jueves, 26 de enero de 2017

EL CUCO SE COMIÓ AL CERDO


Estoy seguro de que ustedes han escuchado o leído muchas veces que no todo lo legal es moral. La frase de marras describe una verdad de Perogrullo, pero a mí, cuando me la encuentro, en la mayoría de las ocasiones, me cabrea hasta encenderme como una tea.

Miren, me solivianta por ser una frase corta pero con una carga semántica diríase que insondable: habla de la mafia organizada, habla de la política de nuestro tiempo. ¿Mucho estoy diciendo?, no, ni mucho menos. Me quedo corto de muchas leguas y puestos a recortar camino, les diré que nuestra Democracia está diseñada para engordar barrigas que nunca serán de los griegos y sí de los agamenones, y estos, lejos de mirar por todos, hacen de las leyes sus porqueros y de los ciudadanos sus cerdos.

Miren, tantos corralitos de libre disposición han creado la grata sensación de que los duros llueven del cielo y parece que la bolsa de lo público fue, es y será expoliada para mantener a zánganos que nada aportan a la sociedad más allá de mostrar sus indecentes barrigas. Miren ustedes hacía donde quieran, sea en la popa de un barco o bajando de un coche oficial, los agamenones parasitan la granja y en nombre de no sé qué milongas, se comen las reservas y nos roban la esperanza.

La democracia española nos ha traído la libertad de hacer y deshacer, de pedir y exigir, de disponer lo que haga falta para mantener el chollo y para pillar cacho a mansalva. Tanta administración y pájaros en las ramas, tanto organismo y oficina de control, tanta oficina de recaudación de tasas de utilidad poco contrastada, hacen que el común de los mortales trabaje como un cabrón para no hacer de dos jornales una triste semanada. Muchos se llenan los próceres la boca de apoyar la economía, pero claro, la suya, ni la de ustedes ni la mía.

Verdad es verdad y punto pelota, lo nieguen Agamenón o su porquero. Aquí la cosa es transparente y corresponde poner ejemplos para que nadie se lleve a engaño. Siendo ya una costumbre, les gritaré a tocar de oreja y si no ha de gustarles, peguen un salto y huyan como conejos. La granja está que arde y habiéndose derrocado al laborioso granjero, habrá que denunciar a los ladrones que tan solo ven en la carne la posibilidad de un humeante puchero.

Los sueldos son ahora de miseria, los autónomos viven sin vivir en sus camisas y si por aquello tienen ustedes un poco de patrimonio, vendrán todas las administraciones para robarles un trozo y dejarles despojos. Mucha hiena ansiosa y con camadas extensas, necesitan pillar cacho para tanto cachorro amamantado en privilegios que nunca hubieron de considerar propios.

Tengo yo un amigo cuya vida laboral superó los cincuenta años y sepan que nadie le regaló nada. Su esfuerzo y constancia le dieron lo que obtuvo, pero llegada la hora de retirarse, las sanguijuelas  de Agamenón le siguieron chupando la sangre y el honor. Pobre iluso quien con su trabajo pretenda tener futuro, lean ustedes lo que sigue y notarán muy cierto que si trabajar es un tormento, es infierno en la tierra conseguir salvar lo conseguido cuando las democráticas administraciones se ponen en jaque y entonan el exigente pio-pio de los inútiles pájaros cucos. Sí, los cucos, esos asquerosos bichos que se plantan en tu nido y te matan a los propios pollos.

Bien, les explico que mi respetado amigo vendió el local comercial en el que radicó su negocio y les diré que creó trabajo para una amplia plantilla, pagó impuestos religiosamente (cosa que no hace la Iglesia), facilitó actividad a otras empresas y siempre –el muy iluso- fue decente. Vendió el local por 40.000 € a pesar de que el valor catastral estaba en 57.000 €, pero no tratándose de una propiedad muy bien ubicada, se dió con un canto en los dientes. Toca decir que lo que pareció inicialmente ser una buena noticia, se convirtió en una fuente de bilis envasada.

Esos 40.000 € se vieron grabados con un 17% de transmisión patrimonial (normalmente es un 10%, pero al estar los valores catastrales muy por encima de los de mercado salió ese porcentaje), unos gastos de Notaria y de Registro de la Propiedad del 3% (entre los dos conceptos), un impuesto de plusvalía municipal del 16% (por haber sido propietario del local durante más de veinte años) y por último una repercusión en la declaración de hacienda del 6% de la venta. Bien, un total 16.800 euros de sobre costo impositivo a pagar por comprador y vendedor sobre una transacción inmobiliaria de 40.000 euros.

No hay drama que no tenga su punto cómico y en este caso la cosa no podía ser excepción. Sucedió que cuando se acercó mi estimado amigo a cumplimentar el pago de la plusvalía municipal (les apunto que se trató de un importe de 6.400 €), el funcionario que le atendió le pidió la escritura de propiedad. Dijo el contribuyente que sí, pero el empleado le advirtió que lo que correspondía entregar era una fotocopia de la misma. Haciendo gala de una candidez no propia de su edad, el ciudadano paganini contestó que vale, que le hiciesen la exigida fotocopia y tan amigos. ¿Saben?, le espetaron que nones, que a pesar de tener allí unas impresoras multifunción de mil pares de narices, no podían hacer fotocopias a las personas que iban a hacer gestiones a la oficina de recaudación. Le aconsejaron acercarse a una papelería cercana al Ayuntamiento y se quedaron tan frescos. Mi amigo montó en cólera y pueden creerme, encima se ganó una bronca…

Bueno, dirán ustedes que he cargado contra la función pública y les contesto que no es cierto. Cargo contra los cargos electos que en una lista inacabable se acercan a las ubres de las instituciones para vivir del momio. ¿Sueñan ustedes con montar un negocio?, ¿creen saber el objetivo de su esfuerzo?, pues desengáñense, trabajarán, trabajaremos para unos socios que tan solo aparecerán en su empresa o negocio para recoger los beneficios.

La derecha política calla satisfecha ante este expolio al ciudadano y la izquierda tradicional y la que se autodenomina anti-sistema, también. Como decían en mi pueblo, en total, todos saben que comen del mismo pesebre. Es algo contra natura, asqueroso sin duda, ver como los pájaros cucos devoran a los cerdos.


POLITICA ES MORAL

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