domingo, 6 de febrero de 2022


LA CULTURA URBANA TIENE AL AGRICULTOR COMO CULPABLE DE TODO

Ante los continuos ataques al Sector Primario, corresponde decir las verdades del barquero. Por favor, pasen y lean a un economista que entiende el agro como pocos. 

Francesc Reguant: «La cultura urbana tiene al agricultor como culpable de todo»

El economista defiende que el agroalimentario es el primer sector productivo del país y se muestra muy crítico con el ministro Garzón: "Mintió e hizo un acto de irresponsabilidad"

Francesc Reguant (Súria, 1951), muy vinculado desde siempre al sector primario ya la tierra, es economista especializado en agroalimentación. Actualmente, es el presidente de la comisión de Economía Agroalimentaria del Colegio de Economistas y forma parte del consejo de expertos de País Rural. A lo largo de su trayectoria, entre otros, ha formado parte del Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA) y ha sido jefe de gabinete técnico del Departamento de Agricultura. También se dedica a la docencia y es autor o coautor de una docena de libros, entre ellos Entender la agricultura.

- ¿Por qué es importante hablar de la Cataluña rural y, específicamente, de su sector primario?

- La Cataluña rural es donde se defiende nuestro patrimonio natural, la biodiversidad, que es básica para nuestro sustento vital y es una biblioteca de oportunidades para el futuro. Es donde producimos nuestros alimentos sin los que no podríamos vivir. Es donde están nuestros bosques que nos realimentan de oxígeno y retienen CO2. Pero en el mundo rural también guardamos buena parte de nuestra historia y nuestra cultura. Allí tenemos buena parte de nuestra identidad.

- Se habla mucho de la España despejada y, aunque no tanto, también se reflexiona sobre la Cataluña despejada. Pone un poco en duda o, al menos matiza, ese concepto. ¿Por qué?

- El proceso de despoblamiento rural en Cataluña tiene una lectura propia. Hubo, como en todas partes, un despoblamiento rural ligado a la mecanización de los años cincuenta, pero el fuerte impulso industrial de Cataluña se irradió en buena parte a las comarcas adyacentes a los centros industriales, hasta el punto de que las comarcas en regresión demográfica quedaron muy reducidas. El despoblamiento, bastante moderado, quedó limitado a once comarcas de secano y, sobre todo, monte, aunque representan una parte destacable del territorio.

- Señala como uno de los elementos que han logrado mantener o aumentar población en parte de la Cataluña rural la sinergia entre ganadería intensiva con industria alimentaria y el regadío...

- Es cierto, hasta 2013 las comarcas de regadío histórico no habían sufrido despoblamiento en ningún momento. El regadío es riqueza al multiplicar por mucho la producción de un producto esencial como son los alimentos. La sinergia de la ganadería intensiva con los cultivos extensivos ha permitido sostener el cultivo en áreas de secano que, de no ser por ello, se habrían convertido en matorral y después bosque. Esta opción ha permitido construir una potente industria alimentaria y, aunque son dependientes de fuera de los inputs para alimentar al ganado y pese al bajo grado de autosuficiencia alimentaria de Cataluña, el valor añadido generado ha permitido una situación equilibrada en la balanza comercial alimentaria.

- Los datos, en cambio, empeoran a partir de 2010. ¿Cómo se entiende?

- Es difícil un diagnóstico preciso, ya que pueden existir distintos factores. Uno es la automatización promovida por las tecnologías digitales. Hay algunos servicios que hasta ahora eran imprescindibles en pequeñas poblaciones: oficinas bancarias, correos... ahora han sido sustituidas por sistemas automatizados. Asimismo, la presión de la globalización ha deslocalizado otros servicios a las personas frente a las centralidades comarcales o regionales.

 

Sin embargo, en mi opinión, un factor poco tenido en cuenta son los condicionantes provenientes de un ecoesteticismo urbano que ha ido dificultando el impulso hacia un desarrollo sostenible de los espacios rurales. Se ha hecho una guerra abierta contra el regadío -el caso más grave es el Segarra-Garrigues- Con criterios ambientalmente razonables, es una de las herramientas que tenemos para luchar contra el cambio climático al acercar el alimento, evitando importaciones e incrementando la producción vegetal. Se ha tratado el bosque como un entorno intocable fragilizando su conservación e impidiendo una adecuada gestión.

Nuestros agricultores, ganaderos e industriales alimentarios reciben cada día ataques a su producción, que, cabe decirlo, la producen de acuerdo con las leyes europeas. Hay que darse cuenta de que el sector agroalimentario es clave para la resiliencia de la ruralidad. ¿A alguien extraña, pues, que se pierda población?

- El impacto de los confinamientos provocó un interés por empadronarse en poblaciones más pequeñas y, especialmente, fuera de la demarcación de Barcelona. ¿Es algo puntual o puede ser una tendencia?

