Al revisar
la historia del siglo XX, observamos que las causas del fascismo se basaron en
cuatro procesos bien definidos:
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La Primera Guerra Mundial expulsó de la burguesía a
grandes masas.
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La crisis económica de 1929 provocó la miseria en
grandes masas.
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Los beneficios de la clase capitalista se pararon.
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La debilitación de las clases se agudizó (burguesía y
clase obrera).
Al revisar
la actualidad del siglo XXI, clonamos análisis:
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La “Guerra Total Económica” expulsa de la burguesía a
grandes masas.
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La crisis económica del primer decenio provoca la
miseria en grandes masas.
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Los beneficios de la clase capitalista se han
detenido.
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La debilitación de las clases se ha agudizado (burguesía
y clase obrera).
Realizada la
comparación, sencillo resulta prever las derivadas…
En un
sistema político, económico y social como el actual, o se da la aparición
mesiánica de un “salvador” o las masas se coordinan para reconducir la
situación. Esto último resulta harto complicado atendiendo a la “naturaleza”
del llamado ciudadano moderno. El individualismo forma parte del Adn social y
el concepto “interés común” no va más allá de compartir modelo de coche,
teléfono u otros símbolos de cohesión estética. Así pues,
nos encontramos en peligro, será un golpe dogmático y duro, dirigido por unos
pocos, el que facilitará una salida…
A cambio de
tener un plato de lentejas en la mesa, pagaremos con la tan cacareada y
denostada libertad. Se proclamará un Estado unido y fuerte que afirmará ser
cura a una “dictadura democrática” traidora al interés común. La doctrina del “orden
nuevo” resaltará los pecados de la democracia y de la “falsa” representación
parlamentaria. Se ha
abusado tanto que nuestro régimen de libertades no es nada más que alfalfa para
conejos a los que se ha engordado para meterlos en la olla…
Triste final
para otra época de oportunidad. Los ciudadanos ya han perdido el criterio, ya
no desean más que sobrevivir. Cambiarán el ser “libres” por la severidad de
atender cada día la subsistencia de sus familias.
Dame pan y
dime tonto…
POLITICA ES MORAL
Jorge Agustín Nicolás Ruiz de Santayana (1863-1952) dijo “El pueblo que olvida su historia está condenado a repetirla”. Muy posiblemente el hueco dejado por el olvido lo llenen mesías y dictadores (particularmente me quedo con los primeros aunque desgraciadamente la humanidad tienda a crucificarlos), pero yo prefiero recordar y recomendar este blog a los afectados por la falta de criterio, de ideología y de valor para luchar por lo que lucharon nuestros padres, para que no vuelvan los dictadores y los mesías se animen a actuar sin miedo a que peligre su vida.
ResponderEliminar¿Realmente creees que tan vacíos estamos los humanos por dentro que con un chusco ya nos sentimos satisfechos? Podría ser, porque, para algunos cuantos, el dicho es “quítame el pan y llámame tonto”, porque por puñaladas que les den no se mueven. He leído en un blog que la frase de Santayana está escrita en la entrada del bloque número 4 del campo de Auschwitz I. No he podido contrastarlo con fuentes fiables pero tomen nota.