Si algún catalán albergaba esperanzas de que
los “hermanos euskaldunes” nos acompañasen en el camino hacia la
autodeterminación, las pasadas Elecciones Vascas han dejado preclaro que no
será así. Iñigo Urkullu, el futuro
Lendakari del gobierno vasco, estableció “prioridades”: luchar contra la crisis
y asentar el final de la violencia terrorista. Las aventuras soberanistas se
aparcan hasta el 2015. Pareciera que Euskadi se tornase Catalunya y por el
contrario, que Catalunya abrazase el “tradicional” radicalismo vasco.
Bueno es lo que tiene aprender a jugar al mus
con un experto. Acabas jugando como él, para bien y para mal…
En cualquier caso, el proceso soberanista
parece duro en las formas pero en realidad se trata de una estrategia llena de
faroles. Llevada en volandas por una real demanda del pueblo catalán,
Convergencia parece estar jugando “a grandes” (cartas de valor alto) mientras
que Unió, bajo mano, acerca el juego “a chicas” (cartas de valor bajo). En
resumen, por un lado estiramos la cuerda y por otro minimizamos “riesgos”.
Por encima del sentimiento nacionalista, es
el déficit fiscal quien marca el juego. La tensión soberanista se llevará hasta
las elecciones autonómicas del próximo 25 de Noviembre. Tras ellas, la
previsible mayoría independentista forzará una negociación entre Mas y Rajoy.
En este juego de naipes hay que respetar
siempre los llamados “lances”: grandes, chicas, pares y juego. En el juego hay
que igualar o superar la cifra de 31 sumando el valor de las cartas. De no
alcanzarse dicha cifra, se jugará al punto, es decir, ganará la partida la
combinación que más se acerque a 30.
Pareciera que Artur Mas está dispuesto a
tirar el órdago, a jugárselo todo a un juego. Me da el olor que nada más lejos
de su intención, que en realidad se está envidando (apostando) con prudencia, buscando
un reparto de triunfos que justifiquen a todos los jugadores.
Se inician las rondas de apuestas y como
siempre, la ciudadanía no jugará la partida. Ya se sabe, alrededor de las mesas
de juego siempre hay mucho público que puede opinar pero nunca tocar los naipes.
Veremos como más de un jugador se “rila” (busquen en el diccionario)...
Cada pueblo tiene sus juegos de cartas. El de
Catalunya, de querer jugar a por todas, debería ser la Butifarra (busquen acepciones).
POLITICA ES MORAL
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