domingo, 29 de abril de 2012

PILAR RAHOLA Y LA COSTILLA TORCIDA



No siempre comparto sus posiciones, pero sin duda, Pilar Rahola es una mujer consciente de la realidad de su tiempo. Hace dos días recibí uno de los artículos de opinión que publica en “La Vanguardia”. Nada he de añadir, comparto…

Señor Abdeslam Laarusi, imán de la mezquita Badr de Terrassa, permítame. Le escribo como mujer libre que le mira a los ojos y le dice, sin ambages, que usted no es superior a mí, ni a ninguna mujer.

Ya sé que considera que las mujeres hemos nacido "de una costilla torcida", tal como dijo en un sermón reciente, y que debemos aprender las "obligaciones", aunque sea a base de golpes. Sin embargo, le diré que es usted el que tiene el cerebro torcido, carcomido por una ideología fanática que no es piadosa, sino perversa. Permítame que le diga que son gentes como usted quienes ensucian el buen nombre de los dioses, y manchan la bondad de su fe. Ningún dios permitiría nunca estos discursos de dominio y de odio, porque sólo los seres humanos son capaces de vincular la trascendencia con la maldad. Usted debería ser un vocero de bondades, un puente entre la espiritualidad y la humanidad. Sin embargo, ha escogido utilizar un púlpito sagrado para llenar con ideas de esclavitud el cerebro libre de sus fieles. ¡Quién se ha creído que es, para usar a Dios como instrumento de ideas diabólicas! Haciéndolo deja de ser un hombre de Dios y pasa a ser un simple fanático, más preocupado de dominar la tierra que de ganar el cielo. El problema es que, por el camino de su fanatismo, arrastra a muchas personas.

Ha dicho también, en otro sermón, que nuestras leyes son contrarias al islam. Entonces, ¿por qué no se marcha corriendo de esta tierra infiel? ¿Qué hace viviendo en un lugar tan pecaminoso? Me imagino que sus ideales en la tierra deben ser paraísos de libertad como las dictaduras del Golfo o Irán, o la actual Libia, con su bonita aplicación de la charia. Nada, estimado imán, haga usted las maletas y corra raudo a vivir en esas tierras tan fantásticas, con esas mujeres esclavas, y esas prohibiciones terribles, y esas simpáticas lapidaciones. Allí seguro que su ideal islámico se cumple. Por el camino, abandone las pérfidas ventajas de nuestra sociedad democrática, todas esas ayudas, esa libertad de acción y expresión, esa sanidad pública, esa escuela gratuita... ¿O es que resulta que somos malos, pero no lo es nuestro dinero? Ya debe ser eso, que somos malos y además nos considera tontos.

Por otro lado, señor Abdeslam, y en honor a las mujeres musulmanas que admiro y respeto, permítame una última cosa. No hay nada más patético que un hombre que se cree superior a una mujer. Como utiliza el nombre del islam para vender su machismo feudal, le recordaré que hay grandes mujeres musulmanas que luchan contra tipos como usted, que creen que amar a Dios es amar la libertad y no defender las cadenas. Quizás si las leyera, en lugar de esos panfletos radicales, aún entendería algo. Entendería, por ejemplo, que el pecado no lo cometen las mujeres libres sino los hombres que las quieren esclavas. Nada más. Le saludo atentamente desde mi desprecio. 

POLITICA ES MORAL

lunes, 16 de abril de 2012

EL TRIBUNAL DE ORDEN PUBLICO HA VUELTO.



Un día, nuestro estimado Ministro de Interior (Sr, Jorge Fernández Díaz), encontró un antiguo legajo con documentos en los archivos del Ministerio. Leyó con curiosidad los papeles amarillentos y desgastados. De repente gritó:¡ Eureka, ya tengo la solución!...

Eufórico y feliz, reclamó la presencia de su coche oficial y pidió a su conductor que le llevase al Ministerio de Justicia. Allí, entregó una vieja carpeta al Ministro de Justicia (Alberto Ruíz-Gallardón) y le dijo: “¡Ahora vas y lo cascas!”.

