-Buenas Magister, se le añora.
-Muy buenas, Condottiero. Te veo
beligerante, como casi siempre.
-Bueno, sería un buen día para
tener una larga y a bien seguro, fructífera
conversación. Ando con cierto desespero y le tengo lejos.
-Pues no desesperes. Donde hay
riesgos, hay también oportunidades
-¿Cómo no desesperar?. La cosa es
gris, muy gris y el común es o parece
imbécil en todo el orbe. Vamos a ver, ¿soy yo o es todo?.
-Mira, el común está hasta las
gónadas, como bien dices, y no encuentra respuestas ni soluciones…
-Los que andamos hacía atrás
pretendiendo hacer del pasado un bastón, sabemos que estamos llegando al límite
que pueden soportar las costuras. Habrán de caer muchos para que otros se
levanten. La cosa asusta, asusta mucho. Joder, hoy es de esos días en los que
mi yo es más suyo que mío.
-¡Madre de Dios!, realmente no sé
si eres homérico o un exagerado de narices.
Pues sé siempre tú, todos saldremos ganado.
-Le hablo más serio de lo que
pueda imaginar. ¿Qué puñetas hacen los tipos como nosotros para ser gozne y/o
cambio?, ¿qué cojones hacen las luces en noches tan cerradas?.
-Las Luces: gran palabra que
marcó una época. Ahora ya no existen, quedan islas como nosotros,
archipiélagos perdidos en el proceloso
océano, impotentes. No sé qué decirte, me gustaría dar un paso atrás y tratar
de ver las cosas con algo de perspectiva. El panorama es muy poco alentador,
pero quiero creer que, al final, un mínimo de cordura deberá imponerse.
-Su fe es enorme y por ello le admiro.
- Déjate de lisonjas por favor. Además,
creo que ahora que vamos a estar más solos con la retirada del Imperio, no
podemos eludir las enormes responsabilidades que se nos vienen encima.
-En este momento, la única labor
digna que me impongo es estar a su lado.
-Bien, yo siempre estoy al tuyo,
venga lo que haya de venir, bien lo sabes.
-Lo demás me evoca violencia
vieja y vivida, lo demás me hace imaginar filos y lanzas, lo demás me lleva al
desprecio del rebaño y a desear que sus pastores se despeñen.
-Tienes razón, la indignidad de
los dirigentes es el reflejo de la indignidad del pueblo. Ergo no queda otra
que retirarse y pasar por tonto frente a los imbéciles. Cada uno vive en su
celda y trata de hacerse intocable y así, el interés de la comunidad acaba por
no importar a nadie. En cualquier caso, creo que nuestra conciencia tiene un
valor, y que, por ello, debemos decir lo que pensamos. Razón y reflexión frente
a la irracionalidad imperante. Además, hay que ver el lado bueno (pongamos que
existe). Creo que son los chinos los que aconsejan vivir en tiempos
interesantes, pues aunque no nos gusten los tiempos que vivimos, al menos no
nos están dejando indiferentes...
-Con todo respeto, solo me
faltan los chinos. Decía mi abuela que los chinos un día nos comían. No paraba
de decirlo, por lo bajini, cada vez que nos llevaba al cine de verano y
proyectaban películas de Bruce Le.
-Mira, ha tenido gracia la cosa.
Me haces reír cuando ejemplificas con tus vivencias. Pero como te entestes en
el determinismo fatalista, lo único que le dan a uno son ganas de buscar una
trinchera bien profunda y ponerse a cubierto.
-Perfecto, riamos si así lo
quiere, pero ¿qué hacen –permítame el recurso- dos gentiles caballeros camino
de la Francia de las luces para conseguir la Enciclopedia?
-Quizá buscar no es sino una
manera de huir. Huir de la ignorancia, propia o de los demás, o buscar una
buena coraza contra la estolidez.
-Ergo, ¿hemos de dejar que la indignidad mate a los
indignos?
