La Unión Europea va, y en un
momento de inspiración, le suelta 3000 millones de euros a Turquía para que se
quede con los refugiados y así evitar problemas dentro de casa y a cambio se le admitirá en Europa...
En fin, este es el ejemplo macro,
por otra parte, nosotros le ponemos falda a los ninots de los semáforos
mientras los indignos representantes electos van paciendo en el Congreso y se
olvidan que se les eligió para hacer cestos. En resumen, estamos más perdidos que
una chota en un parking de El Corte Inglés, que por cierto, a pesar de lo bonita y sentimental que resulta su actual campaña de publicidad, va a despedir a
puñao de gente.
Y eso es sólo lo que asoma, a
saber lo que se cuece por debajo. La verdad es que cada uno de nosotros
llevamos lo nuestro, pero mira uno a su alrededor y no se ven las cosas más
claras. Dice mi amigo Don Antonio que Europa está desnortada y lleva un camino
sin frenos hacia la irrelevancia. Está hecho un Mesías el tío y tras convertir
su magistral frase en un twitt que a bien seguro pasará desapercibido a pesar
de su manifiesta relevancia, me he liado a escribir otro post, pues servidor de ustedes está necesitado de
mingitar sin tardanza.
A vueltas con nuestra “Tele
Europa”, la cosa es tema interesantísimo sobre el que valdría mucho la pena
hablar largo y tendido. Hemos de plantearnos lo siguiente: ¿existe Europa más
allá de un ámbito estrictamente cultural?. La respuesta es un monosílabo, es
sencillamente un no. Hemos de ser sinceros y no empeñarnos en mantener un
constructo sobre pilares francamente frágiles pues somos aún el damero
multicolor previo a Garibaldi, Bismarck y otros muchos voluntariosos adalides
de las reformulaciones nacionales. Y miren que se lo dice alguien que, sin
alharacas, se considera europeo a conciencia. Así en nuestra pequeñez, nos
vemos de nuevo abocados a las viejas órbitas de influencia.
La Unión Europea abrumada por sus
plagas bíblicas mira a otro lado y la experiencia de la llamada a somatén para
mantener a Grecia contra viento y marea le ha costado demasiado en los tres últimos
años. En Grecia el sueño europeo murió y a los próceres de los países miembros empiezan
a creer que mejor ceñirse a sus fronteras y dejarse de zarandangas. La cuestión
es que como tras la caída del Imperio Romano de Occidente, se involucionará
hacia una nueva sociedad feudal…
Me explica Don Antonio que hace
20 años -o más-, leyó un libro extraordinario de Pierre Renouven llamado
"Historia de las Relaciones Internacionales" y que el mismo retrata
perfectamente la gestación de la Europa moderna sobre las relaciones
establecidas tras el Congreso de Viena (reunión de ganadores tras la derrota
del Imperio Napoleónico).
En base a ello, Europa es un producto
de agregados que se han ido consolidando a través de los siglos, pero nuestra
concepción casi genética como supuesto pueblo se produce en el siglo XIX . Ahora,
cada potencia continental (todas muy venidas a menos) busca nuevamente sus
zonas de influencia basadas en la vieja política: Inglaterra (Reino Unido) el
equilibrio continental, pero desde fuera y mirando a la Commonwealth y, sobre
todo, desde la servidumbre a EEUU. Alemania, la gran potencia del continente,
mirando a su hinterland del este y en equilibrio precario con la influencia de
Rusia. Finalmente Francia, en contrapeso de Alemania y con proyección
hegemónica sobre el Mediterráneo, allí donde estamos los pobrecitos países del
Sur. Ni más ni menos…
Bueno y no olvidemos los
problemas internos de los países con las llamadas naciones sin estado. Paro
porque se me acumula el trabajo y la jefa me está mirando muy malamente. Lo
mismo habrá de volverse a la peseta, que miren ustedes, salía uno de fiesta con
mil de las rubias y al caminar de regreso hacía casa aún nos zurría un poco de
calderilla en el bolsillo.
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