No tardó en hacerlo y los ciudadanos descubrimos que por arte de ensalmo, el TOP (Tribunal de Orden Público) franquista había resucitado…

El actual gobierno del PP propone una modificación del Código Penal. Sin duda antidemocrática, ya que se establece una drástica reducción del derecho de reunión y manifestación. Bajo la escusa de “controlar” las nuevas técnicas de comunicación y convocatoria, se prevé una pena mínima y prisión provisional para aquellos que convoquen manifestaciones “violentas” por internet, en fin…

Por otra parte, no se ha descuidado el criminalizar la protesta civil, considerando la resistencia pasiva (imaginen las sentadas del 15 M) como “delito de integración en organización criminal”. Podrá penarse hasta con 4 años y prisión provisional.

Realmente se observa una voluntad inequívoca de “cerrarnos la boca”, de limitar los medios por las que la masa social se pueda comunicar y organizar al margen del sistema. Esta deriva nos lleva a un “totalitarismo democrático”…

No es gratuita la “lucha” de los partidos políticos por colocar a sus acólitos en puestos relevantes del aparato judicial. Esos “activos” judiciales serán los que “machacarán” legalmente a todos aquellos que se atrevan a cuestionar el sistema y proponer su cambio.

Durante el régimen franquista los españoles vivimos en un estado de absoluta indefensión jurídica. No existían aspectos tan básicos como la separación de poderes o una justicia normalizada. Muy al contrario, el poder ejecutivo sometía al legislativo y el entramado judicial se hizo “tutelar” por los diferentes ministerios del régimen.

Se persiguió vehementemente la libertad de reunión y expresión ya que “atentaba” contra la seguridad del Estado. Para evitar un peligro tan “evidente” se creó el Tribunal de Orden Público (TOP). Un tribunal de “excepción”, que mediante jurisdicción especial negaba de facto el estado de derecho. Todas las reuniones públicas debían ser autorizadas por la autoridad. Eso sí, aquellas a las que asistían menos de 20 personas no tenían la obligación de significarse…

Vayan ustedes con cuidado, en un partido de futbol juegan 22 personas. Igual se nos pide el permiso de reunión. De no tenerlo, nos arriesgamos a que detengan a  Lionel Messi y no pueda jugar lo que resta de temporada.

POLITICA ES MORAL 

sábado, 14 de abril de 2012

LA VIGENCIA DE GOEBBELS.


Lo bueno de compartir tiempo con “personas” no es tan solo lo que se aprende al escuchar, también es aquello que se consigue recordar gracias a los espacios comunes. Mi amigo Salvi Jacoment ha rescatado, de forma adecuada, la teoría de la propaganda de Joseph Goebbels (1897-1945). Ministro de Propaganda de la Alemania nazi de Adolf Hitler (en alemán Propagandaministerium).

Figura clave del régimen, era conocido por su capacidad de convencimiento. Promovió la “depuración” de los ambientes culturales y la más extensa difusión de los mitos nazis.

Podría parecer lo contrario, pero en este momento de la historia, los principios de la propaganda de Goebbles siguen vivos. Creemos disponer de “toda” la información, pero la realidad es que los árboles no nos dejan ver el bosque…

Podemos leer gran cantidad de diarios y revistas en papel, cabeceras digitales, blogs, portales, webs, etc… Tan grande es la oferta que nos resulta difícil fijar la atención. Esta situación permite, aún pareciendo contradictorio, simplificar los mensajes por parte de aquellos que los generan de forma intencionada e interesada…

Fíjense ustedes en los principios reseñados y sin ninguna duda podrán descubrir que la mayoría de los medios utilizan, de forma preclara, gran cantidad de ellos, posiblemente todos.

Me asusta pensarlo, teoría comunicativa fascista vigente en una democracia. Por favor, lean con atención y si lo consideran oportuno, expliquen sus conclusiones…

Estos eran los principios de la propaganda de Goebbels

1.- Principio de simplificación y del enemigo único. Adoptar una única idea, un único símbolo. Individualizar al adversario en un único enemigo.
 