- Más que el confinamiento o post confinamiento lo que puede ayudar definitivamente es el despliegue de comunicaciones digitales de calidad. Covid ha normalizado las comunicaciones on line y ha creado una cultura diferente. Puede ser positivo hacia un nuevo impulso de la población rural.

- Ya para terminar este tema: ¿qué políticas es necesario impulsar para avanzar hacia una distribución de la población más equilibrada?

- Las comunicaciones son el oro de la ruralidad, tanto las terrestres como las digitales. En este sentido, hay que seguir trabajando en la digitalización, cuando en las comunicaciones terrestres es necesario, entre muchas actuaciones, abrir las comarcas callejón sin salida como son los Pallars. En segundo lugar, es necesario ser conscientes de que Cataluña no es homogénea, mejor dicho, es extraordinariamente diversa. Por esta razón, la gestión territorial debe ser igualmente diferenciada.

Debemos ser conscientes de los valores que nos ofrece el territorio rural en bienes públicos en la defensa de la biodiversidad, oxígeno de una región densamente urbana, paisaje, fuente del abastecimiento de agua y alimentos, etc. Los bienes públicos son gratuitos, pero para sostenerlos hay que defender a los actores que garantizan su conservación y aportan su dinamismo a la vida rural. Se deben pagar a partir de fórmulas existentes o de nuevas, sean ayudas europeas, desgravaciones fiscales o discriminación positiva en el apoyo a las infraestructuras.

- En 2011 publicó Entender la agricultura donde se abordaban las incomprensiones por parte de la cultura urbana predominante en relación al sector primario. ¿Por qué no se entiende?

- Los agricultores, los campesinos, son una minoría, imprescindible, pero minoría. Mi experiencia me ha demostrado que las minorías que sobresalen por alguna característica son desconsideradas fácilmente.

- ¿Una década después la situación ha cambiado?

- Últimamente, el escenario se ha complicado con el cambio climático y la evidencia de crisis ambiental. Ante esta situación se crea una situación de miedo que, tal y como explica Daniel Innerarity, lleva a buscar soluciones rápidas y simples. Lejos de la complejidad real, los caminos sencillos nos llevan fácilmente al esquema causa-efecto. Dentro de este esquema si encontramos al culpable ya está todo resuelto. La cultura urbana tiene al culpable, al agricultor, como causante de casi todo. Quien así piensa queda descansado, pero mientras tanto los problemas, realmente complejos, se agravan.

- ¿Las ayudas son uno de los factores de incomprensión del sector?

- Las ayudas a la agricultura, los automóviles, el teatro o los servicios médicos son herramientas en manos de la política económica de un país que tienen sentido o no en unas circunstancias u otras. En el caso de la agricultura, son básicamente ayudas al consumidor. La alimentación es un sector sometido a fuertes variaciones por causas diversas (clima, plagas, enfermedades, etc.) y muy volátil. Las ayudas pretenden garantizar el abastecimiento alimenticio, estabilizar los precios y reducir su valor para hacer la alimentación más asequible. El agricultor es el agente necesario para establecer esta herramienta de gestión del sistema alimentario.

- Defiende que se subestima la aportación económica del sector agrario... ¿Por qué?

- La desconsideración del sector agrario ha llevado a una gran incultura sobre su realidad. A menudo he visto que, incluso colegas de profesión, desconocían las estadísticas. El agroalimentario -incluyendo la industria- es el primer sector productivo del país. Supone un 3,5% del PIB. Por comparar: el sector químico es el 2,75 y el automóvil el 2,25. Pero este 3,5 es la mano de obra estrictamente vinculada al sector y, en cambio, existe una gran cantidad de servicios vinculados directa o indirectamente. Los cálculos realizados ya enfilan este volumen hasta el 11-15% del PIB. Además, si consideramos a todo el conjunto de la cadena alimentaria, con los sectores que arrastra, representa más de una cuarta parte de nuestra economía, entre el 25 y el 30%

- Aunque tenemos una balanza comercial favorable en el sector agroalimentario, no somos autosuficientes. ¿No es contradictorio?

 - En Cataluña importamos, dotamos de valor añadido y exportamos. Para poder alimentar a la población desde los años cincuenta se impulsó la ganadería intensiva comprando la tierra y el agua que no teníamos de forma virtual en forma de soja y cereales, aquí añadimos valor añadido alimentando a los animales con esta soja y cereales, hacemos carne y productos elaborados y la vendemos dentro y fuera hasta alcanzar el equilibrio de la balanza comercial alimentaria.

Esta balanza comenzó siendo muy deficitaria, pero progresivamente ha ido mejorando hasta 2020 que logró una tasa de cobertura favorable del 117%, sin contar las relaciones con el resto del Estado. Los principales productos de exportación al exterior son la carne y elaborados cárnicos, la fruta, el vino y cava, el aceite y otros productos elaborados.

