Como deshacerme de ti si no te tengo, como
alejarme de ti si estás tan lejos. Ricardo
Arjona
El pasado lunes, el ministro Gallardón visitó
Barcelona. Acudió a un acto a puerta cerrada organizado por el Círculo de
Economía en el que valoró las aspiraciones soberanistas de Catalunya. Como era
de esperar, entonó las mejores muestras del amor cortés…
Afirmó que “España no es el problema ni la independencia la
solución", que "la hipotética salida de Cataluña sería también terminar con España.
No puede concebirse una España sin Cataluña; sería una realidad radicalmente
distinta". Finalmente pareció apelar a la historia compartida: "no puede concebirse una España sin
Cataluña, porque sería borrar 500 años de historia y sus consecuencias
económicas serían gravísimas con un retroceso económico que sería muy difícil de recuperar"…
De veras, sus declaraciones me provocaron una
gran desazón. Me recordó a esos maridos maltratadores que apelando al amor
compartido en el pasado, piden a sus parejas maltratadas una nueva oportunidad,
afirmando que nunca, nunca volverán a ponerles la mano encima.
La ciudadanía de Catalunya se siente agraviada
por la posición mantenida por el Estado. Intuitivamente, se observa que el
“gran amor” que se proclama desde Madrid, es en realidad un interés descarnado…
Al margen de valoraciones partidistas de los sectores
españolistas o secesionistas, la cotidianidad alumbra un agravio que ya no
tapan las buenas palabras.
Una vez más, tras ensalzar las “virtudes”
catalanas, un representante del Estado finaliza con amenazas que recuerdan a
aquello tan viejo de “si no eres mía no serás de nadie”…
Siempre lo mismo, “a Dios rogando y con el mazo
dando”. Ya basta.
POLITICA ES MORAL
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