miércoles, 14 de marzo de 2012

SI TODAS LAS MUJERES REGRESARAN A CASA, SE ACABABA EL PARO.


“Si todas las mujeres regresaran a casa, se acababa el paro”. Desgraciadamente conozco al individuo que verbalizó la frase, creía que era un hombre inteligente…

Ha sido un camino muy largo el que nos ha llevado a una concepción clara del concepto “sociedad igualitaria”. Y aún parece que no hemos incorporado la idea a nuestro adn social. Nos ha costado mucho la construcción de la ciudadanía, el equiparar “los derechos electorales…de los ciudadanos de uno y otro sexo”. No fue hasta el 9 de Diciembre de 1931, que algo tan necesario y evidente quedó plasmado en la Constitución Republicana.

Aquella Carta Magna, situó a España a la vanguardia del mundo occidental. Países con mayor tradición constitucional (Francia, Bélgica, Suiza, etc) no consiguieron equiparar a ambos sexos hasta la finalización de la Segunda Guerra Mundial. Europa tomó consciencia y mientras nosotros, tras el asentamiento del régimen franquista, caímos en la oscuridad, en la involución de los derechos fundamentales de la ciudadanía, también de las mujeres.

Tras el advenimiento de la “nueva” Democracia pensamos que todo estaba hecho. Que nada podía cambiar lo que tantas vidas y voluntades había costado, pero no, parece que no. Escuchar a los representantes de nuestro actual gobierno me genera desazón, inquietud, miedo. Los cuarenta años de dictadura nos marcaron y sus dogmas parecen regresar…

La República fue una oportunidad, un embrión que no prosperó y el franquismo fue un paso atrás enorme. Configuró un machismo atávico del que tampoco escapó el llamado progresismo. Es sorprendente que muchos hombres de izquierdas  tampoco acaben de ver bien eso de que la mujer llegue a todo. De tener la mente abierta, resulta fácil reconocer que las mujeres son origen y destino de la sociedad, que han configurado la historia real aunque la oficial las ningunee.

En mi caso, los humanos más relevantes fueron y siguen siendo mi abuela, mi madre, mi madrina, mi hermana y todas y cada una de esas personas de calidad que configuran el valioso colectivo de las hembras de mi familia. De mi familia y la de todos, pues todos tenemos historias que así lo indican. Creo que la gente piensa que la mujer necesita reconocimiento y poder realizarse o ser tratada de forma excepcional. Ese es el primer error conceptual: no necesitan un trato especial, solo igualitario.

No creo que quieran trabajos que las realicen (la realización de hombres y mujeres no tan solo está en el ámbito profesional), solo quieren trabajo. No creo que deseen ser poderosas y ser puestas en un pedestal, solo quieren saber que si alguna quiere llegar a “algo”, tendrá las mismas oportunidades que los hombres. Quieren simplemente igualdad a la hora de decidir sus actos, sin coacciones, simplemente igualdad de oportunidades. Que no se menosprecie a una mujer por decidir por ella misma quedarse en casa a cuidar de su familia. Si ella lo decide es perfecto, pero el día que desee ir “más allá” que pueda hacerlo con las mismas facilidades y problemas que un hombre.

A su vez, si un hombre decide ocuparse de su familia mientras su compañera trabaja, que pueda hacerlo sin que la sociedad se ría de el. Los hombres también hemos de poder decidir sin coacción. Ese es el punto de igualdad, cada uno debe poder decidir sin desigualdades sociales, salariales, ni de ningún otro tipo.

Hace tiempo, en relación a una ejecutiva de empresa escuché lo siguiente: “esta tia es muy puta a la hora de negociar, ¡cuidado con ella!”. Estimados cavernícolas…, sepan ustedes que las putas son gente honrada, son sus chulos los que resultan despreciables y les degradan. Es cierto que generaciones de represión han configurado un imaginario social, pero hay que romper esta supuesta realidad. Debemos hacerlo de forma firme y constante. El que no entienda, acabará entendiendo…

POLITICA ES MORAL

1 comentario:

  1. Muy buena reflexión, que suscribo. La cuestión, pienso, como en tantos otros asuntos que atañen a problemas sociales, es decidir cómo queremos lograr necesarios y justos equilibrios de igualdad: ¿a través de políticas intervencionistas de discriminación positiva? ¿o a través del asentamiento de unas bases realmente DEMOCRÁTICAS donde NADIE pueda ser discriminado en función de su género, orientación sexual, creencias religiosas, ideología...?

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