Una virtud simulada es una impiedad duplicada: a la
malicia une la falsedad. San Agustín de
Hipona
Difícil resulta trascender con la realidad y como es
de sencillo recurrir al tópico para descalificar. El inicio de esta semana resultó amargo y duro. Recibí fuego directo y en la voluntad
de conciliar posturas, me tuve que mantener impávido como un infante en su
trinchera. Trinchera, por otra parte, compartida supuestamente por todos aquellos
que se autodenominan progresistas.Un militante de izquierdas tiene muy claro que las
políticas de gobierno han de ser finalistas y de objetivo social. Un buen
representante público ha de saber que la llamada sociedad del bienestar depende
de los criterios de gestión más justos, pero sin duda para gestionar algo, ese
algo debe existir. En este punto empezó la refriega…
¿Cómo acusar a alguien de liberal y conservador por
auspiciar la creación de actividad económica?. ¿Qué tiene de reaccionario
promover medidas que ayuden a crear trabajo y por ende ingresos?. ¿Qué hay de negativo
en afirmar que si no hay empresarios que arriesguen no habrá empleo?. En la
opinión de este mílite, nada.
En paralelo a lo de la economía la sociedad y sobre
esta la igualdad. Una igualdad mal entendida, pues tras centurias de
injusticias y abusos por cuestiones de raza, sexo y credo, un progresista no
puede permitir una involución a posiciones del pasado por muy democrático que
suene el cacareado “todos somos libres de
optar por lo que queramos”. No es cierto y tal como hice hace dos jornadas,
procuraré exponer mis razones. No todo cabe en el Estado de Derecho, por ejemplo, no
es de recibo que cuestiones de credo cuestionen a un estado laico, pues si la
relación con la Iglesia Católica es vergonzante, tampoco debe admitirse que otras confesiones,
bajo el paraguas de la diferenciación cultural, nieguen a las mujeres los
derechos de los que disfrutan las de la sociedad de acogida. No puedo entender
las posiciones de doble rasero por una postura cool o falsamente contestataria.
Lo siento de veras, me crea desazón ver como muchas de
las supuestas alternativas progresistas a la política formal, se quedan en
esquematismo vacio y argumentan en base a ideas de poco valor práctico. No
entiendo el sarpullido que provoca hablar de economía y derechos en base a
esfuerzo y deberes.
Necesitamos un cambio de rumbo socio-económico. Unas
nuevas reglas para escapar de la economía especulativa y regresar a la de
producción y servicios. Crear empleo también es obligación de la izquierda. En
cualquier caso, nos damos cuenta de que para los progresistas de antaño y los
alternativos de hoy, una cosa es predicar y otra dar trigo.
POLITICA ES MORAL
POLITICA ES MORAL
Dices: "No entiendo el sarpullido que provoca hablar de economía y derechos en base a esfuerzo y deberes."
ResponderEliminarJosep, la realidad es que valores como el esfuerzo y el sacrificio, así como la entereza y la constancia para asumir riesgos, para crear y HACER, no entra en las molleras de la retro-izquierda española, solo preocupada por reivindicar y pedir, gritar, boicotear y reclamar, pero en absoluto dispuesta a facilitar la labor de emprender. Y no, mejor que la "izquierda" no cree empleos, porque que cada vez que la izquierda crea empleo lo hace, o bien para dar legitimidad a empresas públicas improductivas donde coloca a familiares y allegados, o bien para "parchear" y justificar salarios sociales a través de trabajos que non tienen ninguna utilidad (Plan E de Zapatero). Hartura para hoy y hambre para mañana.