jueves, 6 de junio de 2013

NORMANDIA


Quien siembra vientos recoge tempestades. Anónimo
Una jornada como la de hoy, hace 69 años, presenció como la mayor fuerza militar de toda la historia asaltaba la Europa dominada por el fascismo y se iniciaba así su liberación.
No entraré en análisis de índole estratégico o táctico, pues mucho se ha desarrollado esa perspectiva. Quisiera reflexionar sobre los motivos que nos llevaron a la vorágine de una guerra que nunca debió darse, no olvidemos  la amarga lección que pareció impartir el primer conflicto mundial (1914-1918).
Es precisamente el final de la “Gran Guerra del 14” el que marcó el inicio de la Segunda Guerra Mundial. Las reparaciones reclamadas a Alemania por los Aliados y la posterior crisis económica de 1929, generaron la radicalización de Europa y la aparición de regímenes totalitarios que mediante el frentismo, recuperaron a sus poblaciones de la miseria moral y social.
Es evidente, que cuando no hacemos lo que corresponde, viene alguien y lo hace por nosotros. Así, mientras en las cancillerías el establisment económico y político miraba a otro lado, el fascismo, el nazismo y las posiciones extremas, calaron en una ciudadanía necesitada de esperanza y medios de vida.  Se apoyó la guerra como vía de resurgimiento y la locura pareció ser una posición cuerda. Recordemos la “solución final” del “problema judío” puesta en marcha con eficacia industrial…
Mucho se ha hablado del rendimiento económico que las democracias occidentales obtuvieron de su victoria en Europa y también en Asia (EEUU pasó a ser la potencia económica mundial). También es cierto que la necesidad hizo que un régimen dictatorial y brutal como el Stalinista fuese tolerado y apoyado en su papel de aliado militar. Pero no podemos negar que lo que el viejo continente es y ha sido en los últimos 70 años, se debe a la voluntad y liderazgo de unos pocos y a la sangre de muchos civiles que tras vestir el uniforme, consideraron que luchaban en una guerra justa por la libertad de los pueblos.
Esos soldados de contingencia que desembarcaron en Normandía, ciudadanos comunes, son los verdaderos protagonistas de la efemérides de hoy. Lejos de sus pueblos y ciudades, pensaban al entrar en combate que luchaban por defender su casa y su forma de vida.
Gracias por mostrarnos que un valiente no es más que un cobarde que se repone ante sus miedos. Gracias por enseñarnos mediante vuestro sacrificio que nada es gratis. Gracias por gritar con el silencio de los ausentes que aún hoy, todo está en peligro.
In memoriam.
POLITICA ES MORAL

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