2.- Principio del método de contagio. Reunir varios adversarios en una sola categoría o individuo. Los adversarios se tienen que constituir en una suma individualizada.
3.- Principio de la transposición. Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo al ataque con el ataque. "Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que distraigan".
4.- Principio de la exageración y de la desfiguración. Convertir cualquier anécdota por pequeña que sea, en una amenaza grave.
5.- Principio de la vulgarización. Toda propaganda tiene que ser popular, adaptando su nivel a los menos inteligentes a los que va dirigida. Cuando más grande sea la masa a convencer, más pequeño tiene que ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen una gran facilidad para olvidar.
6.- Principio de la orquestación. La propaganda tiene que limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentadas uno y otro golpe desde diferentes perspectivas pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas. De aquí también viene la famosa frase: "Si una mentira se repite bastante, acaba para convertirse en realidad".
7.- Principio de renovación. Se tienen que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que cuando el adversario responda, el público ya esté interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca tienen que poder contrarrestar en nivel creciente de las acusaciones.
8.- Principio de la verosimilitud. Construir argumentos a partir de fuentes diversas, mediante los "globos sondas" e "informaciones fragmentarías".
9.- Principio del silenciamiento. Dejar de banda las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen al adversario, también contraprogramar con la ayuda de los medios de comunicación afines.
10.- Principio de la transfusión. Por regla general, la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente ya sea una mitología  nacional o complejos de odios y prejuicios tradicionales; se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas.
11.- Principio de la unanimidad. Llegar a convencer a mucha gente que piensa "como todo el mundo", creando una falsa impresión de unanimidad
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DUMBO Y EL REY LEON.


La Constitución Española de 1978 establece en el artículo 1.3 que la forma política del Estado es una monarquía parlamentaria. Por lo tanto, la forma de gobierno establece que el Rey es el Jefe del Estado, pero no tiene poder ejecutivo, sino que está sometido al control parlamentario.
Se configura así una monarquía con un poder simbólico y que no concede al monarca una capacidad efectiva de decisión. Pues eso….
La Monarquía fue en su momento una “salida” tangencial a las dos “Españas”. Un remedo para marcar un equilibrio entre todos los actores políticos y sociales de nuestra “normalización” democrática. Así, los españoles, fuesen cuales fuesen sus ideas, se convirtieron en “juancarlistas”. Nunca en monárquicos.
La Casa Real ha sabido “representar” los intereses de España durante unos años, Juan Carlos I ha sido respetado y en conciencia puedo decir que su figura ha sumado más que restado. Pero todas las historias tienen un fin y en el estamos…
Toda sociedad necesita símbolos en los que reflejarse, en los que confiar, en los que creer. Los Borbones que ocupan el Palacio de la Zarzuela ¿son hoy referentes válidos de una sociedad exhausta y con ciudadanos en riesgo de exclusión?. La respuesta es un rotundo no…
Cualquier ciudadano podía “encajar” la corrupción y la desvergüenza en la clase política. Pero la monarquía era observada como el último reducto de la integridad del poder público.
Los comportamientos de algunos miembros de la familia real, su implicación en escándalos económicos, su aparente alejamiento de la realidad social, han roto esa imagen firme y trascendente como máximo símbolo del Estado. El viaje a Botswana de nuestro monarca ha sido la “gota que colma el vaso”. ¿Qué queda de aquel Rey que dio un paso al frente durante el golpe de estado del 23 de febrero de 1981?, nada. El “juancarlismo” ha muerto en el mismo instante en que se fracturaba la cadera del “gran cazador blanco”…
Nada hubiésemos sabido de la escapada de caza de no haberse producido el accidente.
Nada molesta más que la falta de respeto a aquellos a quienes se representa. Hoy toda la ciudadanía se preguntaba que es lo que “realmente” hace y ha estado haciendo el Rey durante esta crisis…, no puedo permitirme escribir los epítetos que he podido escuchar y leer…
Permitanme la licencia. La Corona ha caído como un paquidermo herido por una bala. El disparo no ha sido mortal pero el peso del animal no le permitirá levantarse y huir.
Créanme, los elefantes voladores no existen, Dumbo es una bonita fábula y nunca me creí que el Rey León respetase a las gacelas.
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viernes, 13 de abril de 2012

ARGELÈS SUR MER Y LA TRAICIÓN DE MARIANNE.