-Si los indignos caen por cuenta
de su propia indignidad, no es sino una manera, bien que poco poética, de hacer
justicia. El problema es ser víctima de la indignidad de otros y para ser
sinceros, lo primero que habría de hacerse es examen de conciencia para asumir
en qué medida somos corresponsables, si por acción u omisión no somos en parte
culpables. No todos en la misma medida, pero algo habremos hecho, aunque sea
como grupo.
-Le compro la idea. Comparto, ahí empezamos a
jugar la partida. Como parte de una comunidad no podemos ser ajenos a sus
errores, pero ¿cómo imponer criterios en este pandemonio ?. Todo aboca al
totalitarismo como previa a una regeneración…
-Esa es la
gran cuestión: como no quedar como la voz que clama en el desierto, y ser solo
vistos como locos que vociferan jeremiadas. El totalitarismo sería la solución
revolucionaria y yo, como sabes, soy más
partidario de la solución "evolucionaria", del camino medio que, es menos
estridente y más lento, pero nos permite tener una visión a largo.
-¿Podemos ser dignos sometiendo a
los demás "por su bien"?. Creo que no tenemos tiempo Magister, la
fractura generará la cura.
-No lo sé, no sé si hay tiempo,
pero las soluciones drásticas generan división en las sociedades y ello lleva
al enfrentamiento directo. Quién salga vencedor es ya cuestión de azar o
circunstancia, pero igual podemos ganar que perder, y creo que, al final,
perdemos más que ganamos. Además, el bien común es un término excesivamente
dúctil que puede estirarse como un chicle para hacer y obligar a hacer lo que
nos parezca. Una vez desatada la ambición de buscar la "sociedad
perfecta", llegamos a la dictadura arbitraria.
-No he de engañarle, admiro su
talante. Yo no dejo de pensar en que toca correr el riesgo. Es cierto que me
cuesta recordar una tiranía que no haya apelado a lo que es mejor par: la
patria, los nuestros, la raza, etc. Pero
nuestro tiempo es diferente, la nueva ideología se explica en los nuevos
templos: los centros comerciales. La cosa es que si la masa no piensa tenemos
dos opciones: recurrir a los conceptos básicos identitarios que he comentado o
llevarles a la aceptación de un paternalismo ilustrado como solución grata en
contenido y adusta en formas.
-Cabe recordar que los ilustrados estuvieron, en su gran
mayoría, contra los déspotas reinantes en Europa.
-No lo olvido, pero Platón explicó de forma preclara que nada es
para siempre y por ello las cosas (las sociedades) deben ponerse en barbecho
para regenerarse. En conciencia los ilustrados hacían de las ideas otra forma
de imponer criterios. La diferencia con los absolutistas era que le ofrecían al
común dejar de ser gente y convertirse en ciudadanos conscientes, pero no lo
dudemos, el Imperio napoleónico respondió a la necesidad de ordenar esa idea frente a una masa que no tenía la capacidad de entender conceptos tan
elevados y rupturistas. El cambio de régimen, tenía como principal enemigo la
irracionalidad derivada del dominio de la religión sobre la sociedad durante
siglos.
-Cierto. Napoleón fue la
consecuencia de la soberbia de la razón, que se pensaba podía imponerse a
sangre y fuego, y no fue al final sino una manera de imponer la hegemonía
francesa y su interés sobre toda Europa.
Flaco favor hizo el corso a la libertad y a la razón.
