe plantearse si quiere extirpar el cáncer o escenificar una terapia de paliativos que aplacen los problemas sin lograr la solución a los mismos.

En los países amenazados labor policial constante y firme, en el origen del problema, presencia sobre el terreno y temple. Debe demostrarse a la comunidad internacional que ya no habrá marcha atrás, que no solo defendemos los propios intereses y que lo que nos guía es la vieja esperanza de un verdadero mundo libre. Nos encontramos ante un fallo sistémico y si realmente creemos que la razón nos asiste, sabiendo quienes son los enemigos, hay que buscarles, batirles y hacer que los que con ellos conviven sepan que somos solución y no problema.

Se lo que es una guerra, conozco muy bien la muerte, es tan duro lo que digo que guiado por un viejo dolor, afirmo que toca asumir la tristeza de la pérdida pero que es lo único que nos hará libres.

POLITICA ES MORAL

miércoles, 18 de noviembre de 2015

ISSY-LES-MOULINEAUX Y EL PARACAIDISTA.


Hace muchos años yo asistía a las concentraciones de las juventudes cristianas de la Comunidad de Taizé. Movimiento ecuménico que busca el entendimiento entre todas las confesiones del cristianismo, tiene para quien escribe una figura emblemática: el Papa Juan XXIII. El que un día calzó las sandalias del Pescador, estableció que el siguiente paso, tras dotarnos de una conciencia cristiana alejada de los antagonismos del pasado, debía ser el entendimiento con el resto de religiones. De hecho, al Concilio Vaticano II fueron convocados los representantes de todas aquellas formas en las que intentamos dotarnos de trascendencia invocando el nombre de Dios, también los musulmanes.

Bien, el alojamiento de los jóvenes que nos desplazábamos a Francia era atendido por cristianos voluntarios que pertenecían a parroquias del área de París. A mí me correspondió convivir con una particular familia residente en Issy-les- Moulineaux compuesta por un matrimonio sin hijos, dos perros malteses y un abuelo jubilado que había sido oficial paracaidista. No hablando yo francés, nos comunicábamos en inglés, ya que el patriarca, en todos sus años en la milicia, lo aprendió durante la Segunda Guerra Mundial, el conflicto de Indochina y la Guerra de Argelia.

Personas de mente abierta, tenían una fe enorme pero a su vez una visión del mundo plural y apreciaban -quizás por los conflictos vividos- la diversidad humana como una gran riqueza y no como un problema. Curiosamente, a pesar de su pasado militar, el abuelo afirmaba sin fisuras que el futuro pasaba por el respeto y el entendimiento entre culturas y religiones. Insistía con vehemencia en que los jóvenes debíamos ver, como había defendido el Papa Roncalli, que tendríamos futuro si llegábamos a saber construir sobre lo que nos une y no sobre lo que nos separa. Sus relatos sobre los combates en los que había participado, siempre finalizaron con una proclama por la paz, pues según decía, él sabía mejor que nadie lo que era la muerte. Me cogía una mano y me preguntaba si creía que en ella sobraba algún dedo. Aquel sorprenderte militar humanista, al final de una vida de sufrimiento padecido e infligido, sin duda, era un maestro de vida.

A la hora de cenar, se bendecía la mesa y la fórmula utilizada versaba como sigue: “Señor de los mil nombres, bendice esta mesa y a todos los que se sientan a ella”. La primera vez que la escuché observaron mi cara de sorpresa y la nuera del veterano me indicó -siempre traducida por el abuelo- que por mucho que pretendamos ponerle nombres, si Dios ha de existir, sin duda es el mismo para todos. Revelación intuida para un imberbe, la lección me ha guiado toda la vida y me ha ayudado a tender puentes en lugar de destruirlos.

Por otra parte, el pragmatismo acompañó siempre todas las reflexiones que aquellos adultos ofrecían a un adolescente como yo. Analizaron todo el orbe como si del patio de su casa se tratase y supieron transmitir conceptos llenos de contenido pero adecuados a mi mente de aquel momento de inmadurez. El heredero de la familia mantenía que precisamente  como persona de fe debía aceptar la separación de la religión y del Estado. En ese principio se había construido un mundo más justo y alejado de los dogmas que nos habían llevado, en tantas ocasiones, a masacrarnos.  Yo hacía algunas preguntas, entre ellas una captó su atención, les pedí su parecer sobre el Islam ya que en base a las opiniones que me mostraban, este estaba en franca contradicción con las mismas ya que consideraba los preceptos de fe como una forma de organizar la sociedad.

