Nada de lo que ocurra a
los hombres nos debe resultar ajeno. Angelo Giuseppe Roncalli. Juan XXIII.
Una vez más la Iglesia Católica de nuestro país ha dado un paso al
frente. Una vez más se ha postulado como la mayor servidora de los intereses de
los ciudadanos a los que escucha y protege. Una vez más muestra su mentira…
¿Cómo creer en una institución que calla ante la desgracia del “rebaño”
y clama por su propio interés?.
Durante toda esta crisis, los “defensores de la fe” no han movido un
dedo para apoyar medidas sociales que aliviasen el dolor y las carencias de los
españoles. Han perseverado en una llamada a la calma y al “buenismo” social,
afirmando sin rubor que la paciencia es el camino y que la resignación la
solución al dolor común…
Mientras, el Concordato con Roma otorgaba 11.000 millones de euros a la
Iglesia y esta defendía los recortes sociales. Quid pro quo.
Recuerdo al “pater” que con el grado de Capitán daba consuelo a los
militares de reemplazo durante mi servicio militar: “Soldados, la fe es la base de España, nada ni nadie puede negar eso.
Es la Iglesia la que da forma al estado tal como lo conocemos. De no existir, dejaríamos
de ser lo que somos”…
Menuda proclama, no es extraño el no olvidarla. Siempre, los que visten
púrpuras hablan de nación y nunca de ciudadanía.
Ahora la Conferencia Episcopal se dispone a defender “la sagrada unidad
territorial de España”, posiblemente para evitar a toda costa que se les rebaje
su asignación en función de la pérdida de “fieles” de los posibles territorios
secesionistas.
Estimados adalides de la fe, no se preocupen, seguirán teniendo su
diezmo juntos o separados. Ustedes siempre tendrán la posibilidad de “santificar”
a los líderes de cualquier nación y en Cataluña lo tendrán doblemente fácil. La
nueva República, en su voluntad de significarse en un nuevo marco europeo,
correrá a Roma a firmar un concordato con el que se sientan satisfechos…
POLITICA ES MORAL
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