El 18 de Julio de 1936 elementos militares intentaron un golpe de estado para “salvar” España y ese fracasado pronunciamiento se convirtió en una cruenta guerra civil.

Los sectores más reaccionarios contaron con el apoyo de los gobiernos de Italia, Portugal y Alemania, también con la ayuda de poderes fácticos de la “democrática” Inglaterra.La República Española se quedó sola. Su “hermana”, la República Francesa miró a otro lado y así, fue la URSS quién mediante su apoyo, acabó controlando la guerra y marcó el destino de la mejor oportunidad de nuestro país.

En el momento en que se inicia nuestra guerra civil, en el país vecino gobernaba el Frente Popular. Ese supuesto frente de izquierda progresista quiso “pensar” que España, que aquello que sucedía más allá de los Pirineos, no era asunto suyo. Francia se vio incapacitada para desafiar a las potencias fascistas y a Inglaterra ayudando a la joven República. Craso error, los tanques alemanes se ocuparon de demostrarlo apenas un año después de la derrota republicana frente al fascismo franquista.

No puedo evitar sentir rencor al pensar en como se trato a nuestros compatriotas al cruzar la frontera en su retirada, ni en la poca voluntad que se demostró para facilitar un final digno para el bando derrotado. Por el contrario, se corrió a legitimar al Gobierno de Franco el 27 de Febrero de 1939. Es cierto que Francia tenía una larga y reconocida tradición en conceder asilo político, pero el medio millón de españoles que cruzó la frontera se encontró con un país que les trató como escoria indigna y molesta. No se puede olvidar que el gobierno Daladier definió a los refugiados como “extranjeros indeseables”. En 1938 ya se proponía la expulsión de todos ellos.

La presión de la opinión pública “obligó” a abrir la frontera, pero los defensores del legítimo gobierno de España acabaron como prisioneros en unos campos de internamiento en los que se pasó hambre, sed y enfermedades. Irónicamente, la Francia republicana se convirtió en una inmensa prisión para aquellos que lucharon contra el fascismo. Francia es culpable de su pasado. No ha hecho nunca un verdadero acto de contrición. Marianne siempre fue hermosa pero nos traicionó…

Argèles sur Mer nunca más será una playa. Su nombre es el de un campo de concentración que nos recuerda el infierno de nuestro pasado.

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LA HUELGA. QUEJARSE NO ES SUFICIENTE.



He reflexionado sobre la Huelga General del pasado 29 de Marzo.

Sin duda resultó ser un éxito (siempre que ustedes no sean lectores de la Razón o seguidores de Intereconomía). La protesta tuvo un gran seguimiento y las manifestaciones de la tarde fueron masivas…

A pesar de ello escuché, en plena manifestación, opiniones repetidas en el sentido: “es igual, no va a servir para nada”.  A esto hemos llegado, nos manifestamos sin esperanza.

La “dictadura” democrática ha conseguido que nuestra conciencia social desaparezca, que las organizaciones sindicales, que deberían defender los intereses de la clase trabajadora se hayan convertido en subsidiarias del poder, que el miedo a perder lo poco que se tiene nos lleve a aceptar un capitalismo “salvaje” que nos haga someternos a una nueva esclavitud.

Existían muchos manifestantes descontentos con los sindicalistas, con los partidos políticos, con todos aquellos que forman parte del sistema tal y como lo conocemos. No les faltaban razones para así pensar, pero la queja no sirve de nada si no se desea actuar, luchar...