- En este sentido, ¿Catalunya debe avanzar hacia la soberanía alimentaria? ¿Cómo?

- El concepto de soberanía alimentaria, aunque se ha extendido mucho su uso, es ideológico. Prefiero utilizar el grado de autosuficiencia alimentaria, estimado entre el 40 y el 50%, para hablar de si podemos tener alimentos suficientes.

Cataluña cuenta con la mitad de superficie de cultivo per cápita respecto a Europa y el mundo. Para mejorar el potencial productivo es necesario apoyarnos en la tecnología, en cultivos y ganadería más eficientes, en regadío dentro de los límites ambientalmente razonables, recuperando el Segarra Garrigues, con agricultura de precisión, incentivando la gestión forestal, la ganadería extensiva y la agricultura de montaña y evitando la ocupación de suelo agrícola por las energías fotovoltaicas.

- ¿La agricultura y la ganadería serán intensivas o no serán?

- La agricultura y la ganadería tienen una misión que es alimentar a la población, casi 8.000 millones de personas. La agricultura y la ganadería será extensiva e intensiva a la vez dependiendo de cada sitio y situación en la búsqueda de un óptimo socioeconómico y productivo. Pero como orientación general la FAO ha marcado el camino y le ha llamado “intensificación sostenible”. Si hay que producir muchos más alimentos, no podremos hacerlo sólo con sistemas extensivos, sino que necesitaremos ayudarnos de la tecnología y del regadío para producir más y de manera más eficiente (menos emisiones, menos contaminación), apoyarnos en la agroecología por ser más amables con la naturaleza y con la bioeconomía circular para hacer el mejor aprovechamiento y reciclaje, esto es la intensificación sostenible.

¿En nuestro país, por tanto, los modelos son complementarios?

- Cataluña ha sido pionera en modelos de ganadería intensiva como el de integración. Ha permitido alimentar de carne a la población teniendo muy poco tierra -la alternativa era no alimentarla o comprarla fuera-. Económicamente, ha sido positiva, aunque ambientalmente ha tenido impactos negativos. La ganadería extensiva, por su parte, es esencial para mantener los espacios naturales vivos. De hecho, hablo menos habitualmente porque nadie la pone en cuestión. Ahora, ¿cuánta carne de la que consumimos sacamos de la ganadería extensiva? Poca.

- ¿El ministro Garzón mintió sobre las macrogranjas o se le malinterpretó?

 

- El ministro Garzón no habló sólo de las macrogranjas, implícitamente habló de toda la ganadería intensiva, ya que la diferenció claramente de la extensiva sin precisar más. Mintió e hizo un acto de irresponsabilidad que sólo la fe de su entorno ideológico puede esconder o no ver. Como puede decirse que el 90% de la producción cárnica española es de una calidad deplorable y decirlo en el extranjero. Estamos hablando de una producción altamente regulada por la UE. Hay niveles dentro de la calidad, pero negarla es simplemente mentir.

- En un escenario de emergencia climática, ¿cómo debe ser el sector primario catalán del futuro para ser sostenible?

- Globalmente, debemos producir alimentos para todos –10.000 millones en 2050- a un coste asequible. Esto es complejo y, por tanto, sólo se podrá hacer con mucho respeto a los actores implicados, con tecnología para ser más eficientes ambientalmente hablando, con agricultura de precisión, con bioeconomía circular y realismo. La sostenibilidad no es un bien absoluto. Es un proceso difícil y urgente hacia dónde debemos ir. No existen paraísos románticos, sino esfuerzo y dificultades, pero es el proceso a seguir.

domingo, 25 de agosto de 2019

LA GUERRA MUNDIAL Y EL DESEMBARCO DE LA AMAZONIA




Aquellos a los que les falta coraje encontrarán una filosofía para justificarlo. Albert Camus.

Bien, estamos en guerra. Una guerra sin movimientos de tropas o bombardeos constantes, pero sin duda, una guerra genocida. Las élites extractivas nos atacan y nos están robando el futuro como especie: nunca, en la historia de los conflictos humanos, tan pocos hicieron tanto daño a tantos.

Lo que sucede ahora mismo en la Amazonia es un ataque frontal auspiciado por un fascista en beneficio propio y en el de aquellos yonquis económicos a los que representa. Corresponde responder con prontitud y fuerza, pues la fatal crisis ecológica que suponen los incendios en los pulmones de nuestro planeta es casus belli.

Ya no creo en los foros de debate o en los organismos globales. No es momento de palabras bienintencionadas y si de hechos concretos. Hay que acabar con los nuevos dictadores disfrazados de demócratas, hay que atacar Brasil y salvar el mundo.

No se trata de una posición extrema, pues ya conocimos en el pasado la misma argumentación – recordemos la invasión de Europa para liberarla del nazismo- y el supuesto “mundo libre” actuó con contundencia. El problema para que ello no suceda es fácil de explicar: Bolsonaro es herramienta útil para los dirigentes que deberían deponerlo. Los poderes facticos ya son supranacionales, poco se puede oponer al capitalismo depredador que ha vaciado de contenido el supuesto poder de los estados democráticos.

