jueves, 12 de enero de 2012

FALSOS LIDERES


En cualquier colectivo humano se establece de forma natural o impuesta, una situación de liderazgo.

No puede negarse la necesidad de estructurar la sociedad, mediante fórmulas que hagan tomar consciencia a los ciudadanos de los aspectos que configuran el denominado “interés común”.

Como todos los componentes de la masa social deben  atender a sus propios asuntos, el liderazgo de los más “capaces” se torna imprescindible. Pero.., ¿quiénes son los más capaces?, ¿cómo se detecta la capacidad de liderazgo?.

En la política actual, los cargos electos han perdido la visión de la sociedad que supuestamente gestionan y protegen. En realidad, anteponen sus intereses a los de sus votantes. Tan solo seguir la actualidad nos lo demuestra…

Lo que  subyace es la desconfianza a la autoridad. Se rompe el “contrato social”.

Para diluir responsabilidades, los modernos políticos se retro-alimentan, se autentifican dentro de su mundo de electos y acaban haciendo y diciendo cosas que favorecen su imagen dentro del partido en el que militan. Su labor deja de tener trascendencia real.

Cuando un militante se muestra atrevido, creativo, beligerante, el partido se cierra en banda, temeroso del riesgo de que se muevan sus estructuras internas. El partido tiene mente propia, es precavido, reacio a tomar decisiones, lento frente a las necesidades de los “gobernados”. El papel de liderazgo se ciñe al partido, la política real deja de existir…

La sociedad se ha dormido. Las causas de “interés común” están desprestigiadas, los supuestos líderes se han encargado de ello. La opinión generalizada de la ciudadanía es que los dirigentes no practican lo que predican. Han dejado de ser percibidos como referentes, como líderes que comparten riesgos y sacrificios. La ciudadanía piensa y ha interiorizado que sus supuestos representantes “solo miran por sus intereses”…

Hemos luchado durante muchos años para conseguir estructuras de gobierno democráticas. Ahora corremos el riesgo, de que ante la incapacidad de la política para gestionar la realidad, aparezcan nuevos líderes que mediante símbolos y lemas reúnan a la masa social. Mirar a otro lado no es liderar. Mirar a otro lado provoca que alguien venga y haga lo que nosotros no hemos querido hacer. Las dictaduras del siglo XX se amamantaron en brazos de la democracia.

POLITICA ES MORAL

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