Los hombres están siempre dispuestos a curiosear y
averiguar sobre las vidas ajenas, pero les da pereza conocerse a sí mismos y
corregir su propia vida. San Agustín de
Hipona
Van ya unas cuantas reflexiones sobre la red y ninguna
de ellas parece dar respuesta a mis inquietudes. Muy al contrario, derivo poco
a poco a poner en cuestión su “verdadero valor”. ¿Nos aporta espacios comunes y
de progreso?, ¿nos facilita la puesta en común de intereses y acciones en
beneficio de todo nuestro entorno social?. La verdad es que cual frente de la
Gran Guerra, se ha convertido en un laberinto de trincheras que lejos de dar
movilidad a las “tropas ciudadanas”, las inmoviliza en el barro.
Por otra parte, se da la circunstancia de que PC´s,
portátiles, tablets y smartphones nos facilitan patente de corso para atacar
todo el tráfico virtual sin miedo a perder nada en los abordajes. Ese y no otro
es el éxito y a un tiempo el fracaso de la “gran herramienta de la comunicación”.
Naturaleza extraña la del cada vez menos sapiens
ser humano, cuanto más podría evolucionar, más reivindica el conflicto
antagónico.
Luchas encarnizadas se observan en los hilos de los
chats, expresiones que no seríamos capaces de utilizar frente a nuestros
interlocutores en persona, son gratuitamente utilizadas cuando tan solo vemos
de ellos una foto de perfil y un cursor que escupe textos.
Dicen que el gran éxito del Diablo es hacernos creer
que no existe. Una vez más, lo que parece un tópico viejo como el tiempo, toma
visos de realidad. Llenándonos las manos con herramientas que pueden hacerlo
todo, se ha conseguido inmovilizarnos para que no hagamos nada...
Permítanme reflexionar en clave de pasado. En el
momento de la aparición de la radio y la televisión, existian dos escuelas socio-económicas que teorizaron sobre
su uso y trascendencia. Una, denominada “Escuela de Frankfurt” apelaba al uso
de los medios de comunicación de masas como herramientas para aportar
conocimiento compartido y acercar las posiciones ciudadanas. La otra, llamada “Escuela
de Chicago” abogaba por la innegable utilidad comercial de los medios para
ofertar productos y servicios...
Bien, quizás no es necesario alargarse más, está claro
cual de las dos se impuso con el devenir del tiempo. Nuestro presente ha
regresado a los años veinte del siglo pasado y nosotros seguimos atrincherados,
no hemos aprendido nada.
POLITICA ES MORAL
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