El pensamiento filosófico
objetiva lo personal y personaliza lo objetivo. Georg Simmel
Recuerdo como si de hoy se
tratase, una anécdota relacionada con mi pasado profesional. Habiendo realizado
un transportista una entrega en mi empresa y no habiendo estado presente en el
momento de la misma, un empleado me transmitió lo siguiente: “un camionero ha traído unas cajas, las he
dejado al fondo del almacén”. Se terciaba la pregunta y así pregunté: “¿de dónde envían las cajas?, ¿quién es el
proveedor?, ¿de qué material se trata?”…
La respuesta a lo planteado fue
un lacónico “no lo sé”. Curiosamente
existía un albarán de entrega firmado por el mismo trabajador que ni tan
siquiera había mirado aquel documento, que como recepcionista, le comprometía.
No se sorprendan, pero en base a la anécdota, quisiera hablarles de filosofía.
No pretendo aburrir con
disertaciones teóricas ni apelar a los
sesudos filósofos, que en el discurrir de la historia, han configurado nuestro
pensamiento social. Me limitaré a acercar el aspecto práctico y útil de lo que
denominamos pensamiento filosófico.
Todos, sin excepción, debemos
dotarnos de herramientas que nos permitan reconocer nuestro entorno y a
nosotros mismos dentro de él. Nos va el presente y el futuro en la acción de observar,
pensar, analizar, cuestionar y preguntarnos las razones de aquello sobre lo que
se construye la sociedad y nuestro papel de ciudadano.
Actuar en contra o a favor de
algo, depende en gran medida del conocimiento que sobre ese algo tengamos. Por
tanto, nos nuestro propio yo en la capacidad de razonar. No todo puede ser
medido por objetivos económicos o éxitos que se traduzcan en consumo o posesión
material. Pues aceptando como incuestionable una sociedad basada en tener y no
en ser, perdemos la posibilidad de crear sociedades más justas.
Amarga noticia que la filosofía se
caiga de nuestro bachillerato. Pareciera que no se busca más que una masa
social hedonista, insolidaria y sin ninguna duda sometida. Pues, ¿qué mejores
ciudadanos que aquellos que tan solo reclamen soma, que les duerma la conciencia
y les otorgue una felicidad impostada?.
Razonar es el mayor patrimonio
del ser humano. Muriendo el pensamiento, perdemos la oportunidad de abrir las
cajas y ver lo que hay dentro.
POLITICA ES MORAL