El abuelo tomó el relevo en este punto, empezó la frase con un murmullo sostenido y afirmó en pocas palabras que aquí estaban los problemas del futuro  si se seguía mirando a otro lado. Se vino arriba y puso en cuestión la forma relacional entre occidente y oriente, criticó el sometimiento de las colonias con criterio económico y observó, muy a su pesar, que el camino sería largo si la solución eran las dictaduras del mundo árabe sostenidas por Europa. Siguió hablando de los banlieues, arrabales de las grandes ciudades francesas y de la más que evidente segregación de los mismos  a causa de las grandes masas de población musulmana sobre la que no se realizaba una verdadera labor de integración en los valores de la República (le encantaba repetir la expresión). Finalizó profetizando que sería muy difícil evitar conflictos si la inmigración no se incorporaba  a la Democracia como ciudadanía de pleno derecho. Tomó un sorbo de calvados, y de forma casi inaudible afirmó que si no se conseguía, lo inmediato sería une guerre.

Transcurría la Navidad de 1983, ha llovido mucho, es cierto, pero plantados en el primer cuarto de un nuevo siglo, es algo manifiesto que de nada sirvió el posicionamiento de hermandad de un viejo combatiente que pretendió junto a muchos predicar con el ejemplo. Hoy los paracaidistas patrullan por el Trocadero y los valores de occidente están sometidos al miedo.

POLITICA ES MORAL

sábado, 14 de noviembre de 2015

HERMANO MUSULMÁN


Mi hermano musulmán, ¿cómo puñetas nos permitimos afirmaciones como las que haces?. Eres mi vecino, he aprendido de tu realidad y tengo puestas muchas esperanzas en compartir un común espacio, pero a las primeras de cambio, frente a el atentado de París, caes en la falacia por falta de conocimiento. ¿Dices que occidente es culpable?, bien, es cierto que el siglo XX no es un ejemplo de voluntad de equilibrio entre culturas y territorios, pero lo que ha sucedido, lo que viene sucediendo, no puede justificarse por los pecados del pasado. ¿Quien apoya económicamente al integrismo islámico?, son los estados poderosos de Oriente los que inyectan petrodólares a la sin razón que pervierte al mundo árabe.

Afirmo que esas dictaduras confesionales son colaboradores necesarios de los poderes fácticos económicos que tienen intereses en el Golfo Pérsico, ¿pero sabes?, me importa una mierda, mi vista alcanza hasta donde alcanza.  Si alguien viene a mi casa, pone en cuestión mis costumbres, pretende imponerme las suyas aún siendo manifiestamente injustas y en paralelo a ello se mea en mi cara, abusa de mis leyes, maltrata a sus iguales y me exige que le deje hacer y que mire a otro lado, yo cierro los puños y le reviento la cara. Aquí se trata de muertos y cuando se sabe quien les quita su futuro, uno reacciona y desea verle bajo tierra. No pienso aceptar templanza basada en la mentira, así que punto pelota, esto es una guerra y en la guerra estamos.

No tengo ganas de polémicas banales ni de caer en la dialéctica de las formas pulidas y correctas. El petróleo ha unido históricamente a los ladrones de nuestro mundo pero lo que yo intento es entender cómo se considera líderes dignos a unos dictadores que ejercen despotismos salvajes y joden la vida a sus propios súbditos. ¿Qué mierda de justicia social existe en los países ricos del Golfo Pérsico?, ninguna. Es difícil entender el respeto que sus poblaciones les tienen.

Soy, como todos, fruto de un viaje de 500 años y nunca dejo de recordarme que para abrir una cuenta en un banco, las mujeres de mi país hubieron de esperar la llegada de nuestra Democracia. Demasiado ha costado el pequeño o grande espacio de libertad del que disfrutamos, no me da la gana de aceptar que mentes retrógradas abusen de los derechos y no acepten las obligaciones que los mantienen.

Me preguntas si tan solo las muertes que cuentan son las de los occidentales, yo no he responderte, pues estás tan cerca que ya sabes la respuesta. Hace dos días murieron muchas personas en Beirut, caen familias enteras en la locura Siria, en Libia sigue todo desmembrado, Palestina es un pandemonio, Irak nunca fue liberado, Afganistán es un mal sueño y en ninguno de los casos referidos, el mundo ha estado a la altura. En resumen, muertos y más muertos entre los que nada tienen y todo se les pide, mi dolor nunca ha callado y sabes muy bien lo que las gentes de bien sentimos.

