viernes, 8 de agosto de 2014

CUADERNO DE BITÁCORA



El cuaderno de bitácora es un libro en el que los marinos anotaban lo que sucedía durante cada una de las jornadas de navegación. Dicho cuaderno, cuando los barcos no disponían de puente de mando cerrado, se guardaba en el interior de la bitácora (estructura de madera sobre la que se montaba la brújula náutica) a fin de protegerlo de las inclemencias del mar.
Bien, aquí pretendo iniciar la reflexión...
 
Nuestra singladura como democracia es ya muy larga. Es cierto que no era fácil imaginar la enorme cantidad de corrientes, vientos y tormentas que habrían de acecharla condicionando la integridad de la nave y su carga. En cualquier caso, de quienes nunca podía esperarse nada malo era de la tripulación y de los oficiales al mando. Gente recia, habían de mantenerse firmes en su puesto  y cumplirían anotando en la bitácora todo aquello que enseñase a navegar “viento en popa a toda vela” (con su permiso señor Espronceda).

La realidad, en su pertinaz tiranía, nos ha llevado a embarrancar con la costa. Los restos del naufragio han llegado a la playa de lo inapelable y entre ellos, el cuaderno que describe todo lo sucedido en los turnos de guardia.
 
Hemos descubierto que los rumbos siempre fueron erráticos, no por desconocimiento, lo fueron por interés. Las tripulaciones, supuestos garantes de llegar a buen puerto, se auto-otorgaron patentes de corso y alteraron las rutas para mercadear a su placer mientras justificaban los retrasos acusando a Neptuno de los castigos que todo el pasaje sufría...

Y lo peor de todo, lo más indigno de la gran expedición naval, fue ver a la oficialía envolverse en la bandera mientras clamaban para que todos salvasen los frutos de su escondida piratería.
La confianza de todo un pueblo ha sido traicionada. Ahora, de pie en la playa, nos preguntamos que podemos hacer para recuperar la preciosa carga que ocupaba las bodegas.

Quizás no podamos fletar grandes naves, quizás no tengamos más opción que aceptar que nuestra flota sea ligera, pero no cabe duda de que podemos aprender de las interesadas y falsas anotaciones en el cuaderno de bitácora. De los falsos rumbos ha de marcarse el correcto y por muy profundo que esté el pecio de nuestro otrora gran bajel, submarinistas irán recuperando poco a poco todo lo que nos resulte de valor.

Buena inmersión...
POLITICA ES MORAL