sábado, 5 de abril de 2014

JUSTICIA REAL






Una cosa no es justa por el hecho de ser ley. Debe ser ley porque es justa. Montesquieu
Momentos de todo tipo hay. En mi caso, el que dedico a escribir esta reflexión está lleno de incredulidad y de desprecio a la legalidad establecida. La Constitución Española, en su Capítulo Primero, Capítulo II, Artículo 14 versa como sigue: “Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”.

Cierto es que una cosa es predicar y otra dar trigo, más aún cuando las llaves de los almacenes del grano siempre están en manos de los mismos. De hecho, tiempo hace que abrimos la posibilidad a las excepciones, recordemos que  la Carta Magna establece en su artículo 56 que "la persona del Rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad".

Así que ancha es Castilla y de aquí palante to es llano. Ruíz Gallardón, en su impagable labor como Ministro de Justícia ha anunciado que la Reina y los Príncipes de Asturias pasarán a disfrutar del estatus de aforados. A saber, lo explicado significa que de ser imputados por algún delito, será el Tribunal Supremo quien tramite la causa, quedando fuera de la instrucción y juicio la justícia ordinaria.

Digan ustedes que soy un desconfiado, pero a las cosas por su nombre, ante los tribunales existen privilegios. Viejo como el tiempo, honras y perdones se archivan en las bolsas en las que tintinea el dinero. De a poco a poco la luz de la justicia se tamiza con los parasoles que provocan zonas de sombra densa. Así, ya empiezan a ser legión los que pueden desmarcarse llegada la ocasión. Se nos aforan y se escaquean Presidentes de Gobierno, Presidentes Autonómicos, ministros, senadores, diputados, jueces, fiscales, policias, etc....

Por cierto si los procesos, por aquellas casualidades que tiene la vida llegasen a finalizar en condena, siempre nos queda el Consejo de Ministros de los viernes para enderezar entuertos y ayudar a los amigos desvalidos. Quede claro que siempre se puede  solicitar la medida de gracia para aquellos reos que cumplan los requisitos de un indulto ordinario, es decir, “que cumplan condena en la actualidad y que concurran razones de justicia, equidad o utilidad pública”. No quisera omitir que si fallan los indultos ordinarios, también tenemos en stock unos cuantos “extraordinarios”...

Rondando la pneumonia, me doy cuenta de lo que leve resulta mi dolencia. La Justícia sufre una voraz  infección vírica creada en un eficaz laboratorio. Recordemos que los jueces del Tribunal Supremo no son realmente independientes. Se eligen por parte del Consejo del Poder Judicial y este, a su vez, se escoge políticamente en el Congreso y en el Senado.

Mal está el enfermo y nadie lo quiere curar.
POLITICA ES MORAL

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