Joder hermano, elige bien el tablero, estás hablando con alguien a quien toda muerte le crea sufrimiento  y si hasta la fecha no lo has visto, es que no me conoces. En nombre del Dios de los mil nombres, no nos ofendas. Te tiendo la mano, corrijo la expresión, dejaré de unir los términos terrorismo e islámico. Cuando hable de violencia terrorista, diré que hablo de yihadismo, pero te pido ayuda, pues no hay nada más peligroso que el silencio. Dime que compartes nuestro dolor como yo comparto el vuestro.

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jueves, 12 de noviembre de 2015

JUAN NEGRÍN. TRAIDOR O INGENIERO.


De Juan Negrín López, el que fue Presidente de la Segunda República Española de 1937 a 1945, se recuerdan básicamente dos cosas, que apeló a la resistencia a ultranza contra el avance del fascismo (resistir es vencer) y que a ojos de muchos traicionó a España poniéndola en manos del comunismo soviético.

He crecido en constante contacto con el pasado de mi familia que al cabo siempre se tornó presente y como republicanos de principios y credo sincero, a Negrín se le nombraba y llegado el explicar su trascendencia, se liaba un pandemonio de nivel estratosférico y tras mucho discutir, cada uno se quedaba con lo suyo y se iba a dormir. Puede imaginarse como un niño observaba la cosa y como preguntar, según veía a sus mayores, se tornaba actividad de riesgo.

Uno fue cumpliendo años y en el hacerlo aumentó la curiosidad hacía un personaje sin duda trascendente en base a sus hechos. Pero nunca ha sido fácil circunscribir a aquel más que notable médico que un día se incorporó a la política de la piel de toro. Fuentes de información se consiguen a raudales, más el agua que vierten varia de lo más salobre a lo más fresco y dulce. En resumen, en base a datos objetivos, poco en limpio se saca y allí donde un mérito se le reconoce, al mismo tiempo un demérito se le impone.

No cabe duda de que Negrín era una rara avis en la política española. Doctor en Medicina e investigador, políglota, conocedor de la realidad de Europa y de las consecuencias de la Primera Guerra Mundial,   impulsó  la ciencia como futuro del país, abandonó la docencia y se significó en una lucha que pretendía llevar a nuestro país a la modernidad que requería aquel momento. Incorporado al Partido Socialista, se situó en las posiciones de Indalecio Prieto y así, creció políticamente en el terreno atemperado que  representó la posición intermedia entre la moderación de Julián Besteiro y el radicalismo sindical de Largo Caballero.

Llegada la Guerra Civil fue nombrado Ministro de Hacienda y como tal, con la aprobación del Gobierno, utilizó las reservas de oro del Estado para financiar la compra de armas y de los recursos necesarios para el esfuerzo que requería el conflicto. En ese hecho radica el inicio de su leyenda negra. Analizando la situación de Europa en 1936 y atendiendo al distanciamiento de las democracias occidentales, la República se apoyó en la URSS y en la solución se gestó el desastre. Negrín se convirtió, para todas las facciones de la izquierda revolucionaria, en un traidor a una patria que nunca existió.

Cuando Largo Caballero perdió el apoyo de todas las facciones cainitas que supuestamente sostenían a la España republicana, Azaña nombró a Juan Negrín Presidente del Gobierno y este, ante un escenario que hacía evidente el colapso, se agarró al clavo ardiendo que representaba la firmeza comunista. Creo que miró a otro lado cuando se purgaron a los anarquistas y se apartó a los socialistas moderados. En ese momento apeló a la resistencia total, posiblemente en la fatal esperanza de que la más que probable guerra en Europa significase la salvación de la República. Tomó decisiones y sin duda, en base a las mismas, se convirtió en enemigo de todos.

Tras la derrota llegó el exilio y con él una nueva acusación, la de expoliar los últimos recursos republicanos en beneficio propio. La realidad, más que probablemente, fue que las guerras entre facciones se reprodujeron allende fronteras y que estas hicieron que nadie, ni Negrín, pudiese ser garante de una dedicación adecuada de los dineros a un verdadero apoyo a los exiliados y a sus necesidades.  En resumen, el hombre que intentó una paz con Franco en 1938 y que tras no lograrlo intentó sostener a la República, se encarnó en la causa de todos los males para sus supuestos compañeros y para los vencedores.

