miércoles, 22 de junio de 2016

EL VIAJE A NINGUNA PARTE


Todo cuanto sé con mayor certeza sobre la moral y las obligaciones de los hombres, se lo debo al fútbol. Albert Camus

Sí, no se extrañen, así es la cosa, llegados a este punto tan solo nos queda batirnos en los estadios de futbol. En ellos se ejemplifica, de forma preclara, lo que nos mata y nos sana, pues la misteriosa droga del balompié triunfó como los gladiadores en Roma y se acomodó en nuestro ADN para dejarnos a merced de la corriente. ¿Recuerdan?, panem et circenses

No me siento bien en ninguna parte y diría más, creo que no soy el único al que le sucede. Cada día que pasa, más desprecio a la gente y por la contra, más amo a mi perro. En definitiva, el será supuestamente irracional, pero se relaciona de forma franca y no disimula que toda su felicidad se basa en dormir, comer y cagar (del sexo no hablamos pues el próximo miércoles le capamos). ¡Caray!, me viene bien la cosa, es oportuna para explicar que aquí, en el cuerpo social, todos, sin salvar a ninguno, estamos castrados y no nos queremos enterar.

En un periodo extremadamente corto -de tan solo cuarenta años- hemos vuelto como por ensalmo al principio de la historia de esta pringosa, ajada y apestosa Dama, a la que en la pila bautismal pusimos de nombre Democracia. Aquel día todo fue fiesta y alegría, las sonrisas se repartían a espuertas, pero llegando la ansiada hija a la madurez, mucho puta nos parece y de sus virtudes estimadas, ninguna acontece. No se alteren, no se alteren, que si han de protestar será por hacer ruido en aras de no sé qué honor patrio, pero por mucha fuerza que hagan, la verdad es una sola, y la misma es tan amarga que sin duda nos trastoca.

Así estamos, atolondrados, incapaces de reaccionar y es tanto el miedo que tenemos, que cada vez es más pequeño el terreno que reconocemos, no pudiendo evitar que el egoísmo, en nosotros tan natural, sea la tabla que nos salve, entendiendo que lo que otros les pase, a fin de cuentas, da igual. Por favor, sigan tranquilos, no les leo la cartilla, tan solo les digo que unas letras escritas serán para ustedes poca ofensa si atendemos a lo poco que sin duda leen. Relájense y chitón que yo avisaré
.
Cualquiera que conozca los procesos de las fórmulas de gobierno de la Grecia clásica, recordará que el ciclo quedó muy bien definido  por Platón en su obra “La República”. Para el filósofo, el Estado ideal surgiría  de una situación de absoluta corrupción y  siendo esta vergonzante, se convertiría en la necesaria realidad que provocase una reacción para regenerar el cuerpo social remontándolo a una salud plena. Platón estableció y reflexionó cinco fórmulas de organización y gobierno: aristocracia, timocracia, oligarquía, democracia y tiranía. No se preocupen, me quedaré en las dos últimas (para él, las dos peores) y les advierto que el Monsieur que da nombre a los amores irrealizables, se despachó con ganas al afirmar que en lo que hay que basar el que todo funciones es -cito literalmente-, «en que cada uno haga lo que le corresponde hacer».

De adentrarnos en el Mar de los Sargazos, podrán ustedes decir que me dejo mucha chicha en lo anteriormente planteado, pero sean sinceros ¿creen que a alguien le habrá importado?. No hay cuidado, si es menester, saldremos a tomarnos una cerveza o un café y le daremos alas y boato al filosófico parecer. Ahora mejor seguimos con el presente que es lo que se nos presenta cada mañana y nos altera la mente. ¿Qué queda de aquel volumen de blancas y prístinas páginas que debieron escribir todas las manos?, ¿reconocemos nuestra letra en el pandemonio de historia que nos ha quedado?, esto no lo editará nadie en su sano juicio y por no encontrarse, no se encontrará imprenta dispuesta a colaborar en semejante disparate.

La Democracia ha roto la solidaridad y ha convertido al vecino en enemigo, ha servido para que medren los ladrones y ha expulsado de los salones a los ciudadanos más necesarios y capaces. Lo aprendido en cuatro decenios es  engordar a cualquier precio, pillar lo que se pueda y a decir que lo mío es mío y lo de los otros también. Nadie hizo, hace o hará pedagogía que sume en las ecuaciones de futuro. Pues si algo aprendieron muy bien los cerdos es a gobernar la granja. George Orwell la clavó bien clavada (no saben cómo se ríe junto a Platón y a mi madre en los celestes áticos), explicó mejor que nadie como los animales, liderados por los puercos, expulsaron a los tiránicos humanos que les reprimían para a la postre, acabar creando un gobierno propio que acabó trocándose en otra tiranía brutal. En otras palabras, la luchada socialdemocracia, que debió ser la base de la sociedad de bienestar, se ha convertido en un lupanar. Un lugar en el que sobrevives si no tienes estómago y estas dispuesto a tragar…

