Ayer me desayuné prendido a las
noticias de la radio. Nada más nefasto pude haber hecho, pues las ondas relataron
la detención de una red de pederastas que a nivel estatal, compartían archivos
informáticos que contenían imágenes de abusos a niños, incluso a bebés.
El portavoz de la policía
advertía que lo hallado en los ordenadores incautados a los detenidos era, en
términos absolutos, asqueroso. Literalmente, a los encargados del peritaje se
les revolvieron las tripas y yo diría que el alma…
Realmente no se que lleva a tal
barbarie al ser humano y tal vez el abusador fue abusado en su infancia –es la
tesis más extendida- pero ¿saben?, me va una higa en el asunto. Mucho puede uno
entender al escuchar penas, pero en el abuso a chiquillos no hay lugar a
justificaciones y si a emprender acciones. A mi entender y apoyándome desde
siempre en aquella gran persona que se llamó Gabriela Mistral, el futuro de los
niños es siempre el hoy, hablar mañana será tarde. En resumen, robar la
infancia a un niño es condenarle como adulto.
Llegados a la edad adulta,
habiendo disfrutado de una infancia plena, sabremos reponernos a los golpes.
Por el contrario, un niño al que le robemos la inocencia no será más que una
rémora para los demás y sobre todo, para sí mismo. ¿Los detenidos son víctimas
y verdugos a un tiempo?. No tengo respuesta para la cosa, pero si asevero que
legiones de psiquiatras, psicólogos y pedagogos siguen sin dar con la piedra
filosofal que sane a estos –dígase con reservas- enfermos. Ergo, ¿qué
corresponde pensar?, ¿qué corresponde legislar?, ¿cuál es la forma correcta de
actuar?...
Recurriendo al buenismo
posibilista se trata, como siempre, de abonar con la educación, pero la
realidad se impone y sucede que no puede la autoridad competente estar siempre
presente. De hecho, el tema de los abusos infantiles no se da tan solo en las
clases desfavorecidas e incultas, no lo duden, también se da entre las clases
altas supuestamente instaladas en espacios de confort.
Miren, nunca podremos negarnos
que lo urgente no da tiempo a lo importante, a excepción de este caso. Frente a
esta dolorosa realidad, toca dar la oportuna importancia a las víctimas y
ponerse en harina, sin perder ni un instante, en relación a los pederastas. La
cosa es, por tremebunda, increíblemente sencilla. Se les persigue, se les
atrapa y atados de pies y manos se les sacrifica. Sí, se les sacrifica, pues no
hay peor pecado que robar futuros justificándose en el pasado.
Andar poniendo paños calientes de
cara a la galería, es de felones cobardes,pues si hay un tesoro que deba ser
protegido es el que representan nuestros hijos. Decimo Junio Juvenal, poeta de
la antigua Roma, viendo como en su tiempo se depredaba a los niños, proclamaba
que ni una palabra ni una mirada obscena
han de manchar la casa en la que haya un niño.
Viene este salvajismo de lejos y
toca decir basta. No es suficiente mirar el campo, hay que arrancar las malas
hierbas.
POLITICA ES MORAL
Estos Cobardes predadores y parásitos de la sociedad, no tendría que tener derecho, los mismos que ellos les dan a quien en esos momentos, lo tienen esclavizado humilladlo y prisionero de sus vejaciones, de un de seo o placer que no llego a comprender. Ni los putos sicólogos tienen derecho a decir que son enfermos...enfermos? Hijos de puta,.....yo estuve internado 7 putos años, que no me vengan, con el derecho del enfermo, y tantas y tantas hipocresía por parte de la justicia yo les dejaría a sus hij@ para que tomaran un poco de conciencia .En fin que los castren y les pongan el pene en la boca como ellos hacen. Hijos de puta.
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