He intentado, como antes comentaba, dejar al margen datos y he abonado intuiciones. Creo que el último Presidente del Gobierno republicano obró en conciencia pero demasiado cerca del abismo. Era un hombre culto y con una mente científicamente pragmática, quizás se hizo preguntas que no tenían respuesta y eligió, en todo momento, la menos mala de las opciones. Eso es ser estadista y a estos, tan solo la historia les juzga. Opino que murió en la propia vergüenza, no por arrepentimiento sino por no haber podido salvar aquello que juzgó necesario y correcto. Siempre me ha llamado la atención que exigió que en su lápida no figurase su nombre ni un epitafio, eso me hace pensar que hizo acto de contrición y se negó cualquier futuro reconocimiento.

En España nunca se habla de responsables y siempre de culpables. De no hacer nada eres un inútil incapaz y cobarde, si por contra te significas, eres la explicación de todos los males. Juan Negrín López, para  unos,  traidor, para otros, ingeniero.

POLITICA ES MORAL

martes, 10 de noviembre de 2015

ABANDONO LA POLITICA




Es muy difícil hacer compatibles la política y la moral. Sir Francis Bacon

El pasado 28 de marzo, en el acto de presentación de la candidatura en la que me presenté a las elecciones municipales de mi pueblo, afirmé que había decido estar en una lista electoral para poder trabajar en beneficio de todos y que fuesen los que fuesen nuestros resultados, continuaría al pie del cañón por tener muy claro que otra forma de actuar en política era y es posible.

Pues miren ustedes, mentí. Mentí como un bellaco pues pasado el tiempo, he descubierto que no era política lo que yo estaba y estoy dispuesto a desarrollar. Siempre que se me ha preguntado sobre mi papel como posible cargo electo  he deseado dejar muy claro que mi aspiración era hacer ciudadanía. En resumen, desterrar los usos y costumbres que han hecho de la representación pública una forma relativamente fácil de vivir.

Por otra parte, como ciudadano, vecino, padre, profesional, compañero de trabajo, empresario y otros muchos roles que estando vivos encarnamos, queda meridianamente claro que no siempre es posible imponer visiones ideológicas a todo un colectivo. Existen esos que se llaman intereses comunes y estos muestran de forma categórica que para avanzar socialmente, la lógica debería llevarnos a poner, por encima de particulares credos, la integridad de aquellos que tengan el privilegio de la representación de sus iguales.

En resumen, este debería ser un mundo de puentes en constante construcción y mejora en el que importe realmente la solidez de los pilares que los sustenten, eso que nos hemos dado en denominar sociedad de bienestar. Bien, según parece andaba muy errado y una vez más, como en mí es frecuente, demasiado ilusionado. Pues no es suficiente estar preparado y dispuesto, no basta con decir verdades basadas en la frialdad de los números, no es suficiente con ofrecerse sin tapujos y no rechazar ningún tema por problemas que este presente. Según parece, en este circo romano, someterse a quien tiene poder es lo pertinente.

Me decía un gran amigo que esto es marketing y no otra cosa. Aquí, en el mundo de las urnas de nuestro tiempo, si tienes para pagar para que se te vea la jeta, no lo tienes todo ganado, pero lo tienes cerca. Nunca comulgaré con el determinismo fatalista de mi ocasional consejero, pero no cabe duda de que su criterio es, en gran medida, certero. Aún así seguirá valiendo la pena picar piedra y perseverar en la idea de que algún día las cosas tomen otro derrotero. Mientras, seguiremos viendo como oportunistas se suben a cualquier tren sin importarles que lleven dentro.

Hoy, tras hacer acto de contrición y confesar mi pecado, dirijo nave a puerto y tras encararla a la rada, la llevo a dique seco. Me corresponde sanear su obra viva, calafatear sus grietas, coser el roto velamen y reponer los desgatados aparejos. Retomando una idea vieja, nunca aceptaré barco sin honra ni honra sin barco. Quizás en el futuro pretenda nueva singladura, por ahora me recibo como práctico de puerto, mi navegar se reducirá a costear para que otros amarren en los muelles en los que su carga habrá de generar trasiego.

