Se aferran a su parecer, no por
verdadero sino por suyo. San Agustín de
Hipona.
A los impresentables que
agredieron a dos muchachas que ofrecían información en una carpa de la
plataforma Barcelona con la Selección Española, hay que detenerles, juzgarles y
meterles en la cárcel mejor hoy que mañana.
Dicho lo dicho, y una vez
encerrados, se ha de proceder a hacerles un monumento alegórico de la estupidez
humana. Sí, algo así como un memorial que recoja los nombres de los idiotas,
que faltos de una sesera que les funcione, hacen que sea más fácil tragar
mierda formato fast-food
que cocinar con esmero siguiendo las reposadas recetas de las abuelas.
En el pasado las lecciones del
presente, en el presente las opciones de futuro y como somos mala gente,
preferimos romperle la cara al prójimo si las cosas no son de nuestro agrado.
Nada más fácil que acusar a los demás de los problemas que vivimos, nada más
inmediato que identificar antagonismos allí donde debieron germinar
colaboraciones y estirando tanto las cuerdas, hasta a los calmos se nos inflan
los bemoles de tanto ver rozar pelotas. Pues no hay nada más zafio, escaso y
repugnante que pensar que en el eliminar al otro, encontramos la tabla que nos
salve…
Lo sucedido este fin de semana en
la Meridiana de Barcelona es, meridianamente, claro motivo de vergüenza propia
y ajena, pero también oportunidad para los que pretenden tener razón aún sabiéndose
a sí mismos unos absolutos y prescindibles lerdos. Pues no hay excusa ni
explicación histórica que valga en este, ni en ningún otro caso. Lo único claro
en este asunto es que unos golpean con saña y otros se comen los testarazos.
Me permitiré recordarles el
significado de la palabra corolario y en ello nos vendremos a razones, de no
conseguir mi meta, son ustedes tontos con avaricia o de la tontuna hacen arte y
pericia. Corolario, según la Real Academia de la Lengua, es un nombre masculino
que describe a un razonamiento, juicio o hecho que es consecuencia lógica de lo
demostrado o sucedido anteriormente. Esa es la cosa y con ella sigo…
¿Hemos olvidado todo lo sucedido
en nuestro pasado reciente?, ¿tan poco no ha enseñado la historia?, ¿tanto la
hemos pervertido que nadie recuerda que los insultos llevan a las bofetadas,
las mismas a los garrotes y estos a los tiros?.
Claro, dirán ustedes que me regalo en convertir una anécdota en drama
clásico, pero les he decir que más que en drama, estas situaciones tienden a
crecer en tragedia.
Ayer pensé en tantas y tantas
ocasiones en que nuestra avariciosa incultura, cultivada con esmero, nos lleva
contentos a joder la marrana a los demás y a protestar con desespero cuando
alguien nos da en todos los morros con las verdades del barquero.
Veré la Eurocopa y si en ello ven
pegas, acérquense a mi casa que les voy
a dar para el pelo.
POLITICA ES MORAL
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