La historia nos demuestra que de no existir una lucha colectiva, no se consiguen cambios aunque estos tarden en llegar. La nueva Ley de la Reforma Laboral es un ataque en toda regla al Estado del Bienestar. Toca defenderlo.

Ahora, sin culpabilizar a todo el sector empresarial, hemos de reconocer que se otorga todo el poder al empleador, derribando de un plumazo el “equilibrio” social en que se basa nuestra Carta Magna. Es cierto que nuestro país forma parte de una realidad “superior” que se llama Europa, pero un ente económico no puede “apretar” sin límite a una masa social exhausta y que ya se encuentra al riesgo de la exclusión de un porcentual enorme de sus ciudadanos…

No es momento de cesar en nuestra protesta, es momento de convertirla en nuestra lucha. Utilizando todos nuestros medios volveremos al principio de todo, a unirnos frente al nuevo patrón, el mercado.

No puedo aceptar que la respuesta se ciña a una presencia puntual en una manifestación. Si no confiamos en los partidos, en los sindicatos, trabajemos en las AMPAS, en las asociaciones de vecinos, en las agrupaciones culturales o lúdicas, pero actuemos. Seguro que todos en marcha, nos encontramos en algún cruce del camino...

POLITICA ES MORAL

¿QUIEN GOBIERNA EN CATALUNYA?


Para sorpresa de unos cuantos y conocimiento de la mayoría, Catalunya ya no es una Comunidad Autónoma.

El Gobierno central ha instaurado un protectorado gestionado por una Gobernadora llamada Alícia Sánchez Camacho. Curiosamente, los “indígenas” catalanes no han protestado, parecen ser muy felices bajo el poder “colonial”…

En el Congreso Nacional de Convergéncia Democràtica de Catalunya, 2.000 congresistas hablaron de nación, de pacto fiscal injusto, de independencia. Como siempre, con una mano nación y con la otra pactismo.

Los “jeques” catalanes se visten con la bandera, pero no dudan en venderla a su “supuesto” enemigo a cambio de mantener su estatus. Existen precedentes que la demagogia propagandística institucional ha tapado. Cambó se vendió al régimen franquista, ahora volvemos a “mercadear” mientras entretenemos al rebaño…

Se supone que el Gobierno catalán es el único que tiene legitimidad para negociar un nuevo modelo de financiación en Madrid. ¿Qué hace una representante política del PP sustituyendo el papel de los gobernantes de “todos” los catalanes?. Sencilla respuesta, defender a unos “pocos” catalanes.

Els “catalans de mena”, los “pura raza”, vuelven a las viejas costumbres, nadar y guardar la ropa…

Me sorprende escuchar al portavoz del Govern, Francesc Homs, recordar que Sanchez Camacho no representa a todos los ciudadanos de Catalunya…, ¿Convergencia i Unió si lo hacen?.

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lunes, 2 de abril de 2012

LA REPUBLICA ESPAÑOLA


Las elecciones municipales del 12 de abril de 1931 dieron lugar dos días más tarde a la proclamación de la Segunda República Española. Desde ese momento y hasta el nefasto golpe de estado del 18 de julio de 1936, nuestro país vivió uno de los periodos más ilusionantes de su historia.

La Carta Magna republicana puso a España -en relación a los derechos sociales- a la cabeza de la Europa occidental. Pero la Constitución fue un texto preñado de futuro que no consiguió convertirse en una herramienta útil para solventar los problemas de aquel presente en el que se redactó. La República constituyó el precedente mitificado de nuestra actual Democracia y como todo mito debe ser analizado con la máxima objetividad.

Nuestro país tuvo una oportunidad en el periodo republicano, pero pesaron más los siglos de atraso que arrastraba. Por tanto, la desesperación de la masa social era tal, que no hubo tiempo para compensar la realidad de los diferentes grupos sociales,  para dotarles de los medios de vida que estos necesitaban. El escenario de libertad que representó la República abrió la puerta a exigencias, reclamaciones y demandas basadas en agravios y carencias cimentadas durante muchas generaciones. Las voluntades del momento no pudieron dar rauda respuesta.

