La mujer tiene un solo camino
para superar en méritos al hombre: ser cada día más mujer. Ángel Ganivet
A fe mía que la realidad siempre
supera a la ficción. Hoy me voy a dormir alucinado, según parece, es objetivo a
futuro de algunos activismos el que se prohíban los zapatos de tacón…
De veras, no sé qué puñetas nos
está pasando, pero viendo lo que acontece en este mundo, que alguien proponga,
de forma sesudamente argumentada el exterminar el uso de estiletes u otro tipo
de zapatos altos femeninos, de entrada provoca hilaridad y más tarde
escalofríos, pues mucho prohibir parece ya.
Vamos a ver, nadie en su sano
juicio calza zapatos incómodos “siempre”. La tipología de calzados, como
cualquier otra prenda de vestir se adecúa a nuestras actividades habituales y a
nuestro tiempo de ocio. Así, como todo en esta vida, el vestir también es una
cuestión de educación.
Puñeta, somos mujeres y hombres,
nos complementamos pero no fuimos, no somos, ni seremos iguales. Leí el año
pasado de Carla Guelfenbein -escritora chilena-, un artículo más que
interesante. El mismo no versaba de zapatos altos, pero supo utilizarlos para
explicar las relaciones entre mujeres empoderadas y dueñas de sus destinos en
relación a los hombres. Me permito reproducir un fragmento: “Hoy no tenemos que
pedirle permiso a nadie para aspirar a nuestros sueños. Hoy es posible que una
mujer escale en las esferas de poder, que se independice económicamente, que
tome las riendas de su vida, que aspire a relaciones maduras, que anhele estar
al lado de un hombre que no solo la apoye en sus decisiones, sino que no se
achique ante ellas, un hombre que en lugar de considerar su autonomía como una
amenaza, se sienta orgulloso de ella. Sin duda que la feminidad y la delicadeza
son atributos esenciales en nosotras las mujeres. Y los hombres están en lo
cierto en apreciarlos. Así como también lo son en ellos la caballerosidad, la
iniciativa, la disposición a la acción. Hay atributos esenciales que nos
definen como mujeres y como hombres y que echan a andar los mecanismos de la
atracción y de la seducción. Pero esto no significa que la mujer tenga que
volver a ser sumisa, débil, dependiente y limitada para atraer a los hombres,
para lograr tener una relación que satisfaga a su pareja”.
Bueno, pues esa es la cosa, como
dice Carla, hay atributos que nos definen y que echan a andar los mecanismos de
atracción y seducción. Así que cada uno de nosotros decida que zapatos calza
para correr o para ir despacio.
POLITICA ES MORAL
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