Los
historiadores son los guardianes del pasado y los responsables de recordarnos
la utilidad de este en el presente.
Precisamente
una historiadora, a la que me une una gran amistad, me recordó el llamado
Consejo Nacional del Movimiento (CNM). Se trataba de un “consejo de sabios” que
reflexionaban sobre aquellas problemáticas que el régimen franquista no asumía…
Fue el
profesor Carles Santacana (profesor de la Universidad de Barcelona) quién
descubrió que dicho estamento casi secreto contemplaba como algo “pendiente” la
integración real de Catalunya en España.
Entre 1960 y
1973, el CNM intentó encontrar métodos útiles para incorporar la disidencia,
planteando la posibilidad de que la denominada “intelectualidad catalana” se
llegase a identificar con una descentralización administrativa tutelada desde
Madrid.
La realidad
de un gobierno oligárquico y lleno de inmovilistas frenó una propuesta que
planteaba la conveniencia de una mancomunidad de regiones que pudiese conformar
a todos los que no tenían cabida en el discurso oficial de una España
monocolor…
Dada la
existencia de un grupo relevante de falangistas en Catalunya, se planteó un
“centro de estudios catalanes” para acercarse a los sectores sociales más
hostiles pero el CNM no tenía poder ejecutivo y el proyecto acabó en nada.
En cualquier
caso, la a posteriori llamada “España de la Autonomías” parece hija de aquella
“mancomunidad de regiones” en su momento auspiciada por el franquismo.
El “café
para todos” se preparó en la cocina del régimen. Sigue teniendo muy mal sabor…
POLITICA ES MORAL
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