A vueltas con lo justo o injusto de la
realidad que vivimos, poco a poco se nos va poniendo contra las cuerdas.
La ciudadanía poco o nada puede hacer
para defender sus derechos o los de su comunidad. La justicia ha resultado no
ser ciega, tan solo sucede que mira y ve cuando le interesa a sus proxenetas.
Las tasas judiciales nos hacen dispares ante la ley, provocando sin duda y de
forma manifiesta ciudadanos de primera y de segunda clase. Partiendo de esa
premisa no habrá de sorprenderles lo que les describa…
En la actualidad, los juzgados carecen
de papel timbrado y por ello, en las transacciones (acuerdos), siendo lo correcto
entregar un ejemplar del acuerdo a todas las partes implicadas, ahora se
entrega una copia y el resto deben hacerse fuera de las dependencias
judiciales.
En el turno de oficio civil, el procurador que presenta la demanda debe
aportar copia para todas las partes comparecidas ya que el juzgado no le
facilitará el hacerlas. En caso de no
aportarlas (les recuerdo que a los profesionales del turno de oficio les
retribuye la administración), se requiere un plazo para subsanar la falta de
documentación y por tanto se genera un retraso del proceso.
En el caso de tratarse de procedimientos penales del turno de oficio,
procurador o abogado deben llevar papel de su despacho para hacer copia de todo
el expediente. En caso contrario no se dispondrá de este y sin duda resulta
básico e
imprescindible para trabajar el asunto…
Algunos juicios por su naturaleza, han de ser
grabados en vídeo.
Cuando se trata de asuntos privados, resulta normal que el coste lo abone el
cliente. ¿Pero qué sucede en los asuntos del turno de oficio?, pues que el
procurador debe comprar el CD para que su cliente (beneficiario de la justicia
gratuita) pueda disponer de todas las garantías procesales.
La perentoriedad en relación al material de oficina ha provocado, en
ocasiones, que los funcionarios pidan a abogados y procuradores bolígrafos,
cartulinas y fasteners (espirales de
alambre para encuadernar expedientes). También es manifiesta la sempiterna
carencia de tonners (recambios para
fotocopiadoras e impresoras) y que en muchas ocasiones ha provocado que un
juzgado no pueda imprimir. Dice la leyenda, que los funcionarios se esconden
unos a otros el material…
Pero hablemos del activo más valioso de cualquier servicio público: los
funcionarios. Personas como cualquiera, también caen enfermos y por tanto,
pueden estar en “incapacidad temporal”
(mal llamada baja médica). Cuando esto sucede, no son sustituidos por
otros profesionales; por lo que los expedientes que gestiona el funcionario
enfermo quedan paralizados, sin movimiento, el tiempo que dura la baja. Lo
mismo sucede en los periodos de permiso o vacaciones. Algunos juzgados han
intentado repartir el trabajo entre el resto de los empleados, pero dada la ya
sistémica acumulación es más un problema añadido que una solución.
Se preguntarán ustedes que fuentes nutren lo descrito; sencillo, tengo
buenos amigos abogados…
Este país está cayendo en la indignidad se mire por donde se mire. En
relación a la justicia permítanme cerrar con una frase de Monseñor Oscar
Romero: “La justicia es igual a las
serpientes. Sólo muerden a los que están descalzos”.
POLITICA ES MORAL
No hay comentarios:
Publicar un comentario