Les he de ser sincero: sí,
consciente y con todas las ganas, ni más ni menos. Sé que tienen que cumplir
con su deber, así que procedan que por mi parte todo será colaboración. ¿El
arma?, bien, lleva en la familia desde el final de la Guerra Civil –era la pistola
de mí tío el piloto- y a todas luces, esperaba el momento oportuno para ser
–otra vez- de utilidad. Como podrán
comprobar, funciona a la perfección.
Es curioso agentes, pero de
veras, viéndole con la cabeza reventada en el suelo, en mitad de ese charco de
sangre, no siento nada por el prócer. Quizás piensen que estoy loco pero no
soy, en absoluto, un psicópata. Sencillamente he creído que me correspondía
–dada la incompetencia del sistema- ejercer de juez y verdugo. ¿Qué pienso
ahora?, pues estoy pensando en que un ser humano adulto tiene una media de
cinco o seis litros de sangre; lo que
representa casi un 8 % del peso corporal. Esta proporción varía poco así que para calcular la sangre de cualquier
persona, sin importar su edad, sólo es necesario dividir su peso entre trece y tendremos el resultado en litros. Curioso
¿verdad?...
Por cierto, les adelanto que
cuando accedan a las cuentas del finado, podrán comprobar que de transformar
los guarismos de los depósitos en fajos de billetes, sumarán más kilos que lo
que mi víctima, incluso antes de verter fuera su esencia, pesaba. Sí, sin duda
alguna, lo comprobarán y vendrán a las mías pero claro, ustedes son servidores
públicos y ni ahora ni nunca podrán mostrar su acuerdo con mi iniciativa en
público, pero si lo tienen a bien, disfrutarán con la historia de este
asesinato. No tenemos prisa ¿no es cierto?.
Miren, el ahora inánime se forjo un
nombre en los primeros años ochenta del siglo pasado y diciendo defender a
todos, ayudó a construir un negocio político que ha demostrado producir pingües
beneficios. El muy hijo de puta se ha llenado la boca –hasta hoy- de proclamas
progresistas y llenas de descalificaciones hacia sus contrincantes políticos,
pero como quedará demostrado llegado el juicio, y de no caer yo a manos de un
sicario, en realidad todos los partidos y todas sus emponzoñadas siglas, para
llenarse los bolsillos han trabajado en equipo. Visto lo visto, me darán la
razón de que se trató y trata de un equipo muy bien coordinado.
Bien, les decía que supo medrar
en el partido y sin estómago, llegó muy lejos. ¿Qué si tanto le conocía?, ¡pues
claro!. Les insisto, no motiva la cosa la locura, su muerte es consecuencia de
saber demasiadas cosas y no poder evitarlas. Todo el que se acercó al
figura, no lo duden, pudo ver como la
corrupción era el verdadero motivo de su activismo político. Medró mucho y se
instaló en todos los organismos posibles, pues el controlar las
correspondencias económicas facilitó el que se pudiese meter mano en el cajón y
que nadie se enterara. Disculpen, nadie no, pues a la sombra de mi víctima
muchos “corre ve y diles” pagaron sus hipotecas y segundas residencias se
compraron.
Intenté, mejor dicho, muchos
intentamos, reconducir la cosa esa del gobierno, pero lo que conseguimos fue acabar
defenestrados y condenados al ostracismo. Así pues se procuraron nuevas
iniciativas para oponerse a tanto desmán y robo, pero así que nos acercábamos,
algo sucedía que nos dejaba con cara de bobos. Los trabajos de investigación
sobre recalificaciones, designaciones de contratas a dedo, contratación ilegal
de cargos mal llamados de confianza o el cobro de comisiones sin tapujos no
fueron atendidos ni utilizados en los
órganos políticos o públicos. Las
denuncias ante la Ley acabaron siempre como el Rosario de la Aurora. Es
más, hace muy poco recibí, mejor dicho recibimos, amenazas para nada veladas.
Ahí se me saltó el relé y perdí
la calma. Un mafioso que jodía la esperanza de sus ciudadanos y que hacía de su
municipio un reino de taifas en el que se rodeaba de odaliscas y se dedicaba a
dar o quitar futuros, me pareció un buen punto de partida para empezar a
limpiar el patio. ¿La razón de que le diese matarile en un parking?, sencillo.
Les hablaba antes de recalificaciones y contratas, ¿recuerdan?, pues sabiendo
que la construcción de los aparcamientos públicos le había suministrado buenos
calostros y también a su indigno partido, me pareció un escenario muy teatral y
digno. Cierto, un punto de humor negro nunca viene mal, verdaderamente era un
buen lugar para aparcar al caco para siempre. Les diré que antes de meterle la
bala entre los ojos, me pasé un ratito viendo como se meaba encima y escuchando
sus lloros y su promesa de compensarme con dos pisos y pasta gansa. Llegó a las
siete cifras y aunque les prometo que no dudé en mi objetivo, me alagó ver que
mi información era cierta y que lo que el cabrón ha acumulado en sus años de
gobierno es, sencillamente, inenarrable.
No, no se lleven a error, no es
un tema personal, pero no pudiendo acceder al entorno de parlamentarios,
ministros, príncipes y otras
sanguijuelas, me pareció que quitar de en medio a un alcalde corrupto y poner
su muerte en relación a estancias superiores, era una buena forma de empezar a
hacer reformas. ¿Intentar huir?, ni por asomo. Ahora toca hacer salseo, a ver
si el impacto mediático dura y despertamos a la rabia y así, empujando entre
todos, los que tienen que poner los pies en polvorosa son los ladrones.
Por cierto, no pongan en marcha el
coche del edil para moverlo, es
peligroso. Ahora les indico como desactivar el explosivo que había dispuesto
por si no me atrevía a meterle un tiro. ¿A que sí?, realmente esto me ha
quedado como una película de Tarantino, ¿nos vamos?.
POLITICA ES MORAL
No hay comentarios:
Publicar un comentario