Este estío he visitado la costa normanda. Recorrí todas las playas de desembarco y mostré mi respeto a los combatientes que yacen en tierra gala tras haber dado su vida por un mundo libre y justo. Aquella campaña era moralmente aceptable por tratarse de una invasión para romper yugos y no para conquistar y someter. Hoy, la mayor tragedia de nuestra historia como especie requiere que nos liberemos de los nuevos tiranos...

Me permitiré adaptar el mensaje del que fue Presidente de los Estados Unidos y en su momento, Comandante Supremo de la Fuerza Expedicionaria Aliada el 6 de junio de 1944. Me refiero a Dwight David «Ike» Eisenhower, un hombre que evidentemente nada tiene que ver con Donald Trump, personaje aliado del reaccionario genocida Bolsonaro.

¡Ciudadanos, integrantes de la Fuerza Expedicionaria Aliada!

Estáis a punto de embarcaros en la Gran Cruzada, hacia la que hemos empleado todas nuestras energías durante muchos meses. Los ojos del mundo os contemplan. Las esperanzas y las plegarias de las gentes amantes de la libertad en cualquier lugar marchan con vosotros. En compañía de nuestros valientes aliados y nuestros hermanos en armas en otros frentes, vais a conseguir la destrucción de la máquina de guerra económica, la eliminación de la tiranía ultraliberal sobre los pueblos oprimidos de nuestro planeta, y la seguridad para todos nosotros en un mundo libre.

Vuestra tarea no será fácil. Vuestro enemigo está bien entrenado, bien equipado y curtido en el combate. Luchara de forma despiadada.

Pero esto es 2019. Muchas cosas han ocurrido desde los triunfos fascistas del pasado Siglo XX. Las Naciones Unidas han infligido a los depredadores grandes derrotas, en combate abierto, hombre a hombre. Nuestra ofensiva ha reducido seriamente su fuerza y su capacidad para continuar la guerra en tierra. Nuestros frentes en casa nos han dado una superioridad abrumadora en armas y voluntades y han puesto a nuestra disposición grandes reservas de ciudadanos entrenados. ¡La marea ha cambiado! ¡Los ciudadanos libres del mundo marchan juntos hacia la Victoria!.

Tengo plena confianza en vuestro valor, devoción por el deber y habilidad en combate. ¡No aceptaremos otra cosa que no sea la victoria total!. Buena suerte, e imploremos todos las bendiciones sobre esta gran y noble misión.

Que nada ni nadie  justifique lo que sucede, que nadie argumente con mentiras lo que hacen nuestros enemigos. Estamos en guerra, esta es una guerra mundial, es momento de recuperar el coraje.

POLITICA ES MORAL

domingo, 4 de noviembre de 2018

ESTE ENORME Y AMARGO SILENCIO



Hace ya mucho tiempo que renuncio al encuentro con las letras que siempre supieron concretar mi opinión. Creo que el miedo me ha atrincherado frente a las preguntas, respuestas y opiniones de tantos que considero amigos y familia. En cualquier caso, nobleza obliga y corresponde decir lo que se piensa y aceptar las más que seguras pérdidas.

Siempre he afirmado y afirmo que soy español viejo y catalán a todas luces, pero ¿qué significa eso realmente?. Asevero que se trata de una hermosa realidad, pues siempre crecí en el convencimiento de que las diferencias son sinónimo de riqueza y que en ellas germina el progreso. Sencilla fue en mi casa la reflexión: contraponer ideas siempre genera oportunidades nuevas.

Bien, no es el caso. Jovellanos -ya en el siglo XVIII- afirmó que para los ignorantes, la tierra tan sólo genera malezas y matojos. Ahí precisamente radica la causa que nos hace vivir en este enorme y amargo silencio: la incultura orgullosa de tantas y tantas gentes. Por razones que ahora descubrimos, la política que pareció generosa en nuestra transición nos ha llevado a despreciar todo lo que desconocemos y a remedar nuestra propia desgracia machacando a otros.  Duele pensarlo y mucho más escribirlo, pero la verdad es el único camino si deseamos arreglar las cosas.

¿Qué lleva a un ciudadano que sobrevive con un sueldo de miseria a salvar su existencia en base a una realidad superior a la que denomina patria?. No lo sé, pero de lo que si estoy convencido es que las almas se han hecho pequeñas y que el miedo está haciendo cómoda  la miseria. ¿A qué obedece que cuando uno se impone la necesidad de informar en conciencia sobre lo que sucede en Cataluña, los interlocutores le consideren su enemigo?.  Ya no hay lugar a la opinión basada en datos, ya no es posible reconvenir los mensajes llenos de noticias falsas, ya se ha impuesto una ignorancia activa que además está dispuesta a admirarse sin rubor alguno. En resumen, en mi país, disfrutando de la escolarización plena que soñamos en la República, la masa social es más feliz con el desconocimiento que con el saber.

