Manden unos, manden otros, los
tontos siempre somos nosotros. Refrán
popular.
A veces me alegro de haber dejado
de otear a todas horas mi entorno. Me ha costado, créanme, me ha costado mucho.
Esto de aprender a desbrozar la realidad y pretender llegar a la esencia de las
cosas, me ha llevado al agotamiento y ando procurándome una cura que me permita
mantener esta maratón tan larga. Hay que ser filósofo a tiempo total y no un aprendiz de psicosociología como un servidor
de ustedes.
Uno anda con el mantra de
construir puentes en aras del bien común y no les quepa duda que mantengo y
mantendré que se trata del único camino que nos llevará a un futuro
esperanzador. Pero por mucho que el convencimiento no se me desinfle, la
verdad, la purita verdad es que creo ver mucha tontuna a mí alrededor, lo
siento…
Estoy ya muy cansado de ver a los
castellanos viejos convertir las leyes en armas arrojadizas y a su política en
una factoría de demagógicas razones para, en lugar de ofrecer soluciones,
liarla cada vez que pueden. Permítanme recordarles que la más grande cantera
del independentismo catalán la ha ido creando el mismo PP. Por otra parte, los
patricios de esta mi tierra, nos lideran los sueños, nos esconden realidades y
pretenden encumbrar a Alí Babá y a
sus cuarenta ladrones.
Vamos a ver si espabilamos un
poco, a favor o en contra de ser o no españoles, digo yo que puestos a
defender, deberíamos defender la bondad de nuestras ideas y apartar, por
indecentes, a aquellos a los que su indignidad precede. ¿Cómo se pide que la
población se organice para protestar por el encausamiento de Artur Mas?, ¿quién
puñetas pretende ensalzar a un político responsable, sin ninguna duda, de
privatizaciones y recortes?...
He estado conversando sobre el
tema, me dicen que se trata de defender el hecho de la consulta del pasado 9 de
noviembre. Bien, conforme, allí estuve también yo votando y poniendo en valor una acción de
espíritu democrático y social que consideré oportuna. No entendiendo las
reservas, que en aquel momento el Estado puso de manifiesto, pero no creo que
se trate de eso. Acaudillar a Artur Mas me ofende y afrenta, me molesta, me
inquieta, yo espero más de mis convecinos y amigos aunque no compartamos credos.
Pero hay que
joderse, los siete-ciencias del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya
(TSJC), de forma independiente e
imparcial, van y me convocan a declarar al prohombre de la patria el mismo
día, que hace setenta y cinco años, fusilaron en Montjuïch a Lluis Companys. La
consulta ya no es relevante en base práctica, los que encausan no se dan cuenta
de que están tensando las cuerdas y otorgando dignidades a quien no las merece.
Si es que les gusta tocar lo que
no suena, o quizás la táctica es buena. Puestos a correr hacía los comicios de
diciembre, es muy bueno atizar el problema catalán, sacar rédito electoral y
para conseguirlo, que hagan ruido de cacharros los tontos de siempre.
Por cierto, vasos, platos y ahora cacerolas. Tan solo nos faltan los cubiertos...
Por cierto, vasos, platos y ahora cacerolas. Tan solo nos faltan los cubiertos...
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