La Primera Guerra Mundial acabó oficialmente el 10 de enero de 1920 con la entrada en vigor del Tratado de Versalles. Dicho tratado, estableció las reparaciones de guerra a las que debía hacer frente Alemania por haber causado el conflicto.
La vencida Alemania se vio obligada a asumir la cesión del 50% de su producción industrial, la ocupación de parte de su territorio, la expropiación de sus propiedades coloniales, el suministro de gran parte de su carbón, la entrega de centenares de miles de cabezas de ganado y el pago de 400.000 millones de dólares (en valor de 2010). Lo exigido por las potencias vencedoras significó una deuda superior a las reservas del estado alemán, lo que provocó una inflación que ahogó al pueblo alemán y que sin duda derivó hacía la toma del poder del Nacional-Socialismo y el inicio de la Segunda Guerra Mundial.
Pareciera que la historia no nos enseña nada…
En el presente, la canciller Merkel marca la necesidad de someter a un “nuevo” Tratado de Versalles a su “enemigo” griego…, eso sí, de forma educada y democrática.
Las “tropas” de la nueva Wehrmacht económica invaden Grecia. Imponen la cesión de soberanía, el pago de los intereses de su deuda con los acreedores internacionales, por encima incluso de sus gastos en sanidad, en administración pública o de las pensiones. La invasión contempla un gobierno títere, dirigido por un comisario de Estado enviado por la Unión Europea y la toma al asalto de las instituciones griegas por parte de funcionarios alemanes que “enseñen” a los griegos a administrarse…
Lo dicho, no hemos aprendido del pasado. Alemania es un país admirable en muchos sentidos, pero nunca se ha destacado por la “guerra de guerrillas”. Por el contrario los griegos, en ese tipo de conflicto, han sido una referencia. En términos militares, no existe un enemigo más peligroso que aquel que no dispone de retaguardia a la que retirarse. Señora Merkel, tenga cuidado, los espartanos no se rinden jamás, no se retiran. Regresan victoriosos o sobre sus escudos…
Recuerde que el Estado Griego no recibió ninguna reparación de guerra tras los años de ocupación nazi.
POLITICA ES MORAL
No hay comentarios:
Publicar un comentario