-Buenas tardes Magister. ¿Qué tal
la cosa por el Levante?
-Este es un viernes jodío. Mucho
lío pero poco relevante que decir.
-No mienta, ¿qué le habría de
pasar a este viernes que no tuviesen otros?. Usted siempre tiene que decir y por
encima de todo que enseñar.
-Favor que me haces. En cualquier
caso eres muy exagerado…
-No, ni mucho menos. Las cosas
son lo que son y punto pelota.
-Vamos a ver… confiésate hijo
mío. Algo sucede, ¿verdad?.
-Pues sí, sucede que no entiendo
a esa gente que se gasta los calostros en cervecicas y marineras, y llegando el
pago de un recibo de cuatro chavos lo devuelve. Hoy no hago un duro de caja y
estoy reclamando pagos de medio pelo a gentes que se creen que las púas no se
pagan.
-¡Pues qué bien!, veo que tienes
por delante un día emocionante. Lo peor amigo mío, es que eso de no pagar,
lejos de ser algo puntual, es norma.
-Desespera uno y queriendo
mantener las formas, se desmanda. Vamos, acaba uno echando fuego por las
quijadas, pero ¿qué puede hacerse?.
-Lo supongo, el hombre es un ser
raro e incomprensible a veces y muy probablemente siempre.
-Yo digo que la gentuza ve que
sus próceres hacen y deshacen sin problemas y ¡coño!, ¡todos al monte!. ¿Me
dirá que no?.
-A ver, la ejemplaridad en los
cargos públicos brilla por su ausencia, pero yo creo que la gente lo haría
igual. Es algo poco entendible, pero siempre ha pasado: cuesta hacerse cargo de
las pequeñas deudas aunque luego, en principio, se dejen los pelos en gastos
mucho mayores sin tantos problemas y al final se quede fatal por minucias.
Supongo que es falta de casta.
-Vale, muy bien, pero veamos,
quizás conviene dejar aquello de que ministros tiene la Iglesia. ¿Alguien
obliga a comprar o contratar esta o aquella cosa?, no. Ergo, ¡copón!,
¡cumplamos!. No sé el lugar en el que radica la solución, pero creo que
este marasmo es sistémico y que se
observa "arriba y abajo". Por poner un ejemplo, se me ocurre la
compra de ese objeto de deseo que llamamos coche: no lo saca uno del
concesionario si este no ha cobrado, ¿es así o no? (pregunta retórica).
Entonces, los plazos de una caldera, la minuta de un profesional, un seguro, el
vencimiento de un préstamo, deberían funcionar igual y punto pelota. Cosa buena
es ayudar a salir adelante a los demás, sabe usted que siempre he considerado
que poner al servicio de familia y amigos los propios recursos es de
obligación, pero pasar por tonto frente a todos los comunes es ya pedir mucho.
-Bueno, por ejemplo, el comprar
coche es, en general, una elección. Se hace por puro disfrute y por contra, el
pago del seguro de ese mismo coche es una imposición y aunque sea una parte
ridícula del coste, no se acepta fácilmente.
-Me cuesta entender la cosa y le
advierto de que se me está hinchando la venilla.
-Sosiego, llevo tiempo
advirtiéndote que andas falto de sosiego. Atiende y cálmate. Esto del choteo
con el dinero es falta de responsabilidad y de reflexión. Por la razón que sea,
no se acaba por asumir como un todo, así que el personal tiende a escaquearse
en cuanto tiene la ocasión. Luego están los morosos profesionales, esos que desde
el principio, su intención es no hacer frente a sus obligaciones y con un par demandan
un servicio sin tener intención de abonar sus costes. Todos hemos tenido o
conocemos experiencias similares y la cosa parece no tener remedio. Así que al
final te encabronas y terminas por decir: pagas por adelantado o ni me siento a
habar contigo o te retengo el trabajo hasta que me abones lo que debes…
-Mire, estoy un poco cansadito de
poner por ejemplo a los quiméricos países del norte, pero copón bendito que
también en esto del pagar son ejemplares. Mi amiga Core de Noruega me explicó
ya hace demasiados años lo siguiente: compras o contratas, se genera factura,
has de pagar en 30 días, existen 15 días de margen en concepto de error
documental y si a los 45 días no has pagado, actúa de oficio un departamento de policial
fiscal y punto pelota. ¿Recuerda lo del taller textil que tuvo mi padre allá
por los años setenta?, bien, pues así cobró trabajos que algún espabilao se
resistía a pagar. El bueno de mi progenitor se acercaba al cuartelillo de la
Guardia Civil, entregaba las letras de cambio y esta cogía –figuradamente- del cuello al moroso y el Señor Don pagaba
por la cuenta que le traía. Manda huevos tener que poner en valor el pasado…
-Eran otros tiempos, pero lo
cierto es que debe ser algo cultural. Recuerdo cuando se emitían talones sin
fondos, aquí lo hacía cualquiera y sin consecuencias, cuando en otros lugares
te enviaban a la cárcel si lo hacías con uno solo.
-Cierto, ¿qué podemos hacer?.
Aquí, en nuestro país, fallan los entes públicos porque, si ellos son los
primeros que no cumplen, ¿cuál es su fuerza moral para imponerlo al común?. El
mayor impago se registra en la administración y esto no es que lo hayan hecho o
lo estén haciendo, canta ya demasiado por ser norma y no ocasión como antes me
ha apuntado.
-Así es, la mayor morosidad y la
mayor demora en los pagos.
-Permítame que regrese a los
países del norte y también a todos los que no son católicos. A años luz de
nuestra tradición del “Dios proveerá”, entienden el dinero como un compromiso y
así actúan. Cultura y ética totalmente distintas, ¿no?, aquí, con dos cojones,
pecamos, nos confesamos y palante.
-Con la Iglesia hemos topado
Sancho…
-Bueno, podrá usted hacer mofa,
pero motivo hay para mentarla. Pues de servir realmente a la bondad del hombre,
no podría prosperar tanto hijo de puta bautizado en la piel de toro.
-Echa freno que te pierdes y
estamos a tocar del fin de semana. Recuerda que las meretrices son gente
honrada.
-Me enmiendo, pues razón le
asiste toda, pero sepa que siguiendo como sigo la actualidad de los ladrones
que se hacen suyos nuestros impuestos y
jodido como voy en mis trabajos y cuitas para ser buen ciudadano, con muchas
ganas les gritaría a todos los ladrones que mis facturas las pague su puta
madre.
-Choto….
-Magister…
POLITICA ES MORAL
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