A vueltas con la verdad que
parece pontificar posturas, recuerdo las opiniones de un gran hombre de altura.
Se trata de mi señor padre, caballero de silencios pero incapaz de rechazar un
lance. Frenaba a este su hijo, cuando me revelaba, cargado de razones, severo
como un obispo y con los mismos sermones:
“Recuerda que nada nos hace más grandes
que la verdad, es cierto. Más muy a mi pesar he de decirte que de verdad todos la
nuestra tenemos y perseverando en ella a los demás la espalda damos y poco o
nada resolvemos”…
Bien, pues en esa estamos, clamamos
a los vientos y no solventamos nada. Todos cacareamos nuestra posición, la dialéctica
nos ilumina, pero a por el carbón nadie baja a la mina. En las cárcavas oscuras
unos cuantos medran, entonan sus verdades muy bien entonadas, los demás las
escuchamos y con su música sedados , confiados, nos dormimos.
Tantos problemas vivimos, tanta
presión sufrimos, que preferimos aceptar las tesis de aquellos que muestran el
ovillo pero no dejan hilvanar el hilo. Siempre cuesta esfuerzo cuestionar y
mucho menos someterse, más caminando así, llegaremos a matar futuros en
presente.
Pensar y pensar debemos, preguntar
a toda hora, imponernos totalmente saber cual es la verdad que en mentira se
convierte. Cuando los cainitas de las dos orillas se desgañitan, cuando lo
iluminan todo, nos debemos preguntar si explican la parte o el todo. Las
certezas de los que dicen estar en lo cierto deben ser cuando menos cuestionadas,
pues más grande parece el que la verdad busca
que el que dice haberla encontrado.
Las verdades del pasado son
tantas como el recuerdo, los presentes por sus prisas hablan de hechos
consumados, es el futuro no tangible el que ha de preocuparnos. Trabajar por
cada uno y por todos, no afirmar ser los mejores, aspirar a que sean gestos los
que nos avalen. Desbrozar errores para encontrar aciertos, sumar echando a los
dogmáticos pontificones, sean pues nuestras verdades los trabajos por intereses comunes. Que nada
es cierto del todo, que todo es interpretación interesada, que si nada nos
preocupa, no nos interesa nada.
Ideologías que son medios parecen
ser finales, mientras, de tiento en tiento se nos quita lo que es nuestro y se
nos ríen en la cara. Preguntarnos debemos, exigir de todos respuestas, escuchar
lo que se diga y procurar llegar a aciertos.
Que llevamos mucha vida, que
tiempo hace que empezamos el camino, que como decía Clemenceau, “señores ,eso que llaman verdad no es más
que la eliminación de errores”.
POLITICA ES MORAL
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