Es difícil olvidar los amores de
juventud. De hecho, en gran medida configuran las relaciones que establecemos
en la edad madura, para bien y para mal…
Algo similar me sucede con el Partit del Socialistes de Catalunya
(PSC). Referente durante decenios, hoy es como aquella novia con la que
reencuentras transcurridos muchos años y que para la propia sorpresa, reflexionas
sobre qué fue lo que vistes en ella para estar tan enamorado.
Toda experiencia enseña,
construimos sobre lo vivido y llegando a no estar de acuerdo con ello, no deja
de dolernos lo pasado. ¿Qué queda de aquel ejemplo de integración social?, ¿qué
queda de la casa común de la izquierda catalana?, ¿dónde recalan ahora los
ideales que representaba?. Parece algo en ruinas y a la venta, mientras que los
herederos de lo que una vez fue casa grande, perseveran en de las migajas hacer
fortuna…
En toda familia hay personas
válidas y sobre ellas recae el honor de la familia y su estatus. Como siempre,
proteger y servir es tarea ardua cuando
aquellos a quienes se sirve te muestran los dientes.
Mañana el PSC celebra su Consejo
Nacional. En el, las corrientes críticas” plantearan la inquietud sobre las listas
electorales municipales para el 2015 (esperan
muchas dificultades para configurarlas). En base a ello, harán una propuesta de
creación de unas llamadas “marcas blancas”, no significadas necesariamente con
el partido pero si auspiciadas por el.
Bien, ser o no ser, he ahí la
cuestión. ¿Necesita el PSC hacer malabarismos para estar y no aparecer?, ¿ lo
que antes era garantía ahora es desconfianza?. Si es así, lo mejor que podrían hacer
los que dicen ver la realidad, es afrontarla y cargar de frente. Abandonar el
parcheo de la fachada y afrontar la reforma del edificio. Si no es así, se
cumplirá lo que hasta la saciedad se ha dicho entre las bases: “cuando no hacemos
lo que se debe, llega otro y lo hace por nosotros”.
El espacio electoral transversal
socialista se ha roto y mientras se decide quién manda en las estructuras
internas, se va perdiendo la calle. Irónicamente ahora el socialismo catalán se
enfrenta a enemigos inesperados, Ciutadans
les presiona más que CIU o el PP.
Si la propuesta es un malabarismo
formal para esconder las siglas y engañar al ojo, van tarde. Ahora deberán
asumir la pérdida de mayorías y empezar a hacer política, que los Ayuntamientos
tienen dueño y son los ciudadanos…
POLITICA ES MORAL
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