lunes, 8 de junio de 2015

25 DE MAYO. EL DIA DESPUÉS.


 
Sin preámbulos, estamos debilitados por una crisis que en realidad es y ha sido una traición. Se nos va por el sumidero el sector público que debería garantizar la educación de nuestros hijos y nuestra salud. Los zorros han estado vigilando nuestro gallinero y en nuestro pobre proceder como ciudadanos, seguimos otorgando patentes de corso para que los ladrones sigan medrando…

¿Qué podemos, que debemos  hacer para intervenir políticamente con una verdadera voluntad de cambio que facilite una verdadera mutación del sistema?. Sencillo, actuar de abajo a arriba y no a la inversa. Les hablo, quizás ya lo imaginen, de la política municipal…

¿Cómo  reconocemos realmente eso que llamamos ciudadanía?. La verdad es que debería resultar sencillo, pues si pensamos en los niveles de gobierno, aquel que verdaderamente “puede ver” la realidad de forma directa, cruda y clara es nuestro Ayuntamiento.
Los ciudadanos, perdidos en mensajes vacios y en la falta de propuestas prácticas, necesitan respuestas y soluciones ante el miedo y la incertidumbre que ha generado esta profunda crisis. La política ha de llegar a la trinchera, una trinchera que forma parte de un amplio frente.

El gran enfrentamiento de este conflicto, a pesar de que no se desee observar, se ha de dar a nivel local, se ha de visualizar en nuestros pueblos y ciudades. Aquellas propuestas políticas de nuevo cuño deberán, sin excusas,  dotarse de ideas y de estructuras verdaderamente revolucionarias y al margen de los pecados de los partidos de “representación amplia”. Las formaciones que se postulen para trabajar realmente por y para la ciudadanía deberán plantear la praxis de la verdadera política de la parte al todo y no a la inversa.
Pues es en lo local donde reside la verdadera esperanza de mejora de las personas. Es en el ámbito local donde se pueden realizar cambios observables por la ciudadanía y plantear un modelo socio-económico justo, sostenible y con garantías de futuro. Abriendo los ayuntamientos a los vecinos y facilitando la participación de los mismos en los órganos de representación, podrán reinventarse las instituciones capaces de generar cambios en los entes de gobierno de ámbito superior. Insisto, de la parte al todo y no a la inversa.

O abandonamos las proclamas vacías basadas en el frentismo o poco o nada conseguiremos. La política progresista no puede ser reactiva y tener como valor tan solo la crítica a aquellos que nos han robado recursos y futuro.   Aquellos la cárcel, sin duda,  pero los nuevos activistas sociales, los nuevos garantes de la voluntad popular deberán implicarse en la construcción de modelos competentes a nivel económico y empujar hacia un cambio cultural en aquello que se llamó política democrática. Los cambios serán fácilmente apreciables en la gestión municipal y conseguidos los mismos, facilitarán un sumatorio a nivel general. Insisto, de la parte al todo y no a la inversa.
Lo he comentado en otras ocasiones, un municipio no es una isla. Sin duda vivimos en un mundo globalizado, pero la economía global está relacionada con la gestión local y/o regional ya que en ellas viven “consumidores” que consiguiendo calidad de vida dan sentido a eso que se ha dado en llamar “mercado”. Tan sólo por egoísmo, los poderes fácticos y las políticas extractivas deberán aceptar cambios sistémicos. Hagamos de la supuesta debilidad, virtud. Insisto, de la parte al todo y no a la inversa.

Titulaba este post como el día después. No pretendo hacer dramatismos, pero tras el 24 de mayo, analicé los resultados y pude ver que todo se ha movido, pero tras redecorar el escenario todo parece haber quedado igual. Creo que los indignos del pasado y los nuevos adalides se han vuelto a olvidar que debemos trabajar de la parte al todo y no a la inversa.
Ha llegado el momento de los Ayuntamientos, como creadores de espacio público y de actividad económica con criterio social. La ciudadanía ha de ser  convocada por sus representantes a un activismo por lo común, a un compromiso, en definitiva, con el bienestar de todos.

Tienen ustedes cien días, ni uno más…

POLITICA ES MORAL

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