miércoles, 25 de enero de 2012

SOCIALISMO EMPRESARIAL


“La empresa es un bien social en si misma. Dota de medios de vida a todos aquellos que participan en ella”. Gines García Pagán.
La idea que predomina históricamente en la intelectualidad progresista, es que la persecución del beneficio no es una actividad moral…
Se ha venido condenando el mercado, el comercio, el dinero y las instituciones financieras. Todo bajo el equivocado prisma de que los actores implicados en ellos no se ocupan de la realidad social sino de “extraños” cálculos de beneficios y costes.
Parecería ser así, pero no es cierto.
Aparcando lo “indecente” de los posicionamientos actuales de los “poderes económicos”, la filosofía social necesita de las estructuras económicas para progresar.
Es la búsqueda del beneficio del entramado empresarial, lo que dota al entrono social de los recursos necesarios para cumplimentar sus necesidades colectivas.  No debemos olvidarlo…
El empresario va “más allá” de la mayoría de los ciudadanos, pone en práctica estrategias de competencia y asume riesgos. El objetivo es sin duda la obtención de  beneficio sobre su oferta en el mercado.
Pero no lo olvidemos, su actividad genera medios de producción a otros que, a su vez, servirán para producir a otros, así indefinidamente. Este orden “plural” propicia la disposición de recursos para la necesidad “final”, el sostenimiento de las estructuras sociales.
Disponemos de ejemplos próximos. Los países del norte de Europa pueden ser definidos como “capitalistas” (recordemos empresas como Volvo, Saab, Nokia, etc..) y sin embargo, su economía ha generado un bienestar social enorme, los niveles de cobertura más amplios…
Exigir el cumplimiento de las obligaciones contributivas es un deber de los poderes públicos, pero para recaudar hay que dejar “trabajar”.
El concepto “empresa” también puede ser propio del progresismo, de veras…
POLITICA ES MORAL

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