domingo, 25 de agosto de 2019

LA GUERRA MUNDIAL Y EL DESEMBARCO DE LA AMAZONIA




Aquellos a los que les falta coraje encontrarán una filosofía para justificarlo. Albert Camus.

Bien, estamos en guerra. Una guerra sin movimientos de tropas o bombardeos constantes, pero sin duda, una guerra genocida. Las élites extractivas nos atacan y nos están robando el futuro como especie: nunca, en la historia de los conflictos humanos, tan pocos hicieron tanto daño a tantos.

Lo que sucede ahora mismo en la Amazonia es un ataque frontal auspiciado por un fascista en beneficio propio y en el de aquellos yonquis económicos a los que representa. Corresponde responder con prontitud y fuerza, pues la fatal crisis ecológica que suponen los incendios en los pulmones de nuestro planeta es casus belli.

Ya no creo en los foros de debate o en los organismos globales. No es momento de palabras bienintencionadas y si de hechos concretos. Hay que acabar con los nuevos dictadores disfrazados de demócratas, hay que atacar Brasil y salvar el mundo.

No se trata de una posición extrema, pues ya conocimos en el pasado la misma argumentación – recordemos la invasión de Europa para liberarla del nazismo- y el supuesto “mundo libre” actuó con contundencia. El problema para que ello no suceda es fácil de explicar: Bolsonaro es herramienta útil para los dirigentes que deberían deponerlo. Los poderes facticos ya son supranacionales, poco se puede oponer al capitalismo depredador que ha vaciado de contenido el supuesto poder de los estados democráticos.

Este estío he visitado la costa normanda. Recorrí todas las playas de desembarco y mostré mi respeto a los combatientes que yacen en tierra gala tras haber dado su vida por un mundo libre y justo. Aquella campaña era moralmente aceptable por tratarse de una invasión para romper yugos y no para conquistar y someter. Hoy, la mayor tragedia de nuestra historia como especie requiere que nos liberemos de los nuevos tiranos...

Me permitiré adaptar el mensaje del que fue Presidente de los Estados Unidos y en su momento, Comandante Supremo de la Fuerza Expedicionaria Aliada el 6 de junio de 1944. Me refiero a Dwight David «Ike» Eisenhower, un hombre que evidentemente nada tiene que ver con Donald Trump, personaje aliado del reaccionario genocida Bolsonaro.

¡Ciudadanos, integrantes de la Fuerza Expedicionaria Aliada!

Estáis a punto de embarcaros en la Gran Cruzada, hacia la que hemos empleado todas nuestras energías durante muchos meses. Los ojos del mundo os contemplan. Las esperanzas y las plegarias de las gentes amantes de la libertad en cualquier lugar marchan con vosotros. En compañía de nuestros valientes aliados y nuestros hermanos en armas en otros frentes, vais a conseguir la destrucción de la máquina de guerra económica, la eliminación de la tiranía ultraliberal sobre los pueblos oprimidos de nuestro planeta, y la seguridad para todos nosotros en un mundo libre.

Vuestra tarea no será fácil. Vuestro enemigo está bien entrenado, bien equipado y curtido en el combate. Luchara de forma despiadada.

Pero esto es 2019. Muchas cosas han ocurrido desde los triunfos fascistas del pasado Siglo XX. Las Naciones Unidas han infligido a los depredadores grandes derrotas, en combate abierto, hombre a hombre. Nuestra ofensiva ha reducido seriamente su fuerza y su capacidad para continuar la guerra en tierra. Nuestros frentes en casa nos han dado una superioridad abrumadora en armas y voluntades y han puesto a nuestra disposición grandes reservas de ciudadanos entrenados. ¡La marea ha cambiado! ¡Los ciudadanos libres del mundo marchan juntos hacia la Victoria!.

Tengo plena confianza en vuestro valor, devoción por el deber y habilidad en combate. ¡No aceptaremos otra cosa que no sea la victoria total!. Buena suerte, e imploremos todos las bendiciones sobre esta gran y noble misión.

Que nada ni nadie  justifique lo que sucede, que nadie argumente con mentiras lo que hacen nuestros enemigos. Estamos en guerra, esta es una guerra mundial, es momento de recuperar el coraje.

POLITICA ES MORAL