lunes, 9 de enero de 2012

GOLPE DE ESTADO “DEMOCRATICO”


Lo siento…, alguien debe decirlo.
En el Estado democrático moderno, discrepar no es un error, es un delito.
Esta es la lógica del Estado cuando cree atacada su autoridad absoluta. Quien está contra mí (lo dicen los políticos) es enemigo de la justicia. Quien es enemigo de la justicia (la que gestiona la casta política) es enemigo del “pueblo”.
Los supuestos representantes del Pueblo, elegidos “libremente”, se enfrentan a aquellos a quien dicen “proteger”…
Así, el Estado democrático se transforma en dictadura sin la necesidad de un “caudillo” totalitario. Los propios mecanismos internos del sistema, retroalimentado por nuestros queridos cargos electos, crean los medios para un golpe de estado permanente que se “vende” al ciudadano como la única fórmula para prosperar como sociedad.
Digamos de una vez que existe una conspiración contra la libertad pública. Una conspiración fuerte que debe su fuerza a la coalición de políticos que sirven a amos que les garantizan su sustento. Que poco a poco, en una labor constante, dejan fuera de la acción social a sus verdaderos protagonistas: los ciudadanos.
¿Cómo sanar esta enfermedad?. Castigar a los traidores, renovar todos los ámbitos de gobierno y gestión, constituir una unidad social real que pueda levantar sobra las “ruinas”, el poder de la justicia y libertad reales.
Debemos hacer un último esfuerzo para “curar” a nuestra sociedad. Significarnos en la lucha contra todos aquellos que nos someten (o pretenden someternos) y proponer una Democracia “purificada” y gobernada por hombres nuevos.
Los actuales gobiernos “dictatoriales” se sostienen por una tela de araña de ministerios, comités, portavoces y demás organismos emponzoñados….
Nadie parece ser responsable de los actos de poder. Han conseguido que los árboles no nos dejen ver el bosque…

¡Basta ya!. Alcémonos y expulsemos a los dictadores.

POLITICA ES MORAL

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