Señores, ciudadanía se llama esto, vocación hacía los asuntos sociales sin que ninguna sigla condicione planteamientos. Estoy orgulloso de lo construido y a ello me sigo debiendo, no en balde uno siendo padre nunca cesa en el empeño de hacer lo mejor en cada momento, pero estoy cansado de personajes abyectos, melindrosos llenos de temores y falsos representantes que de su cargo hacen estatus y complemento. Yo no soy perfecto, muy al contrario, estoy plagado de defectos pero nunca pude, en mi estupidez, imaginar que aquellos que dicen cambiar el mundo, tan solo desean cambiarse  ellos. Persevero en la idea de que toca saber decir no y preguntar siempre el porqué de las cosas, en luchar sin desánimo y seguir mostrando a todos que estoy convencido de que ser ciudadano es un cargo público en sí mismo y de que una sociedad justa es posible.

Por cierto, todo sigue siendo lo mismo, un municipio ejemplar pondría rojos a una provincia y a un Estado. Algún día alguien dará ejemplo, espero verlo.

POLITICA ES MORAL

EL HUNDIMIENTO


Después de la verdad nada hay tan bello como la ficción. Antonio Machado

Por lo que a mí respecta, nada queda por hacer más que esperar que el envite sea rápido y las bajas escasas.  Viendo lo que veo y escuchando lo que escucho, me hago pequeño y adusto, me recojo en la soledad mísera y fenezco poco a poco.

Empiezo mis días preocupado por la realidad que se impone en mi casa y en mi cocina, aspiro a tener escuela para mis hijos, galeno para mis males y esperanza de un futuro, pero aquellos que dicen ser mis valedores para labrar esta finca, destrozan los arados que deberían abrir los surcos que semillas acogieran. Así nada germina, así nada es profundo, las simientes no se tornaran harinas que horneen los panes que alimenten un común mañana.

Veo a mis amigos y vecinos perdidos en la nada, sufro la nefasta sensación de que se ha ajusticiado a la razón y la locura no tan solo salva el pellejo, sino que ufana prospera. En la insondable estupidez de una masa hedonista y grosera, nada importa ya más allá de una inútil bandera.  En lugar de gritar basta y exigir soluciones negociadas, vamos enarbolando trozos de tela que  fabricados en China, a nadie realmente representan. Y gritamos y embestimos, ladramos sin conciencia, nos dejamos arrastrar y poco a poco nos negamos el yo mismo.

¿No recordamos nada?, ¿tan poco nos duran las lecciones de nuestros abuelos?, ¿se nos secó el seso que nos hace pensar en lo que realmente importa?. Nos hundimos, nos estamos hundiendo y parece hacernos felices el mirar hacia el averno. Uno esperaba que eso que llamamos Democracia nos diese  representantes con voluntad de servicio y no la mezquina proliferación de políticos esclavos de la imagen y de las encuestas de opinión para decidir nimiedades. Hartazgo de majaderos que no ven nada más allá de sus estómagos, nos provocan vómitos de bilis y los sentimientos más abyectos.

Resulta difícil pensar en propuestas que construyan soluciones, pues en las posiciones enfrentadas todos huyen hacia adelante y despreciando a su contrario pretenden estar en lo cierto. Unos magnifican unos resultados electorales que no les dan derecho ni crédito y los otros cerriles en no querer ver que existe un problema, ciñen a leyes y piensan que apelando a la unidad de España sacarán rendimiento que les mantenga en el gobierno. Pareciera que en este sinsentido todos tapan sus miserias y a los tontos de sus votantes les parece suficiente crédito.

Somos idiotas, no cabe duda, jaleamos las jugadas insulsas de nuestro Parlamento y como si de futbol se tratara, si gana nuestro equipo, ya estamos contentos. Gentes de mentes pequeñas ya nos damos por vencidos y en una esperanza vana, esperamos que algo que no existe sea solución a los problemas verdaderos. Me agota pensar que por ambas partes el diálogo estaba descartado como solución hace ya mucho tiempo y que se ha despreciado el peligro que supone el mayor desafío a una España social y justa desde la II República.

Hablo y escucho, insisto en entender el caos en el que me encuentro, sigo sin entender nada y sin duda padezco. ¿Qué ha pasado para llegar a esto?, creo que todo es culpa nuestra, hemos dado patentes de corso y ahora aquellos que deberían salvarnos nos joden en vivo y en directo. Les compramos las mentiras, les seguimos el juego, preferimos no pensar y así se nos llevan al huerto. Sucede muy a menudo, preferimos soñar bonito y no aceptar que nos toca trabajar y dejarnos de cuentos.

