miércoles, 6 de junio de 2012

BRUTE, FILI MI (De las naciones de España).


Tengo ganas de conocer a Brutus...
Iberikistan 2035

Esta historieta de matrix año 2035 de la era butifarrera la podía haber escrito Sam Belluga (yo), pero no, no he sido yo, ha sido escrita por un tal Hrothgar, proveniente de la Siberia, nacionalista independentista canario en vacaciones y heredero-depositario de la milenaria   cultura guanche

 La acción se desarrolla en un chiringuito playero de Castelldefels:

Guifré Walter Atahualpa i Paucarchuco   permanecía de pie junto a la barra del bar al aire libre que había montado provisionalmente en la playa del Poal, con un brazo apoyado en ella y el otro sujetando un vaso de Slurm. Era de noche y la ciudad lucía tan bonita como siempre, con las diferencias que tocaban en el año 2035: ahora estaba salpicada de rascacielos que se erguían imponentes hasta el propio cielo, sus fachadas rebosaban de luces de colores que se apagaban y se encendían para formar letras y dibujos en anuncios gigantescos.

     El pelo negro azabache peinado a lo “pelo-pincho” y todos los oros que rodeaban su cuello brillaban a la luz de los focos. Llevaba una gorra con la visera de medio lado, camisa ancha y extragrande de las que llegan hasta las rodillas y sobrepasan los codos, donde había escrito con letra fosforito un mensaje que quería que todo el mundo captase: “Fora Colons dels Països Catalans”, aunque la aspiración dels Països Catalans se había quedado a medias, pues ni las Islas Baleares ni Valencia se sumaron al imperio del gran barrufet.

“Putos valencianos botiflers, ¿Cómo pueden vivir  bajo  la opresión de la  malvada  España?”, se lamentaba Guifré Walter

La nueva Kulturkampf catalana había conseguido catalanizar a todos los colonos españoles, y ahora todo el mundo era consciente de su condición de portador de una cultura milenaria y única en el mundo. Por esto mismo, Guifré Walter sólo escuchaba Reggaeton y Rap en catalán. Sintiendo que ahora podría realizarse solo en catalán como lo hicieron sus antepasados.

 Claro, que ahora llegaban esos sucios esquimales de mierda, con su idioma, sus perros y su obsesión con el hielo, que no querían integrarse. ¡Joder!!, si hasta se besan con la nariz, esto es intolerable, habría que  cogerlos y ficar-los al congelador y cuando estuvieran congelados enviarlos en un camión de congelados a su puta tierra, mejor dicho, a su puto hielo… 

 En un momento dado se acercó a él un gigantesco señor negro, agarrando una gaita que medio ocultaba la cruz céltica dibujada en su camisa blanca y azul. Con una extraña pero agradable entonación cantarina, mientras sonreía, se dirigió a él en la antigua lengua de los opresores, en la que ahora ya nadie podía escolarizar a sus hijos en los Països Catalans, cosa del todo lógica al ser la única lengua oficial de estos el català y l’aranès y como idioma tolerado el baladonés (brebaje lingüístico medio marroquí, medio gaditano de pura cepa)   

     -Hola, me llamo Brais Sangare Mambutu, vengo da Galiza. ¿Es bonito o cielo de los Països Catalans, ¿eh? –dijo moviendo la vista hacia arriba.

    -Sí, es molt macu, sí. –Se hizo una pausa-. La veritad es que hace mucho de tiempo que no parlu castellano, ¿oi? Yo no quiero pas ser maleducadu con tu, però en mi camisa tengo escrito clarament lo que pienso, prefiero que me parlis en català. ¿Lo entiendes, no? Des de 1714  que en aquesta tierra mis antepasados y yo hemos estado sufriendo  la opresión egpanyola

      -Te entiendo, te entiendo, que me vas ha decir ao meu,  pero no sé parlar catalán, yo pertenezco a una nación diferente que no tiene lo más mínimo que ver con ésta y a sua lengua. Pero te entiendo, que na Galiza estamos en iso un poco tambén, que non conseguimos independizarnos de la puta España y hay gente que atrévese a non falar na nossa lengua –se dibujó una mueca de tristeza en su cara-, que es una vergüenza, carallo.

     -Estic totalment d’acord amb tu respondió Guifré Walter –se puso una barretina con motivos incas-. De fuera vindran y de tu casa t’echarán, és increible però es así.

Pidieron unas bebidas al barman y continuaron con la conversación desenfadada.

