Que uno ya es viejo antes de
hora, como ya he dicho muchas veces, ya no sorprende a nadie.
Lo peor de mirarse al espejo no
es verse las arrugas, lo más doloroso es mirarse el alma. Algo no tangible, se
convierte en cuaderno de bitácora y sin duda, nos marca el rumbo…
No me gusta lo que veo, ni en
proximidad ni en lejanía, pues buscando adalides que promuevan cambios, tan
solo encuentro lerruxistas que como alternativa proponen zancadillas que
cambien rostros y no fondos. Y aquí estamos, opinando, para tras hacerlo,
recibir en mitad de los morros.
Tiempo hace que sigo la propuesta
que significaba Ciudadanos, menos hace que observo la de Podemos y ¿saben
ustedes?, me parecen lo mismo. Tan solo veo dos estilos, uno neo-grounge y otro
propio del “after-work” financiero, en resumen, forma y no fondo. Al final,
populismo que a la ciudadanía le hace sentir parte de un cambio cómodo.
Sobre el papel, ambas formaciones
pivotan en aspectos de regeneración que se demuestran básicos e inapelables:
erradicar la corrupción, acabar con la casta política acomodaticia, establecer
criterios de política transparente, incidir en las personas y no en las entidades
bancarias, en definitiva, cambiar las cosas…
Y las cosas son como son y no de
otra manera. Aquí, lo que primará será la opción menos peligrosa, la más
atractiva a los ojos, la menos hiriente para los intereses de las élites
extractivas que ya en el pasado han ido devorando
a los corderos díscolos.
Los movimientos de los medios de
comunicación, fieles servidores del poder, muestran la estrategia contra el “bolivarismo
podemista”. Ciudadanos ofrece a un Pablo Iglesias sin coleta ni exabruptos
hirientes. Albert Rivera es una imagen de corrección y respeto, de elegancia
integrada en el carácter, es el yerno perfecto. Habremos de esperar para saber
si se imponen los deseos de los padres bienintencionados o el enamoramiento de
la hija hacia ese novio que no se pone corbata ni en los entierros.
Al margen de ironías, ambas
opciones responden al descontento que ha ido creciendo constantemente y de
forma exponencial en lo que denominamos sociedad. Pero, ¿la ciudadanía hará el
esfuerzo de analizar y poner en valor lo que las proclamas llevan dentro?.
Díganme pesimista, creo que no. Si así fuese observarían que Podemos establece
que no son ni de izquierda ni de derecha, verían claramente que Ciudadanos
afirma que situarse a un lado u otro es caduco y cosa del pasado. La derivada
lógica sería querer saber más…
Y puestos a saber, hay que saber
que Pablo Iglesias cuenta con la ilusión crecida en la rabia y en la
impotencia, en el frentismo a los indignos partidos que han dicho
representarnos. Esa es su fuerza carente de propuestas prácticas. Por otra
parte, Albert Rivera, en un posibilismo admirable y en base a un práctico liberalismo
progresista (concepto que comparto), se ha hecho merecedor del apoyo de los
verdaderos poderes fácticos del Estado.
No me genera confianza ver como
partiendo de un espacio de izquierda no nacionalista, Ciudadanos ha
evolucionado a una posición ultra liberal. Proponen fórmulas para regenerar la
economía que si bien podrían ser eficaces a largo plazo, en la inmediatez no
contemplan soluciones de contingencia en un entorno socio-económico ya devastado
por políticas conservadoras y basadas en la privatización que han llevado al
límite a las familias de este país.
La presentación del programa
económico del partido de Albert Rivera congregó a lo mejor de casa.
Representantes de la derecha más tradicional, financieros, medios de
comunicación afines al PP y teóricos de la economía neoliberal, aplaudieron en
un foro lleno hasta la bandera a su nuevo Cincinato. Encumbraron con
satisfacción la juventud y la valentía de un Hermes que sabrá llevar a todos
los hogares la buena nueva de un futuro brillante…
¿Saben?, el regalo queda bonito
antes de abrir la caja, pues al hacerlo, se nos aparecerá un Rajoy riendo hacia los adentros. Se
plantea un contrato único, flexibilidad absoluta pero “segura”, despido libre
pero “protegido” y en resumen menos presencia de lo público como garante de lo
que conocemos como sociedad del bienestar.
Lo siento, “lo público” es
necesario, sin duda debe regenerarse, pero es necesario. Los acompañantes de
Rivera en su acto de presentación del programa económico, son aquellos que
propugnan la privatización de la sanidad, la educación y los servicios de
interés general.
Espero, como decía anteriormente,
que los ciudadanos vayan más allá de los titulares que periódicos, emisoras y
televisiones ofrezcan. Deseo que a la hora de depositar sus votos, lo hagan a
favor de los más capaces y no de los que más salgan en las fotos. Un día se nos
convenció de que en España ya no había trabajadores, se nos dijo que todo era
clase media. Ojalá sepamos atrincherarnos para defender el bienestar de
nuestros hijos y no para pagar la televisión en la que se nos dice que ya hemos
salido de la crisis.
Lo más doloroso de todo esto, es
que habiendo caído los partidos tradicionales en los Idus de marzo, aquellos
que los acuchillarán, pretenderán lo mismo que los que acaben de defenestrar.
Pues seguirán siendo los patricios los que marquen lo que se deba legislar.
POLITICA ES MORAL
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