Yo me quedo por casa, ayudo diciendo y haciendo en el lugar que ocupo, pero puestos a explicar, me subo a las palabras de un hombre áspero en su hablar pero armado de bisturí afilado. No hace mucho leí a Don Arturo Pérez Reverte, cartagenero, hombre de mar y cuya patria es un Mediterráneo exhausto. Dijo para quien quiso escuchar “yo no tengo ideología, tengo biblioteca”. Ahí está el tema, ese es el lugar de partida, a quien quiera navegar, le espero en el puerto.

POLITICA ES MORAL

martes, 3 de noviembre de 2015

¡DISPARE DON JORDI, DISPARE!


Mantén cerca a tus amigos, pero más cerca a tus enemigos. Vito Corleone (El Padrino)

No sé en cuantas ocasiones he visualizado la trilogía de El Padrino, magnífica joya del cine del siglo XX basada en la novela homónima del genial Mario Puzo, permite sumergirse en la mafia italiana de los Estados Unidos a través de la familia Corleone y conocer su manifiesta influencia en el poder establecido democráticamente.

Puzo muestra las alcantarillas de la sociedad  como arterias por las que fluye el dinero más abyecto y que tras verter en mar abierto,  políticos dignos de respeto, convierten en moneda de curso legal. Diríase que es una historia que nos pilla lejos y que en nada nos afecta, más la realidad, ya lo sabes ustedes, siempre supera a la ficción. Aquí estamos, observando alelados como nuestros próceres de la patria no son lo que parecían y como se fueron montando sus familias para robarnos a destajo sin utilizar las pistolas y sustituyendo estas con urnas fraudulentas.

De reescribirse  El Padrino, no hablaría de Sicilia y América, el escenario adecuado sería España. Grandilocuente país el nuestro, cumple con todos los requisitos para la trama. Capos de la Mafia a punta de pala, sicarios con siglas bien estructuradas y la numerosa ciudadanía dispuesta a ser explotada. Tan solo una diferencia aprecio y es que los Corleone se mostraban sin tapujos. Si había que ir de cara se iba y si se trataba de hacer ofertas irrechazables se hacían, aquí la cosa es sucinta y supuestamente correcta, pero sin duda mata.

Bien, en nuestra particular guerra de los jefes del hampa, se ha roto el status quo y se ha iniciado una espiral violenta en la que habrá de vencer la familia más fuerte. Sucede por otra parte que hasta la fecha, como diestros bomberos, procuraron no pisarse mangueras pero al llevar al límite su extorsión, se les han rebotado hasta las meretrices y ni repartiendo droga gratis pueden tranquilizar a tanta gente. Así, en nombre del honor entre ladrones, han elegido a uno de los suyos para derramando su sangre, sanar la del resto.

En la jerga del hampa, a los expulsados como medida de contingencia se les denomina perros rabiosos. Nombre apropiado, pues desterrados del confort del sistema, huyen hacia adelante en la ilusa aspiración de salvar la piel o en el peor de los casos, hacer que otros muchos caigan con ellos.  El de nuestra historia se llama Jordi Pujol i Soley y a fe mía que es peligroso. Conoce a todos los Capos, no en balde hizo negocios con ellos. Sabe de todos mucho y por ello puede comprometerlos, pareciendo estar acorralado, aún dispone de munición pesada y tiene disparando, gran acierto.

 Voy ya imaginando la escena, en un callejón sin salida, Don Jordi pistola en mano acomete contra los jefes otrora amigos y asumiendo su inferioridad, está dispuesto a encajar plomo mientras hace masticar el suyo.  ¿Les parece simpático el planteamiento?, pues no esbocen aún sonrisas que nos queda un rato. Todos a los que ahora se enfrenta, eran los que antes le salvaban el culo. Populares, Socialistas, Sindicatos y sin duda la Corona, le fueron amigos fieles hasta ver peligrar sus intereses.

Uno espera y desea sangre a borbotones, matanza entre los lobos, declive de los mafiosos que a todos nos conviene. No quisiera que la solución entre rufianes sean las casuales defunciones del cacareado caso Gürtel, hay que dar verdadero espectáculo e impregnar de acción las retinas. En esta película sería un broche de oro una voz en off que gritase “¡dispare Don Jordi, dispare!”.

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