      -Nosotros os galegos temos una cultura milenaria, somos un pobo único en Europa y claramente diferenciado de esos castelans sucios e imperialistas. Eles son africanos, nos somos europeos, celtas. Pero a verdade es que en Galiza los galegos de verdad hemos perdido el sitio, a veces penso que si Castelao levantara la cabeza se le revolverían las tripas.

     -Maldita España, puta Espanya, es que no hay derecho, quins collons!!, no n’hi ha derecho a que la lengua de la tierra se mancille de esa forma, pues nosotros pasamos, pero la tierra ahí sigue con su lengua desde el Bing Bang hasta el final del mundo

En ese momento giró la cabeza hacia ellos, como contento por oír lo que había oído, un joven de poco más de veinte años que llevaba pendientes en ambas orejas y un pañuelo palestino al cuello. Sus ropas formaban un caos donde era difícil separar una prenda de la otra, todas de colores diferentes y chocantes. Con la mano derecha sujetaba dos correas. Una terminaba en su perro, y la otra en un ser humano de debía de ser su mujer, cuyos preciosos ojos se adivinaban a través de la rejilla de su burka NIKE, último modelo.

-Kaixo! Aupa, ¡que veo que estáis hablando mal de España, y quien insulta a España es amigo de Aitor Gorka ibn-Omar el-Tounsy! ¡A esos españoles habría que derribarles todas las putas torres que tengan, me cago en la virgen, no dejaba ni uno sin reventarle los huevos!

Los demás rieron, como diciendo cariñosamente “estos vascos”…

   -¿Qué tal la cosa por Euskal Herria? –preguntó Guifré Walter.
-Pues bien, como siempre, tirando, ¡JA, JA, JA! Estas vacaciones no sabía qué hacer, si venirme aquí al extranjero, que no es vasco y por eso me da un poco de no sé qué, o irme como siempre al monte, al caserío con la parienta. Ya ves, ahí en el prado, sintiendo lo que ya sentían nuestros antepasados de hace siete mil años, como decía San Ibarretxe. Aunque no se por que la hierva me da urticaria…

      - Oxalá nos pudiéramos tener a independencia –continuó quejándose Brais Sangere -, así podríamos imponer a nossa lengua y protegerla como Deus manda, ¿sabes? Como vosotros con el euskera…

Aitor Gorka ibn-Omar el-Tounsy lo miró con expresión incrédula.

     -¿El euskera? ¡JA, JA, JA! Eso es una mierda que no la habla ni Dios, le hacíamos caso cuando nuestro pueblo estaba sometido, ¿pero para qué coño lo queremos ahora, para que lo quiero yo? ¿Para hablar con mi mujer? ¡JA, JA, JA!, no, ahora hablamos la lengua de la gran Piss Herria que incluye los territorios que un vasco ha marcado con su meada.

Guifré Walter no podía creer lo que oía.

       -Quins botiflers que esteu fets, mare de deu santísima.¡ Si Sabino levantara el cap y supiera que te haces llamar vasco y sigues parlando castellà  le daría un patatús y se tornaría a la tumba directament.

     -¿Y tú qué sabrás? ¿Acaso eres vasco, acaso vives en Piss Herria? En nuestro país el euskera sigue siendo una lengua oficial y por supuesto no está marginada institucionalmente, de hecho se dan dos horas a la semana, lo mismo de generosos que vosotros fuisteis con el castellano aquí.

      -Ah, en ese caso lo veo más razonable –se apresuró a rectificar Guifré Walter, aunque luego se quedó con la mosca debajo la visera de la gorra, (o sea rondándole la oreja) pensando, crec que l’he cagat…


En la playa, a la luz de la luna, los hijos de los tres hombres ya se habían hecho amigos y bailaban break-dance en la viva imagen de la Europa de los pueblos milenarios; mientras tanto Brais Sangare Mobutu  tocaba una muñeira-rap, para que todo el mundo supiera que él era galego; Guifré Walter Atahualpa i Paucarchuco   escuchaba en su MP6 un Reggaeton de la cobla “la principal de la Bisbal”.

  Muy cerca, en la mesa de al lado  Pepe Lin xun tang que lucia una camiseta roja con un enorme toro en el pecho le decía a su mujer la cual se estaba comiendo una paella con palillos, -¡Putos sepalatistas!¡ Aliba España!
Hay cosas que no cambiaran nunca…
BRUTUS

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