En cualquier caso, uno podría lidiar con la idea de que aquellos que no saben incurran en repetidos errores, pero ¿cómo hemos de categorizar a aquellos que si saben y conocen pero siguen mintiendo?. Aquí está el enemigo, aquí está el frente de nuestro tiempo: el fascismo resucita embozado tras un rostro amable y así es aceptado incluso por los más pobres. Es tan sencillo el mensaje de la derecha en España, que nadie se exige distinguir entre lo que necesita demostración y lo que no la necesita. Es la mayor de las derrotas, sin lugar a dudas.

Demasiada gente habla repitiendo datos asquerosamente falsos. Personas que como loros, repiten lo que con tesón les repiten los salvadores de la sacrosanta España., se sienten orgullosos y completos cuando no tienen nada tangible entre las manos. Y la ignorancia crece, crece como una mala hierba en el camino. Encajemos la evidencia, en  ninguna época de mi país se ha podido saber mejor que ahora que habría de significar ser español. Pero en verdad, nunca se ha sabido menos qué somos.

Regresó la mula al trigo: dos Españas, una encarnada por la nueva CEDA 2.0 y otra por un Frente Popular que perdió su espíritu en un lejano proceso constituyente en el que vendió el alma al diablo.

No me gusta lo que veo al frente, pero me horroriza lo que estando a mi espalda, pretende salvarme. Llegados a este punto tan solo nos queda batirnos: seguiremos –aunque nadie escuche- haciendo pedagogía.

POLITICA ES MORAL

miércoles, 6 de diciembre de 2017

LA CONSTITUCIÓN DE FORGES LA RIMÓ FEDERICO


Aún recuerdo la alborozada llegada a casa de mi hermana. Traía en su mano una edición de la Constitución Española ilustrada por Antonio Fraguas de Pablo, más conocido como Forges.

Mis padres observaron el libro con sincero interés, pero yo –no les he de engañar- no le hice ni puñetero caso. Tenía 12 años y otros problemas que me parecían mucho más relevantes que lo que pudiese explicarse en aquella encuadernación en cartoné. Bien, el tema es que Mercedes me amenazó: “sepas que repasaremos la Constitución para que aprendas lo más importante que ha pasado desde 1812 en España”. No pueden imaginar la cosa, se me pusieron los pelos como escarpias, pues ella me había ayudado en la catequesis previa a la primera comunión y era mi profesora particular en las asignaturas de la escuela. En su dulzura era inflexible y de veras, introducir otra variable de estudio a su lado, me enfadó.

Aquella muchacha se convirtió en una noble maestra y más tarde en una licenciada en eso tan amado que ella definía como “ciencia histórica”. Regreso con la mula al trigo y les pido disculpas por distraerme. Bien, que sí o sí me leí la Carta Magna y mi magister me guió en mi escaso entendimiento poniéndome ejemplos que hiciesen comprensible algo tan trascendente y denso. Recuerdo –como denominador común- la insistencia en la idea de que la Constitución era una herramienta con criterio plural que sabría solucionar los problemas de España. Cuando yo me ponía impertinente y replicaba, preguntando como un texto podía arreglar las cosas de un país, Mercedes contestaba: hermano, el otro camino siempre es violento. Salía entonces con aquello de que siempre es más fuerte la pluma que la espada y que si patatín y patatán...

De nuestras lecciones-conversaciones de aquel momento, atesoro algo muy valioso y oigan, voy a compartirlo en base a presentes. Yo, en mi corta entendedera, pregunté si se trataba de algo similar a una Biblia, vamos, algo sagrado. Ella rio prudente y respondió que no. Afirmó ufana que la Constitución habría de ser guía pero nunca dogma. Huelga que les diga que se lanzó a hacerme entender que era un dogma. No le podías dar un metro, te flanqueaba y –como antes apunté- sí o sí, aprendías. Nunca lo agradeceré lo suficiente, tener una maestra en casa fue una suerte. Con el apoyo de mis padres, mi hermana mayor, iluminó caminos que me han traído hasta hoy.

Bien, el tema es que en nuestro presente, pareciera que la Constitución hubiese mutado en un arma arrojadiza o en lo que es peor, en un acomodo de una clase política que hace abuso de eso que se ha dado en llamar el “espíritu constitucional”. Miren, uno es creyente, pero puestos a elegir prefiero propuestas tangibles que no entes ectoplasmáticos.  Para fantasmas ya tenemos a muchos políticos que nos asustan para que convirtamos sus razones en propia fe inquebrantable. Yo hoy celebro el Día de la Constitución, pero no puedo mirar sin preocupación el futuro. No estoy tan solo preocupado por el socorrido “problema catalán” que todo lo explica, también me inquietan los voceros que afirman que la Constitución –tal como está- es la garante del espacio de derecho y la solidaridad de los españoles. Se siente uno como un despreciable apóstata cuando se ve denostado  por reclamar evolución en la Carta Magna. Miren, no deja sorprenderme que para muchos, reclamar semejante cosa, es  querer levantar fronteras y fomentar así la insolidaridad. Y ¿saben?, suscribiría totalmente la afirmación si la citada Ley marco fuese lo que ha de ser. Como decía mi hermana, un camino, una herramienta, nunca un dogma. Es innegable que en su formato actual acometió la más que compleja puesta en marcha de un Estado con heridas aún abiertas por una guerra civil, pero llegados al siglo XXI toca adaptarla a un tiempo en el que los problemas son las carencias sociales y la ausencia de un veraz proyecto de futuro.  

Miren, no deseo ver a mi país como un remedo de la Casa de Bernarda Alba. Pensar en ello me lleva en volandas a García Lorca y así, apoyándome en el hombre al que mataron por estar vivo, afirmo que aquella Constitución de  Forges deberá rimarla el granadino: ¿Te colgaré sobre los muros de mi museo sentimental, junto a los gélidos y oscuros lirios durmientes de mi mal? ¿O te pondré sobre los pinos -libro doliente de mi amor- para que sepas de los trinos que da a la aurora el ruiseñor?

Feliz Día de la Constitución de todos.

POLITICA ES MORAL

miércoles, 8 de noviembre de 2017

EN EL FONDO, LA IZQUIERDA


Yo le rezo con fe insondable a Jaume Perich Escala, "El Perich". Escritor, dibujante y humorista, fue uno de los más bruñidos espejos en los que reflejar lo que era y sigue siendo nuestra sociedad.  Le añoro –y no soy el único- pues apuntilló la realidad de un modo que nos hace imposible olvidarle. El puñetero maremagnum de nuestro presente, al maestro Perich le ofrecería un caladero densamente poblado de feliz estupidez. Vamos, tendría el hombre una fuente de inspiración inagotable. Su pluma, en los momentos que vivimos, hubiese sido más fuerte que la espada, no en balde la esgrimiría un espíritu libre.

Tengo grandes frases del maestro grabadas a fuego en mi pasado. Hoy mismo, siguen explicándome de que va la pertinaz gana de cacarear y no poner nunca un huevo para hervir en el puchero. Una de las que más me gustan y que recuerdo cabreaba mucho en mi casa, dice así: “En nuestra sociedad no hay trabas: se puede ser de derechas o se puede pensar de izquierdas.” Mi augusto padre y algunos de mi familia ponían a bajar de un burro a Perich, pero tras las primeras descalificaciones –curiosamente- se hacía el silencio. Era y es un hecho, ser de izquierdas nos hace críticos. ¿Saben?, eso lo sabemos todos y siendo bueno y necesario eso del criterio propio, nos abre brechas en el frente y acabamos recibiendo hasta en el carnet de identidad.

Miren, uno era joven y ya empezaba a intuir de que iba eso de sobrevivir en el progresismo. Aprendí en casa que progresar era o debía ser avanzar, mejorar, en definitiva, hacer adelantos en aquellos aspectos para lograr una sociedad verdaderamente justa. Pero claro, teniendo maestros, uno va aprendiendo -¿lo imaginan?- a cuestionarlo todo. Llegó a mis manos, cuando contaba con quince tiernos años el libro Prietas las Filas de la hispanista Sheelagh Ellwood y se me vinieron al suelo todos los palos del sombrajo. La obra relata la historia de la Falange desde 1933 a 1983 y he de decirles que me gustó la lectura a la par que me preocupó y mucho. La cosa me quedó meridianamente clara: la derecha converge ante lo que considera sus objetivos y la izquierda ni por asomo. De no ser así la cosa, ¿estaríamos como estamos?, no lo duden, la respuesta es un no como el sombrero de un picador.

Vamos a los hechos que se nos imponen y observemos que ha ido sucediendo y sucede en el presente de España. En Cataluña más de dos millones de ciudadanos se han puesto de acuerdo durante años en mostrar en la vía pública la defensa de una idea que es una ilusión. Una ilusión que no parece concretarse en un proyecto de eso que les apuntaba antes como progreso. Se confunden los sentimientos con la solución a los verdaderos problemas del país y lo más sorprendente del caso es que la izquierda se ha integrado en la sinrazón de un objetivo, hoy por hoy, vacío. Es exigible, de los partidos que se denominan progresistas, el compromiso de que su poder de convocatoria se dirija a luchar por lo realmente necesita la gente. A riesgo de caer en la tontería, eso que necesitamos se concreta en la educación, la sanidad, la atención a la dependencia, la justicia, las infraestructuras y como sostén de todo ello, en el desarrollo de medidas económicas adecuadas y realistas.

Pero nones, la derivada de la casa común de la izquierda es la propia de una finca mal construida con filtraciones en paredes y techumbre. Lejos de buscar soluciones a los problemas, los políticos del espectro izquierdoso se acomodaron en el estatus de cargo electo, se agarraron al poder en base a sus rendimientos electorales y a los ingresos que estos generan. Así nos luce el pelo y lo dice un calvo. Vamos a ir tomando el pulso a la realidad: hemos perdido la guerra de las ideas por no saber construir nada útil sobre ellas. Dando mil y una vueltas sobre lo que han expresado nuestras calles, reivindicando conceptos vagos de España y Cataluña, lo único que vemos es trapo desplegado que no acoge aire para hacer navegar la nave. Me cuesta creer que no hagamos frente común para conseguir un futuro tangible. No entiendo que la pléyade se siglas de la izquierda hispana se maquille cada día en cuestiones superficiales que no van más allá de tranquilizar su conciencia. Bien le ha ido a todo el mundo el llamado problema catalán.

En el fondo, la izquierda. En la superficie una derecha homogénea y empoderada que debería estar encausada y sentenciada. Demasiadas veces lo escuché de aquellos que van ganando: la izquierda no hace nada a derechas. Añadiría lo que amargamente decía Don Ginés: el comunista deja de serlo cuando tiene moto propia, igual que el cura, llegando a obispo, deja de creer en Dios.

POLITICA ES MORAL 

domingo, 5 de noviembre de 2017

OSITO JUNQUERAS


Varios policias de mi país que hacía labores de vigilancia frente a la Audiencia Nacional, mientras esperaban que los miembros del Gobierno Catalán fuesen trasladados a prisión, mostraron su deseo de que los reclusos se follasen al osito Oriol Junqueras. Es más, barruntaban que bien follado (explicaban gráficamente que a cuatro patas) incluso le arreglarían el ojo vago. Ya saben, uno de los aspectos físicos que identifican al ex vicepresidente de la Generalitat.

Gloriosa la gente que sirve a mi patria, diría que ejemplo de los valores hispanos, sin duda lo mejor de cada casa. Miren, muchos estamos hartos de veras, hartos de observar que esto de la independencia haya sacado del armario tanta, tantísima mierda. ¿Un español de bien es alguien que de media sabe comer, dormir, cagar y a la que puede, joder al que no piensa igual que él?. Bueno, decir pensar mucho parece, mejor digamos que se limitan a mirar de comprar teles y coches a plazos, pensándose los muy ilusos que son clase media. Para estas gentes el peligro rojo podemita es el problema de nuestras días, y llegados al pulso catalán, encuentran, en una Patria que no saben explicar ni entienden, sentido sencillo para su aburrida vida.

¿Qué puñeta hacen los nazis, fascistas o llámense a esta gente como se quiera en las manifestaciones en defensa de la unidad de España?, ¿qué hacen los organizadores y los partidos demócratas yendo de la mano con las siglas que reverdecen el franquismo y que renuevan la fantasmagórica idea que ser de izquierdas es pertenecer a infectas hordas marxistas?. ¿Qué sucede para que la policía no actúe de oficio ante gentes que cantan el cara al sol o que piden que los indepes sean fusilados?. No sé, la verdad, pero tenemos un problema, pues no puede pensar un español de bien, convencido demócrata, que para salvar la unidad y el proyecto futuro de España, sean activos relevantes los nazis de nuevo cuño que defienden una pasado que nunca han vivido.

Miren, en ya demasiadas ocasiones he dejado claro que el proceso a la independencia de Cataluña es algo basado en una quimera y que se inició con una ruptura legal que resulta imposible  ponderar. Vamos, que se han tenido un par de cojones para dar por hecho que aquí, con sonrisas y banderas, se creaba un nuevo estado y los actores implicados se quedarían tranquilos y callados. Está claro el tema, pero lo que ahora pienso es otra cosa: defendiendo la unidad de España, ¿también le salvamos la piel a los ladrones que dicen salvarla?. Ahí, más que pocos nos preguntamos qué piensa el español medio que sufre el paro, la falta de apoyo a la dependencia, la degradación del sistema sanitario, la pérdida de capacidades educativas y por ende,  la falta de un futuro para sus hijos.

Soy catalán, soy español y no deseo que vengan a salvarme en nombre de una patria que gobiernan gentes que no me representan. Es cierto que ese Gobierno fue votado, pero también lo fue el de Cataluña y lo cuestionamos en base a sus faltas o delitos. Espero que se acabe por entender que no puede la zorra guardar el gallinero. No puede un partido corrupto tapar su mafia en nombre del alma de España. Estimados compatriotas, ¿queréis ayudar?, pues pugnar por un verdadero estado de derecho que inhabilite a un Gobierno que debería estar defenestrado por sus incontables causas judiciales. No lo queremos ver, pero el jodido y kafkiano conflicto Cataluña-España está resultando un negocio redondo para las oligarquías extractivas de uno y otro lado. Miren, quitémonos la venda de los ojos, toca unirnos en una idea de país que se base en los derechos y las obligaciones de la ciudadanía. No podemos seguir a los aedos de las mentiras en base a una vacía idea de patria. Lo hemos observado en la propuesta secesionista catalana, ¿queremos vivir e imponer nosotros lo mismo?.

