sábado, 5 de abril de 2014

TETAS


 
Decía José Ortega y Gasset en su libro  “La Rebelión De Las Masas”, que la misión del llamado "intelectual" es, en cierto modo, opuesta a la del político. Inapelable reflexión que comparto, incide cada dia más en nuestro presente.

En una época en la que hemos alcanzado la escolarización plena, en un momento en el que acceder a la información parece ser algo inmediato y sencillo, la ciudadanía es sometida y se somete a las mismas técnicas de distracción que reconocemos desde el Imperio Romano: Panem et Circenses (Pan y Circo). Debe contrarrestarse el conocimiento que lleva al análisis y para ello debe repartirse  con  abundancia pienso azucarado para desconectar la mente...
Basta con mirar con atención los titulares de las noticias, para darnos cuenta de que se ha conseguido que nadie los escuche o analice. Así, la política impositiva se nos explica y no nos damos cuenta de como incide en la cultura y por ende en la conciencia social.

Mientras el IVA general se elevó del 18 al 21 % y así tributan teatro y cine,  el futbol se grava con el 10% y la edición pornográfica con el 4%. No hay duda a los ojos que quieran ver, que existe intencionalidad ideológica y que el gobierno no toma las medidas bajo criterio técnico. Nada es casual en la estrategia de dormir a las masas.

En la pretensión de que el rebaño no observe como le manipulan pastor y perro, se hará lo necesario para alimentarlo y mantener la sangre en el estómago y evitar que la misma pueda irrigar el cerebro y las voluntades. Como en otras ocasiones he comentado, se guiará a las reses a actividades e intereses de sencillo entendimiento, relacionados con los instintos básicos y siempre llenos de simbolismo.

No es necesario desarrollar demasiado el discurso. Miren los tipos de IVA y verán que hablamos de tetas y pelotas. Busquen ustedes las acepciones que consideren oportunas.

POLITICA ES MORAL

JUSTICIA REAL






Una cosa no es justa por el hecho de ser ley. Debe ser ley porque es justa. Montesquieu
Momentos de todo tipo hay. En mi caso, el que dedico a escribir esta reflexión está lleno de incredulidad y de desprecio a la legalidad establecida. La Constitución Española, en su Capítulo Primero, Capítulo II, Artículo 14 versa como sigue: “Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”.

Cierto es que una cosa es predicar y otra dar trigo, más aún cuando las llaves de los almacenes del grano siempre están en manos de los mismos. De hecho, tiempo hace que abrimos la posibilidad a las excepciones, recordemos que  la Carta Magna establece en su artículo 56 que "la persona del Rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad".

Así que ancha es Castilla y de aquí palante to es llano. Ruíz Gallardón, en su impagable labor como Ministro de Justícia ha anunciado que la Reina y los Príncipes de Asturias pasarán a disfrutar del estatus de aforados. A saber, lo explicado significa que de ser imputados por algún delito, será el Tribunal Supremo quien tramite la causa, quedando fuera de la instrucción y juicio la justícia ordinaria.

Digan ustedes que soy un desconfiado, pero a las cosas por su nombre, ante los tribunales existen privilegios. Viejo como el tiempo, honras y perdones se archivan en las bolsas en las que tintinea el dinero. De a poco a poco la luz de la justicia se tamiza con los parasoles que provocan zonas de sombra densa. Así, ya empiezan a ser legión los que pueden desmarcarse llegada la ocasión. Se nos aforan y se escaquean Presidentes de Gobierno, Presidentes Autonómicos, ministros, senadores, diputados, jueces, fiscales, policias, etc....

Por cierto si los procesos, por aquellas casualidades que tiene la vida llegasen a finalizar en condena, siempre nos queda el Consejo de Ministros de los viernes para enderezar entuertos y ayudar a los amigos desvalidos. Quede claro que siempre se puede  solicitar la medida de gracia para aquellos reos que cumplan los requisitos de un indulto ordinario, es decir, “que cumplan condena en la actualidad y que concurran razones de justicia, equidad o utilidad pública”. No quisera omitir que si fallan los indultos ordinarios, también tenemos en stock unos cuantos “extraordinarios”...

Rondando la pneumonia, me doy cuenta de lo que leve resulta mi dolencia. La Justícia sufre una voraz  infección vírica creada en un eficaz laboratorio. Recordemos que los jueces del Tribunal Supremo no son realmente independientes. Se eligen por parte del Consejo del Poder Judicial y este, a su vez, se escoge políticamente en el Congreso y en el Senado.

Mal está el enfermo y nadie lo quiere curar.
POLITICA ES MORAL