miércoles, 21 de noviembre de 2012

LOS TANQUES DE LA MERKEL



La campaña electoral catalana nos ha alejado un poco de las realidades supranacionales, pero no debemos olvidar que por muy relevante que parezca nuestro papel, verdaderamente somos poco más que palmeros de la política europea.

Europa se aguanta con alfileres y Alemania, supuesta garante de la estabilidad del euro, en su voluntad de quedarse al margen de una crisis global, está cavando su propia fosa.

A pesar de vender fuera y dentro de sus fronteras el llamado “milagro alemán”, la Merkel sabe perfectamente que las exportaciones germanas se colocan mayoritariamente en Europa. Por lo tanto, si la recesión sigue y la demanda se contrae, se acabó el invento. Curiosamente se insiste en marcar distancias respecto al resto de países de la Unión, El discurso es un irreflexivo “esto no va con nosotros”, nada más lejos de la realidad.

En el Congreso de la CDU, la Canciller insistió en un florido estilo:  “si fracasa el euro, fracasa Europa”, “si fracasa Europa, fracasa Alemania”. Bueno, ponga usted hilo a la aguja…

En la actualidad podríamos decir que la Unión Europea es como un banco corto de liquidez y entestado en cobrar, contra viento y marea, aquellos importes que se le adeudan, a pesar de conocer la falta de recursos de sus deudores. La única posibilidad que se ofrece a los países en caída libre, es la concesión de nuevos créditos que aumentan su deuda y déficit. La bola se hace más grande mediante una solución que no es más que pan de hoy para hambre de mañana.

Es inevitable negociar “quitas” sobre los importes de los créditos vencidos si realmente se pretende acabar cobrando. De no aceptar esta vía de resolución, el Euro saltará por los aires. Entrar en amenazas, perseverar en ahogar las economías nacionales con recortes sociales, lo único que conseguirá es acabar con la actividad económica y el consumo. Evidentemente, si no hay actividad no se genera riqueza y sin esta, las garantías de cobro desaparecen.

En jerga bancaria, de no poder pagar un crédito, al deudor se le embarga. Pues muy bien, la Canciller Merkel debería ir preparando a sus huestes de cobradores y ponerles como vehículos de empresa unos tanques bien equipados. Como en otros momentos del pasado, lo que no puedan cobrar en dinero, que lo cobren en territorio.

POLITICA ES MORAL

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