Lo estamos haciendo mal, pues lo que se nos transmite a los que vivimos en el Principado, es que las leyes y las fuerzas de seguridad del Estado vencerán y machacarán. En conciencia, aspiramos a algo más. Deseamos llegar a un acuerdo marco, cuyo espíritu sea inclusivo de todos y cada uno de los catalanes. ¿Qué puede esperarse de un Gobierno que en boca del Vicepresidente del Senado amenaza con aplicar otra vez el 155 si en las elecciones de diciembre vuelven a ganar los independentistas?. ¿Era necesario proceder a encarcelar cuando nuestra legalidad puede actuar de forma más ponderada e igualmente expeditiva?. Algo hemos de saber ver, lo que se hace en Cataluña da votos en España y lo mismo a la inversa. Ha de romperse el binomio diabólico que alimenta el nacionalismo de una y otra orilla. La herida está más que abierta y un Gobierno de estadistas y no de oportunistas, lucharía con denuedo por cerrarla. Si piensan lo contrario y les place el guion que ahora se representa, quizás yo empiece a entender que su idea de España, más que me duela, no es la mía.

Oír que a unos agentes de mi policía, les resulta gracioso imaginar cómo violan a un político que representa -según nuestras propias leyes- a muchos españoles, me hace pensar que empezando por una punta, a todos nos llegará el turno (disculpen el recurso) de que nos den por el culo. A vueltas con Ortega y Gasset, estimados y respetados compatriotas, habéis de saber que España no es esto que nos quieren vender.

POLITICA ES MORAL  

viernes, 3 de noviembre de 2017

EL BARÓN RAMPANTE


No sé  qué me lleva a mirar poco hacia Italia. De hecho, mi presencia en el país transalpino siempre resultó grata, pero quizás intuyo a los italianos una mar de fondo que nunca comprendí. No me gusta la improvisación como modelo de conducta social, será por la poca sangre tedesca que me queda en las venas.

Raruno es uno cuando intenta entender la realidad, no lo voy a negar. Pero miren, siempre parece que invitados inesperados me ofrecen pautas cuando mi pelota no da para más y amanaza con estallar. Hoy he visto –como me sucede demasiado últimamente- un asidero en la única  finca valiosa que poseo. Me refiero a mí amada biblioteca y entre todos sus habitantes, voluntarioso y extraño, se me ha significado el lomo del Barón Rampante del genial Italo Calvino.

Nacido en Cuba, Calvino regresó al país de origen de su familia y  a la edad de veinte años, fue reclutado por la fascista República Social Italiana. Desertó y se incorporó a los partisanos que la combatían. Tras el conflicto mundial, retomó sus estudios y trabajó como periodista mientras empezaba a sumergirse en la literatura. Quien conoce al autor, observa que ahí encontró el modo de intentar explicar eso de ser ciudadano en el tiempo que le tocó vivir. Bien, siendo su producción vasta, como les decía, ha sido el Barón Rampante lo que hoy me ha recetado el literato a modo de analgésico.

El libro explica la vida del Barón Cosimo, un noble en decadencia que tras una banal discusión con su padre decide vivir en los árboles y nunca más volver a habitar la tierra. Curiosa propuesta, ¿no es cierto?. Bien, quizás no tan descabellada, pueden creerme. Creo que podrá resultar curiosa la historia, pero Calvino describe magistralmente un mundo que niega la voluntad y los deseos del individuo. Comparto la tesis en su totalidad, pues es un hecho que las sociedades, mejor dicho, los gobiernos, pretenden poner en barbecho la libertad del ciudadano y buscaron y buscarán la forma  de allanar el criterio subjetivo en aras de unos supuestos comportamientos que buscan el bien común.

Miren, les hablaba de los asideros necesarios y de la mentalidad italiana, pero quiero guiarles al movimiento al que inicialmente se sumó Calvino. Me refiero al neorralismo, una forma de escribir que se convertirá en uno de sus valores inapelables: el autor simplifica su narrativa con una sincera voluntad de servicio a sus lectores, a todos los lectores, incluso a aquellos que pudiesen considerar no serlo.

En honor a mi hoy Doctor de cabecera acabo y lo hago simplificando, pues no queda otro remedio. En Italia la mafia es cosa de antiguo y ha controlado la sociedad en caótico orden, pero en España –supuesta nación modélica- los delincuentes no necesitan sombras y a cara descubierta, forman parte del gobierno.

POLITICA ES MORAL