lunes, 20 de junio de 2016

TENEIS TODAS LAS PAPELETAS


La tiranía totalitaria no se edifica sobre las virtudes de los totalitarios sino sobre las faltas de los demócratas. Albert Camus

Me encanta como cuidan de nosotros los partidos políticos, de veras, diría que me emociona ver lo pendientes que están de que nos sintamos cerca de ellos. Siempre atentos a sus votantes y en general a la ciudadanía, nos envían cartitas ilustradas para que viendo sus sinceras sonrisas, confiemos en su palabra aún habiéndose roto la misma una y mil veces en el pasado.

Dejo al margen la ironía, que es en verdad un yo acuso, y pongo manos en harina para más tarde repartir panes. ¿Qué piensan los próceres de nosotros, los españoles que damos forma a barrios, pueblos y ciudades?, ¿creen que somos cortos como las mangas de un chaleco?, ¿desean sernos útiles o por el contrario nos endiñan cuando pueden cambiando el plátano de bolsillo?. Esto es un disloque mayor que los hasta ahora conocidos y menor de los que vendrán…

Celebramos Elecciones Generales en diciembre de 2015 y como era de esperar el voto se polarizó, no se dieron mayorías claras y sucedió lo que al menos yo temía: ningún pacto resultó posible pues la cosa va de pillar cacho de un nominal poder que otorgue réditos y no de remar juntos en este bravo mar en el que navegamos. Queda clara una idea, quede meridianamente clara, aquí no se salva ninguna sigla, ninguna, así que hagan el favor de no caer en la tentación de arrimar a mi ascua su sardina.

Ante la vergüenza de no conseguir un gobierno tras un paripé infumable, vamos a unos segundos comicios con la sensación extraña de que todo quedará, otra vez, en agua de borrajas (aunque siendo diuréticas esas verduras igual nos hace bien) pues en nada ha cambiado el sentido de Estado de los actores implicados. Eso sí, los papelitos que nos explican a todo color, sus recetas de aspirina, siguen presentes en los buzones con la perseverancia de un acosador psicópata que no tenga más solución para sus males que el encerrarle bajo siete llaves.

Harto,  hartísimo estoy que los tribunos que dicen velar por la plebe (es decir, nosotros), se piensen que pueden disponer de los dineros como si fuesen suyos y se mamen los calostros como ansiosos terneros. ¿Era necesaria otra campaña?, ¿alguien cree que la memoria es tan corta que no recordamos quienes son los candidatos?, ¿se han enriquecido los programas con Avecrem y será mejor el caldo?. Vamos a ver, vamos a ver, son todos unos bradomines de medio pelo que galantean sin esmero los votos, ultrajan dignidades y ofenden todo lo que un día fue valioso. Buhoneros de producto chico, ventajistas del disimulo, indignos de reconocimientos, son ejemplo de todo lo que no necesita España.

Los partidos políticos que parecen tener razones inapelables y que en realidad se arman fútilmente con la ya antigua fórmula  del “y tú más”, no han sabido ponerse de acuerdo ni para ahorrar en la nueva campaña electoral para el 20 de junio. Las reuniones que anunciaron a bombo y platillo, con un postureo de dignidad patricia, no han servido de nada. De hecho, tras mucho dime y diretes, la voluntad de gasto o ahorro quedó, como siempre, en manos de cada partido. Y ¿saben?, así, como quien no quiere la cosa, al primer envite, los cuatro “grandes” soltaron más de 35 millones de euros, veremos la cifra que al final de campaña se alcanza.

Miren, no se ustedes, pero a precio de parecer tonto, quise pensar que tras la vergonzante finalización de la abortada legislatura, el fracaso impondría la necesidad de restañar dignidades, pero una vez más, allí donde dije digo, digo Diego.  Todos han vuelto a sus capillas y se han olvidado de sus feligreses en la sempiterna monomanía de que Dios proveerá. Es lo que tienen los falsos santos, predican muy bien los puñeteros, pero una de las verdades del barquero (últimamente hablo mucho con él) dice que una cosa es predicar y otra dar trigo.

Están los buzones de mi casa en un constante empacho, no tanto por el papel que tragan y si mucho por las salsas que lo amargan. Estimados candidatos, son todos ustedes cualquier cosa menos factótums de mi país y así, he decidido que si ni tan solo han sabido evitar gastos en campaña, nunca serán capaces de ahorrar gobernando en lo superfluo para invertir allí donde realmente es necesario. Es por ello, que aún sabiendo que les irá  una higa en lo que yo decida, no pienso votar a ninguno de ustedes, aunque regalándome una colorida pelota de playa me lo pidan.

Por cierto, sepan que sabré ir al colegio electoral, elegir las papeletas, introducirlas en sus sobres, hacer cola (espero que vote mucha ciudadanía), identificarme, introducir mi voto en las urnas y educadamente, agradecer su labor a los Vocales y al Presidente. Gracias por su preocupación…

POLITICA ES MORAL

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