Decía Josep Pla: “es una enorme falacia querer construir una Constitución de papel sin tener presente el color permanente y las constantes conocidas del temperamento de este país”. El temperamento de este país…, ciertamente.

En 1931 -aún hoy- España era una entelequia, un collage de territorios marcados por la incultura, el sometimiento económico y el despotismo de las clases gobernantes. Mal inicio para una democracia de nuevo cuño, demasiados frentes abiertos, imposible pedir paciencia a un pueblo, que tras siglos, por primera vez tomaba conciencia de ser libre.

El gobierno no pudo correr más, no pudo construir estructuras de gestión prácticas que apoyasen la puesta en marcha de aquello que legislaba. Así, la ilusión del primer momento se convirtió en decepción e impaciencia por parte de los grupos sociales más desfavorecidos. A su vez, los poderes establecidos vieron las iniciativas republicanas como una agresión a sus intereses e iniciaron una deriva hacia la involución.

La República, en la voluntad de ajustar todo a derecho legisló en conciencia, pero se vio obligada a la imposición como fórmula habitual. La Revolución de Asturias y las revueltas de jornaleros como la de Casas Viejas (Cádiz), marcaron el punto de inflexión entre la esperanza y el descrédito.

En honor a la verdad, el primer gobierno de la incipiente República intentó fórmulas para acabar con los problemas de España. Pero sin embargo provocó una radicalización de posiciones entre las llamadas “derechas” e “izquierdas”. Las primeras aglutinaban a los grupos con poder que veían que las propuestas eran demasiado radicales y les desposeían de sus derechos (sin duda privilegios). Las segundas consideraban los planteamientos gubernamentales demasiado tibios y lentos.

Demasiados frentes abiertos…, preámbulo del fracaso.

Intereses de clase o casta, aspiraciones nacionalistas en Euskadi y Cataluña, necesidades  perentorias de las masas obreras y campesinas, militares endiosados en su papel histórico de salvadores de la patria…, la pluma no podía ser más fuerte que la espada.

Todo se desmandó y cada uno de los actores de nuestra tragedia “tiró por lo derecho” y acabamos volcando el carro por el pedregal. La diferencia es que la derecha mandó prietas las filas y avanzó, por el contrario, la denominada izquierda republicana no fue tal. El territorio gubernamental se convirtió un reino de taifas en que cada uno procuró por sus propios intereses y se olvidó el interés común.

Un eslogan del momento reclamaba “Primero ganar la guerra, después la revolución”, no se consiguió. La llamada zona roja estaba inmersa en un caos generalizado, en una revolución en que cada región, comité local o milicia de partido marcaba sus políticas locales y se dotaba de medios según disponibilidad. El llamado Ejército Popular de la República se configuró tarde y lejos de posiciones que le permitiesen someter a los sublevados.

Un insigne republicano -mi propio abuelo- decía en sus últimos años que fue la República la que perdió la guerra, no la ganó Franco. Comparto su opinión por convicción y por conocimiento. Es por ello que me preocupa la imagen idílica que hoy, muchos pseudo-republicanos, dan de nuestra oportunidad más valiosa.

Facebook, twiteer y blogs se han llenado de “tricoloristas” que con arte y gracia opinan grandilocuentemente y comentan fotografías de la época con eslóganes sin duda falaces. Resulta épico reclamar la revolución, apelar a la lucha, exigir un mundo mejor., pero quedó en una idea, en una oportunidad, pero sobre todo en una decepción.

Me emociona ver ondear la bandera tricolor y el himno de Riego es mi himno, pero la República a la que aspiro está encerrada en un volumen gastado y polvoriento que se llama Constitución de la República Española. Unos políticos de salón la redactaron, aún hoy espera a un ejército social unido y popular que la defienda. ¡Salud y República!.

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