viernes, 25 de mayo de 2012

LOS AYUNTAMIENTOS Y EL PRINCIPIO DE SUBSIDIARIEDAD.



Principio de subsidiariedad: en su definición más amplia, dispone que un asunto debe ser resuelto por la autoridad (normativa, política o económica) más próxima al objeto del problema. El "principio de subsidiariedad" es uno de los principios sobre los que se sustenta la Unión Europea, según quedó establecido por el Tratado de Maastricht, firmado el 7 de febrero de 1992 y después conocido como Tratado de la Unión Europea.

Atendiendo a este concepto de objetivación tan sencilla, empiezo a no entender el funcionamiento de las administraciones que el Gobierno del Estado plantea.

La lógica en los criterios de gestión, nos aboca a una imagen de pirámide de base amplia, rematada en una cúspide de apoyo “último”. Hicimos tan mal nuestra “transición” de una organización centralista a un “café para todos”, que ahora parece que las duplicidades en la gestión pública atollan el crecimiento social. Reconocido el problema, este se explica mediante falacias faltas de conocimiento “real”…

Personalmente observo con gran desconfianza la denominada “España de las Autonomías”, pero en lo concerniente a los gobiernos municipales, no tengo dudas. Los Ayuntamientos han sido y son las estructuras de gestión pública que realmente “conviven” con la realidad del ciudadano.

El gobierno del Partido Popular, en su voluntad de reducir el déficit público, plantea una normativa que prohíba las “competencias impropias de los Ayuntamientos”. He intentado aclarar el significado de “impropias” y realmente no salgo de mi asombro…

Según el Gobierno central, los municipios no deberían trabajar en el ámbito educativo, la atención social o el fomento del empleo y la actividad económica. Vamos, se pretende coartar la acción en la única y reconocida “política real”. Las razones esgrimidas son de ámbito económico. Esto me hace pensar que en base al objetivo de recorte, ¿el Gobierno nos dice que nadie desarrollará estas políticas?...

La situación social es cada vez más extrema. Impedir que se realicen políticas locales, es aceptar que la ciudadanía pierda su capacidad de relación con sus instituciones de representación. En resumen, condenar al abandono a la masa social.

Limitar las políticas sociales percibidas en la proximidad de las ciudades y pueblos, es aceptar la degradación del concepto de ciudadanía. La historia nos demuestra que las políticas de cercanía son más capaces para afrontar situaciones de crisis. Los “sabios” que nos gobiernan no deberían olvidarlo...

Una vez más, los planteamientos cortoplacistas parecen condenar nuestro futuro.

POLITICA ES MORAL

1 comentario: