martes, 26 de junio de 2012

BRUTE, FILI MI (La Puñetera Nación).



"El debate territorial en el Estado Español no se cerrará nunca porque no nace de una necesidad de la sociedad, si no de una voluntad calculada de los políticos".

LA PUÑETERA NACIÓN

No pretendo ser mal educado, pero hay cosas que por su gravedad hay que decirlas con toda la crudeza, no por sacar a nadie de su mundo pues ya no son dueños de si mismos, si más bien con la esperanza de que alguno se lo piensen antes de entrar en según que territorios…

Si critico al nacionalismo poniéndolo a la alzada del chicle (da de comer a quien lo fabrica y engaña el estomago de quien lo consume) alguien desde el centralismo político o progresista me dirá: “aunque tú no creas en la nación, el nacionalismo merece tanto respeto como cualquier otra ideología”.

Bueno, puede que ese alguien tenga razón, podría llegar a pensar que el respetarlo como una opción política no hace daño a nadie, después de todo a nadie le gusta que le digan sin rodeos que su nación es una estúpida basura ilusoria y una fuerza carente de sentido que puede ser peligrosa para la humanidad. Que lo que muchos llaman “su nación o pueblo” no es nada más que el deseo de pertenencia a algo o a alguien que nos anula como personas, pasando a pertenecer a un ente superior hasta el punto de tener que dar la vida por ello en caso de exigírnosla 

Y es que las convicciones más firmes de un nacionalista, son una camisa de fuerza para el resto de seres humanos a los que nos resbala su idolatrada nación, sus historias manipuladas y sus parafernalias patrioteras. … y eso ya es suficiente razón para cabrear a cualquier persona que aspire a seguir alcanzando cotas de libertad (la libertad, otro tema para aclarar…). 

Aun así podría esforzarme en sentir un poco de respeto por el nacionalismo, lo he intentado, pero me siento impotente, cuando hablo con los nacionalistas he de hacer grandes esfuerzos fingiendo interés por sus ñoños sentimientos de identidad que me producen vomitera. En cualquier momento puede llegar un progre profesional al cual le repugna tanto como a mi esta forma de manipulación similar a la de la iglesia, y ponerme a parir con su hipócrita multiculturalidad, incluso he llegado a plantearme si pudiera ser una deformación de mis sentimientos, pero por suerte sé cuando mis sentimientos están siendo manipulados y más con cosas tan poco tangible como es dios o la nación. 

Mi materialista razonamiento me dice que no hay nada que justifique el respeto al nacionalismo, se han ganado a pulso mi risa descarada, verlos tan ridículos en el Valle de los Caídos o en la ofrenda floral a Rafael de Casanovas, así como las procesiones de patriotas vascos al monte tal-okual, siempre el mismísimo y ridículo discurso, acojonando a la gente con: o nos hacemos fuertes  o los otros nacionalistas se comerán a todos los habitantes de ese territorio con patatas y cebolla (jajajaja) algo así como el coco para los niños o el diablo para el devoto. 

Francamente, el hecho de que el nacionalismo reciba tan pocos insultos es solo atribuible a la tolerancia y moderación del resto de la población que los mira como algo esperpéntico y pintoresco y a que reciben mucha más educación de la que ellos procesan cuando no conciben que no eres como ellos si no les das la razón, acusándote de nacionalista “de la otra nación”.

Mira nacionalista. Tu fe es un chiste, tu nación igual, tu pretender alinearme con millones de personas desconocidas que ocupan un determinado territorio, diciendo que compartimos no sé que leche de sentimientos, es una farsa. Por mis orígenes andaluces no pretendas alinearme con los chorizos de la junta de Andalucía, máximos exponentes de “el pueblo andaluz”, por mis orígenes catalanes no pretendas alinearme con los mafiosos de la Generalitat por muy representativos que se autoproclamen.

Tu nacionalista, me puedes decir que sentir a tu nación es lo más grande que un ser puede sentir, pero que para eso se ha de ser un patriota y sentir como un patriota, lo que yo creo que eso ocurre cuando anulan tus facultades criticas y te quedas en la inopia creyendo en una sarta de estupideces fascistas sobre tu heroica misión en la tierra y tu puñetera nación, esa misma tierra con la que especularán los que mueven los hilos de tu idiotez. 

Tu nacionalista, te has tragado que el sentimiento nacional trasciende lo racional, justo lo que desean los que manipulan tus sentimientos, así no han de dar razones racionales sobre su comportamiento, situándose en un impreciso estado superior más profundo de la simple razón que es cruda y delatora. 


A ti nacionalistas te han capado mentalmente para entender que cuando un dirigente tuyo habla de “la razón en la acción política y el sentimiento nacional”, seas capaz de entender lo que está diciendo. El sentimiento anula la razón, huye de la razón porque la razón amenaza su cómoda burbuja de lo irracional.

A ti nacionalista te han modelado para tener una serie de creencias, si se cuestionan, en tu capacidad para reafirmarte en ellas estará tu virtud, pero… ¿qué precio has de pagar por esa virtud?. Te han convencido para idolatrar a la nación, es tu forma de ser feliz. ¿Cómo sucedió eso, que llegas a adorar algo que eres incapaz de entender definido solo por deseos de pertenencia a algo que muchos no queremos pertenecer y que tú te empeñas en englobarnos dentro?,. Tu pensamiento, tu palabra, tu yo, ya no son tuyos.

En definitiva, nacionalista, eres tonto hasta el punto de ser un peligro para la sociedad, siendo fácilmente manipulable para hacer daño por los que se trajinan a tu adorada nación y es por todo esto que la sociedad no te debe ningún respeto.

BRUTUS

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