jueves, 8 de mayo de 2014

CAMBÓ Y LA COSTA BRAVA


 
El poder impregna de indiferencia todo lo que no es poder . Enrique Tierno Galván
Escribir no siempre resulta grato. Escribir es casi una actividad de riesgo, no por atentar contra aquellos que leernos puedan, sino por obligarnos a repasar lo que al escribir pensamos.
Hace unos días disfruté de un agradable retiro en una localidad de la Costa Brava catalana. Compartí mesa y conversación con verdaderos catalanes, vamos, de los de pura raza. Ríanse ustedes de los “ocho apellidos vascos” que titulan la  exitosa película que ironiza sobre las relaciones “norte-sur”.

Implicados en actividades profesionales o de empresa, a niveles que ni oler puedo, se avinieron a conversar con un intruso que a todas luces, les aportaba novedosa distracción fruto de lo extraño que resultaba el tenerle “tan cerca”. Y fueron horas de aprender y de aprenderse, pueden creerme...
Huelga decir que es de obligado cumplimiento abrirse a todo y a todos, que todo debe respetarse y ser entendido aunque no podamos compartirlo, pero al final de todo buenismo debe aparecer la voluntad de no parecer idiota. Es en el momento de la desvergüenza cuando, sin dudar, debemos verbalizar un “basta”. Muchos bastas debieron pronunciarse y ninguno fue oido ni escuchado, pues era yo solo el que hubiese podido llevar el recado. Oir y callar, hablé cuando se me preguntó y pretendiendo no parar sus sinceras confesiones, opté por divertirles y tirar de los sedales que creí ver engarzados con brillantes anzuelos en sus educadas bocas.
 
A las cosas por su nombre y tonterias las justas, la mayoria de la élite de este pais llamado Cataluña no cree ni por un instante en el gran proyecto nacional. El verdadero poder económico lleva a la anécdota la esperanza de una mayoria ciudadana que se precipita a una independencia que supuestamente le ha de deparar mejoras socio-económicas y el control de su futuro. La burguesia de rancio abolengo observa condescendiente como  sus cachorros enarbolan banderas esteladas, pero sabe que a poco tardar, con sus iguales del Barrio de Salamanca se sentará a pactar. Pactará no cuestiones nacionales, pactará como siempre ha sido, pactará como hacer que los dineros sigan donde estaban y que a ser posible crezcan mucho más...

A precio de parecer iluso, no dejé de sorprenderme durante todas sus reflexiones. Nada parecía ser válido, todos los partidos implicados en el proceso de autodeterminación eran considerados poco más que clowns en el circo que en este momento “ha llegado a su pueblo”. No se trata de convicciones identitarias, pues quedó meridianamente claro que para mis anfitriones y sus amigos, la ideologia es una herramienta de dominio para defender los intereses de clase.

Permítanme hacer mención  de la manifestación del 1º de mayo. Al regresar hacia casa pasé junto al monumento que en la intersección de Via Layetana y la calle Jonqueras recuerda a Francesc Cambó. Algún descontrolado habia vertido un bote de pintura sobre la estatua, capté la imagen y esta acompaña a este escrito. No comparto el vandalismo y siempre defiendo que la memória histórica debe permitir el recordarlo todo, sin excepción. Cambó, uno de los padres de la Patria bandeó de una posición nacionalista a otra de apoyo al sublevado Gobierno de Burgos, no podia aceptar un régimen comunista de ganar la República la Guerra Civil.

Puestos a elegir, los intereses de clase se impusieron a los supuestos derechos de Cataluña. Los “cambós” de entonces y de ahora pueden ser agredidos con pintura pero nunca se manchan...
Quizás mi entendimiento no de mucho de sí, pero en el proceso hacía la independencia de Escocia, lo primero que sus promotores presentaron fue el texto titulado "El futuro de Escocia. Su guía para una Escocia independiente". A favor o en contra, todo escocés puede dar respuesta a sus inquietudes para el dia despues tras la secesión del Reino Unido. Aquí, pese a mi sincero interés, mucho escucho para no entender nada. Perdónenme  pero aquí ,en realidad, parece que los verdaderos tripulantes no quieren llegar a puerto.

POLITICA ES MORAL

martes, 6 de mayo de 2014

PATENTE DE CORSO


 
Los hombres están siempre dispuestos a curiosear y averiguar sobre las vidas ajenas, pero les da pereza conocerse a sí mismos y corregir su propia vida. San Agustín de Hipona
Van ya unas cuantas reflexiones sobre la red y ninguna de ellas parece dar respuesta a mis inquietudes. Muy al contrario, derivo poco a poco a poner en cuestión su “verdadero valor”. ¿Nos aporta espacios comunes y de progreso?, ¿nos facilita la puesta en común de intereses y acciones en beneficio de todo nuestro entorno social?. La verdad es que cual frente de la Gran Guerra, se ha convertido en un laberinto de trincheras que lejos de dar movilidad a las “tropas ciudadanas”, las inmoviliza en el barro.

Por otra parte, se da la circunstancia de que PC´s, portátiles, tablets y smartphones nos facilitan patente de corso para atacar todo el tráfico virtual sin miedo a perder nada en los abordajes. Ese y no otro es el éxito y a un tiempo el fracaso de la “gran herramienta de la comunicación”. Naturaleza extraña la del cada vez menos sapiens ser humano, cuanto más podría evolucionar, más reivindica el conflicto antagónico.
Luchas encarnizadas se observan en los hilos de los chats, expresiones que no seríamos capaces de utilizar frente a nuestros interlocutores en persona, son gratuitamente utilizadas cuando tan solo vemos de ellos una foto de perfil y un cursor que escupe textos.

Dicen que el gran éxito del Diablo es hacernos creer que no existe. Una vez más, lo que parece un tópico viejo como el tiempo, toma visos de realidad. Llenándonos las manos con herramientas que pueden hacerlo todo, se ha conseguido inmovilizarnos para que no hagamos nada...
Permítanme reflexionar en clave de pasado. En el momento de la aparición de la radio y la televisión, existian  dos escuelas socio-económicas que teorizaron sobre su uso y trascendencia. Una, denominada “Escuela de Frankfurt” apelaba al uso de los medios de comunicación de masas como herramientas para aportar conocimiento compartido y acercar las posiciones ciudadanas. La otra, llamada “Escuela de Chicago” abogaba por la innegable utilidad comercial de los medios para ofertar productos y servicios...

Bien, quizás no es necesario alargarse más, está claro cual de las dos se impuso con el devenir del tiempo. Nuestro presente ha regresado a los años veinte del siglo pasado y nosotros seguimos atrincherados, no hemos aprendido nada.
POLITICA ES MORAL