Hace dos veranos (lo recuerdo perfectamente),
compartí mesa con unos amigos, entre ellos un muchacho que no llegaba a la veintena y que
vestia una camiseta estampada con una de las imágenes más conocidas de Karl
Marx . Nada excepcional deberia suponer una indumentaria veraniega y lúdica,
pero para mi sorpresa, el contertulio enfundado en la prenda de algodón era
votante del Partido Popular.
No lean
antagonismos antes de hora, nada me corresponde decir sobre ideologías,
preferencias de voto u opciones partidistas. Uno tiene sus ideas y los demás
las suyas, pero en aquella ocasión lo que me entristeció fue un pobre careto
estampado, lo que me inquietó fue ver al pobre Marx convertido en un cromo y
poco más. Marx y el marxismo, ¿donde quedan ya?...
El Marxismo se
encumbró sobre la negación de lo que conocemos como socialismo utópico y
estableció una praxis del mismo convirtiéndolo en “científico”. Planteó un
mercado intervenido por el estado, abolir la propiedad privada y llegar de este
modo al fin de las clases sociales. La historia, juez muy terca, nos ha
demostrado que de aquella idea luminosa nada queda o casi nada. Sea la
naturaleza humana, sea lo inadecuado de la aplicación de la teoria marxista, la
cuestión es que una supuesta buena idea se quedó en una buena intención...
Karl Marx fue, sin
lugar a dudas, un hombre que supo leer su tiempo y que en base a ello asumió el
compromiso de cambiar la realidad. Teorizó sobre la justicia social y propuso
formas de conseguirla.
Influido por Hegel
que le aportó la dialéctica del materialismo y por Feuerbach que le llevó a la
crítica de la religión, Marx contrapuso a esta el ateismo antropológico y la visión materialista de la historia, estableció
que el hombre es hombre por si mismo y no por una supuesta esencia otorgada por
un ser superior al que llamamos Dios.
Así, será la plena aceptación del ateismo la que llavará al ser humano a
la libertad. El hombre, en su realidad material se convierte en hacedor de su
propio destino. El pensamiento hegeliano incorporó al marxismo la indisociable
comunión entre la realidad y la razón,
estableciendo así un pensamiento absoluto y único.
En resumen,
denostada la religión “como el opio del pueblo” y sustentadora de las
estructuras económicas que oprimen a los
grupos sociales más desfavorecidos, Karl
Marx establece el materialismo igualitario como método de acabar con la
asimetria social y garantizar una organización humana igualitaria.
La demostración
práctica de la teoria marxista no se cristalizó en las sociedades industriales
occidentales, se dió inesperadamente en una sociedad mayoritariamente agrícola
como la rusa. La Revolución Rusa de 1917 dio paso al bolchevismo y este a la
práctica, estableció una nueva organización social atea pero otra vez
socialmente injusta. Cierto es que el
marxismo, evolucionado al bolchevismo y finalmente asentado en el marasmo
llamado comunismo, fué una fórmula de éxito exportable en oposición al
capitalismo. En cualquier caso y durante muchas décadas, la Guerra Fria
estableció una pugna entre dos modelos socio-económicos que a la postre, dado el
fracaso de ambos, devuelven a la biblioteca al Señor Marx y a todos sus
inspiradores y colaboradores (no quisiera omitir a Engels). Ahora son de
obligada consulta pero ya no cuentan para examen...
El basto y valioso
pensamiento marxista, fruto de la observación, la conciencia y la voluntad de un
hombre con vocación para con su época, se ha convertido en un proceso de
curiosa lectura: un diseñador con un PC Apple americano diseña un dibujo, el
dibujo se estampa en una camiseta de algodón confeccionada en China, las
camisetas las transporta un avión de librea india, se destribuyen para su venta
en las tiendas de souvenirs pakistaníes de las ciudades europeas y las compra,
para finalmente vestirlas, un votante del Partido Popular...
Recuerdo mirar a la
camiseta del contertulio muchas veces. A pesar de lo grata que resultaba la
comida, yo miraba a los ojos de Karl y este, creanmé, nunca se reia.
POLITICA ES MORAL