jueves, 13 de diciembre de 2012

LA HIPOTECA DEL HEREDERO



Tras los resultados de las elecciones del 25-N, unos de los aspectos que sin duda requieren mayor atención y análisis son el presente y el futuro del PSC.

No tan solo estaremos haciendo una valoración de la representación de un partido orgánico y tradicional, nos daremos cuenta de que el PSC se configuró, desde su fundación en 1978, en un espacio compartido entre las dos realidades de la ciudadanía de Catalunya (la de los inmigrantes y la de los catalanes de apellido reconocible). Es importante, a pesar de la actual deriva, observar que el PSC se forjó el reconocimiento de partido realmente transversal. El colectivo obrero, la burguesía profesional y la intelectualidad supieron converger en un modelo de convivencia que desembocó en un esperanzador modelo de país.

Subyace una pregunta que ya resulta vieja: ¿qué  ha provocado que el socialismo catalán deje de ser la casa común de una amplia mayoría social?. Bueno, poco a poco dejó de mirar la realidad de la ciudadanía y se centró en el mantenimiento de sus propias estructuras, por otra parte muy amplias, dados sus resultados electorales a lo largo de los años. Curiosamente, un partido con una fuerza enorme en los municipios del área metropolitana de Barcelona, ha ido diluyendo su presencia en el resto del territorio de Catalunya y ha visto como perdía votos en sus tradicionales feudos. A río revuelto ganancia de pescadores…

Ahora, empujados por la crisis y observadores de la inoperancia de los que consideraban como “los suyos”, los votantes del PSC han optado por opciones políticas que están generando antagonismos y en consecuencia, conflictos que parecían no existir. Huelga decir que esta situación pone en jaque a una ejecutiva que deberá hacer un trabajo ímprobo para tornar a ser creíble.

Recuperar la representatividad de un amplio espectro social, pasa por la consecución de una real democracia interna en el partido, por asegurar que las propuestas sean incluyentes y en una verdadera labor de acercamiento a la realidad social. El PSC no puede seguir interpretando su papel según el momento, debe ser un referente claro, firme y alejado de cualquier posición oligárquica y opaca.

Recuerdo la novela “El heredero” de Prudenci Bertrana. En ella se narraba la historia de Inocencio Aspriu, hijo de una familia acomodada que tras recibir su herencia, se ve obligado a vender casa y fincas para pagar la hipoteca existente sobre ellas y el desastre producido por un incendio en sus terrenos forestales. Seguro que se dan cuenta del paralelismo, Pere Navarro es el nuevo heredero y el incendio ha quemado las ramas del bosque socialista, sus militantes y votantes.

El PSC debe entender que ya no puede seguir viviendo de las rentas. Ahora, aparentar tiene más letras que ser…

POLITICA ES MORAL

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