Y ¡atención!, sorprendentemente vivimos felices y contentos. Mientras se jueguen Mundiales y Eurocopas, mientras se escancien los barriles de cerveza, los televisores sean baratos y los coches se paguen a cómodos plazos, la informe masa social será fuente de ingresos para unos cuantos a los que no les importará, de verse cuestionados, convertir a los díscolos en pienso para los perros. Así es como estamos, ¿no les gusta?, pues haber espabilado. Que en su casa y en la de todos, una cosa es predicar y otra bien distinta dar trigo. Efectivamente, utilizo mucho la frase, pero ¿me dirán que ella sola no se reivindica?.

En esta falsa democracia hay de todo,  pero existen aspectos que afectan a todos los comunes, a todos los lelos que creen que tener trabajo es un sueldo de seiscientos euros o que la economía no puede verse influenciada por las actitudes subjetivas. La mayoría de ese voto pertenece a los hijos de la socialdemocracia felipista, a aquellos en los que ha calado el individualismo, los mismos que dicen a voz en grito que hay que eliminar las prestaciones al desempleo, que quien no trabaja es porque no quiere. Son los conservadores del futuro, manejados por los de siempre, esos que se han dado cuenta de que su herramienta actual huele a naftalina y que con urgencia hay que cambiarla.

Miren, esos ciudadanos, esos chotos que bailan sobre las escaleras al son de la música que les tocan, son lo peor de cada casa pero también son el ejemplo que nos explica que hace ya mucho tiempo que perdimos el poder de controlar nuestro destino. También hay mucho engañado que vota con la pretensión de defender patrias, sin darse cuenta en su inocencia de que patria tan solo hay una y que a la tropa nunca se le servirá gratis un plato de sopa. Dejemos los paños calientes, ya sabemos lo que hay y en verlo, no lo duden, está la clave.

Sinceramente, creo que les hablo y no digo nada, pues ninguno de los que dicen tener como objetivo España, deja de mirarle el escote con ansia de tirársela y no para esposarla. Aquí o hay purga, o un servidor se va. Diría que nos iremos tantos que se quedarán los de siempre y todo seguirá igual. O hacemos de este el momento de imponerse, de dejar las medias tintas, o cuando no lleguen las pensiones de los abuelos para pagar tarjetas de móviles, nos devoraremos entre nosotros como licaones. Pero claro, toda acción requiere del compromiso de la masa social, es decir, de apoyos  amplios. La cosa es que no veo yo a la gente por la labor cuando la prioridad es pedir préstamos personales para pagar una comunión que demuestre a los cuñados lo bien que nos va.

Aquí vamos camino de que algún cabeza cuadrada, con pocas luces y muchos cojones, haga de las palabras misiles tierra-tierra. Así pues, mejor abandonar toda esperanza y empezar a entender que será la fuerza la que someta a una masa indigna y a unos electos ventajistas. ¿No ven como se comporta el gobierno legal de la nación?, ¿no ven que lo que rige destinos es privatizar los beneficios y mancomunar la pérdidas?, mejor que lo vayan viendo o decidan irse de compras que pronto empiezan las rebajas y perdérselas sería una pena.

Yo ya no creo en casi nada, quizás en aquellos que tengo cerca pero más allá, todo es ruido que no me deja dormir tranquilo la siesta. Que si España o Catalunya, que si el catalán o el castellano, que si los bolcheviques nos robarán el futuro de nuestros hijos, que si los fachas nos robarán los derechos, que si la tele mía es más grande, que sí hoy estreno coche, que para celebrarlo una birra, que mira que buena está esa tía…

¿Les ofende?, pues miren, no lo siento, es bueno que como Dorian Grey  miremos nuestro retrato, es lo que pondrá  en valor nuestro mísero papel de ciudadanos. Lo que les explico, en términos de especie, es el votante tipo. ¿Eso cambiará?, lo dudo, les decía antes que se necesitan apoyos, pensar en mayorías. Es la única forma, de otro modo puedes tener más razón que Gandhi, y no conseguir nada. Si no pretenden engañarse a sí mismos, convendrán conmigo en que la política no tiene nada que ver con llevar o tener razón.

Bueno, no es mi día. Nada me placería más que no fuese así, pero puestos a bajar el sol y mostrar la luna, me voy a dar una vuelta por mi pueblo. Empiezan las fiestas mayores y para dar ejemplo con mi irreductible activismo, me apetece tomarme unas tapas y regarlas con cerveza.

POLITICA ES MORAL

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