viernes, 9 de marzo de 2012

DESAHUCIOS. ATAQUE Y DEFENSA.


CONSTITUCION ESPAÑOLA. Título 1. “De los derechos y deberes fundamentales”. Capítulo 3. Artículo 47:
“Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación”.
“La comunidad participará en las plusvalías que genere la acción urbanística de los entes públicos”.

Bueno…, nuestra Carta Magna es clara y concisa.
La pérdida de la vivienda es un tema espeluznante y que “atenta” al derecho. Así de claro, así de sencillo…

Es algo dramático, un drama personal y familiar que también afecta al entorno social general. Se empobrece el barrio, el distrito, el municipio. El comercio, al “caer” el ciudadano pierde su clientela, se genera un efecto dominó que nos lleva a un entorno precario y  nos aboca a una necesidad de medidas asistenciales propias de la marginalidad.

Me avergüenza que un gobierno socialdemócrata (que pese a sus errores realizó una labor ímproba en relación a las libertades sociales) no abordó un tema tan sangrante como el de los desahucios. ¿Qué hicieron los representantes institucionales sentados en los consejos de administración de las entidades bancarias?.

Los gobiernos del PSOE metieron dinero para “salvar” el sistema financiero y miraron a otro lado. Hoy aquel silencio, no nos engañemos, les hace cómplices…

En cualquier caso, mirar atrás nos debe empujar a la política real, al enfrentamiento a los que hoy gobiernan y a aquellos que los sostienen. Sin dobles morales, sin reservas, de frente, con la determinación del desespero, con la rabia de aquellos que no tienen nada que perder.

En el momento en el que nos encontramos, con miles de familias al borde de la pobreza, instaladas en la desesperación, llenas de rabia y de incomprensión, los partidos llamados progresistas deben alzar sus voces. Deben ser de forma constante y firme las instituciones que legitimen las demandas sociales.

De no significarse, de andar con “milongas” legalistas, de olvidar su verdadero compromiso para con la ciudadanía, abrirán las puertas al caos. Un caos que tendrá nombre. Un caos que podrá tipificarse legalmente. Los ciudadanos empujados por la falta de apoyos incurrirán en el delito de “realización arbitraria del propio derecho”…

Versa como sigue:

Ley orgánica 10/1995 de 23 de Noviembre. Código Penal. Título XX. Delitos contra la administración de justicia. Capítulo IV. Artículo 455. De la realización arbitraria del propio derecho.
1. El que, para realizar un derecho propio, actuando fuera de las vías legales, empleare violencia, intimidación o fuerza en las cosas, será castigado con la pena de multa de seis a doce meses.
2. Se impondrá la pena superior en grado si para la intimidación o violencia se hiciera uso de armas u objetos peligrosos.

Realmente las leyes son para cumplirlas, incluso su desconocimiento no exime de su cumplimiento, pero…, no todos somos iguales frente a la ley.

Lo he reflexionado en artículos anteriores. No hay enemigo más peligroso que aquel que no tiene retaguardia a la que retirarse. Un ciudadano sin trabajo, sin vivienda, de alzarse, de luchar, no será un delincuente que quebranta las leyes. Será un resistente, un combatiente que defenderá su verdadera patria: su familia y su propia existencia…

POLITICA ES MORAL

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