-No defiendo al orgulloso canijo,
pero ayuda a explicar la materia muy bien. El Imperio sustituyó la religión y
sus preceptos por los nuevos conceptos
revolucionarios que al final de la calle, también eran dogmas. Le invito a
recalar en Ferrer i Guardia y verá que su pedagogía nos viene al pelo. Dígame
sin reservas, ¿realmente confía en esos que llamamos nuestros iguales?, ¿cree
que podemos convencer sin vencer?. Lo que el ecléctico Unamuno denunció en el
39 tiene hoy una validez perentoria pero matizada: toca vencer si deseamos
convencer. ¿No lo vemos?, ¿no lo ven las familias?, todo es un enorme rebaño de ovejas con móvil y si no corremos, las librerías cerrarán. Caído el este, la
socialdemocracia dejó de tener sentido pues era la contención al comunismo
dictatorial y ahora ya nada frena ni contrapone
los intereses de las élites extractivas que hacen de los votos patentes de
corso para sacrificar a las amodorradas ovejas que creen ser cabras…
-Mira: mi tío Rafael, hombre de
cultura inmensa, siempre me decía que, tras el declive y la caída, las civilizaciones,
de manera bien que diferente, volvían a surgir. Tras la Edad Media vino el
Renacimiento; tras las guerras de religión (XVI y XVII) vino la Ilustración.
Ahora tenemos una declive absoluto de la intelectualidad, pero tengo confianza
que llegaremos a un punto tal que auténticos intelectuales vuelva a tomar el
mando en las conciencias y reconduzcan la situación hacia un nuevo tipo de
sociedad, espero que más justa e igualitaria, pero sobre todo de principios
mucho más sólidos que los actuales.
-Joder, ¡le quiero!, es usted un jodido Santo laico. Le doy mi palabra de
que las suyas me emocionan.
-¡Ya quisiera! , ¡jajajajaja!. A
eso se le llama fe (laica), pero de ahí a la santidad...
-Dios, su lugar es la cátedra.
Maestro en fondo y forma, noray para navegantes levantiscos como yo mismo.
-Quita, quita. Lo que me gusta es
escuchar a los que tenéis algo que decir (algo importante y que valga la pena,
claro), porque salir a la calle y escuchar el runrún de ambiente es volver a
casa a acostarse y que se nos pase la depresión. Qué te voy a contar, estamos a
la expensa de las personas de buena voluntad, entre las que me gustaría
encontrarme (a tu lado). Eso es lo que nos separa del abismo.
-Sí, pero vuelve la mula al trigo.
Hacer, lo que se dice hacer, ¿qué hacemos?.¿Nos tomamos una birra o mejor un
Rioja?.
-Mira que eres puñetero. Cuando quieras tomamos cebada o
uva, siempre estoy dispuesto.
-Gracias por guiarme a puerto. Nunca
me he sometido a nada ni a nadie, ya lo sabe, pero se reconocer a quien debo
lealtad y servicio. Gracias por ser mi referente, pues no conseguimos ser
buenos vasallos por no tener un buen señor.
-Estimado amigo, hace tiempo que
dejaste de acercarte a mi despacho para batallar las calificaciones. Se te olía
ya entonces lo guerrillero que habrías de llegar a ser y has pasado de ser como
carcoma a avivarme el seso sin descanso,
no pudiendo evitar pensar en que pensarás tú sobre todo lo que me acomete en
mis jornadas. Me sorprende observar que
en mis meditaciones con pretensiones, siempre acabo en un diálogo mental contigo. Así, sin
más, sin darme cuenta y es que nuestros años me han explicado que siempre estás
ahí.
-¡Copón Maestro!, mucho
reconocimiento me parece, pero lo mismo le sucede a mi sesera cuando ardiendo desespera.
-Querido amigo, se requiere una pronta puesta en común, porque
los temas empiezan a acumularse.
-¿Cuando no ha sido así?, pero dos espartanos son más que
cien persas, ¿me dirá que no?.
-Tocan a fajina, mi dueña acaba
de llegar y me está tirando de la oreja. Y quien manda, manda. Así que este
espartano se retira hasta mañana, espero que al menos esta noche los persas
también duerman.
-Quiero pensar que lo que hemos
perdido en la Termopilas se gane en Platea. Vaya pensando en el puente de
Diciembre. Un abrazo.
POLITICA ES MORAL
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