El poder impregna
de indiferencia todo lo que no es poder . Enrique
Tierno Galván
Escribir no siempre
resulta grato. Escribir es casi una actividad de riesgo, no por atentar contra
aquellos que leernos puedan, sino por obligarnos a repasar lo que al escribir
pensamos.
Hace unos días
disfruté de un agradable retiro en una localidad de la Costa Brava catalana.
Compartí mesa y conversación con verdaderos catalanes, vamos, de los de pura
raza. Ríanse ustedes de los “ocho
apellidos vascos” que titulan la exitosa película que ironiza sobre las
relaciones “norte-sur”.
Implicados en
actividades profesionales o de empresa, a niveles que ni oler puedo, se
avinieron a conversar con un intruso que a todas luces, les aportaba novedosa
distracción fruto de lo extraño que resultaba el tenerle “tan cerca”. Y fueron
horas de aprender y de aprenderse, pueden creerme...
Huelga decir que es
de obligado cumplimiento abrirse a todo y a todos, que todo debe respetarse y
ser entendido aunque no podamos compartirlo, pero al final de todo buenismo
debe aparecer la voluntad de no parecer idiota. Es en el momento de la
desvergüenza cuando, sin dudar, debemos verbalizar un “basta”. Muchos bastas
debieron pronunciarse y ninguno fue oido ni escuchado, pues era yo solo el que
hubiese podido llevar el recado. Oir y callar, hablé cuando se me preguntó y
pretendiendo no parar sus sinceras confesiones, opté por divertirles y tirar de
los sedales que creí ver engarzados con brillantes anzuelos en sus educadas
bocas.
A las cosas por su
nombre y tonterias las justas, la mayoria de la élite de este pais llamado
Cataluña no cree ni por un instante en el gran proyecto nacional. El verdadero
poder económico lleva a la anécdota la esperanza de una mayoria ciudadana que
se precipita a una independencia que supuestamente le ha de deparar mejoras
socio-económicas y el control de su futuro. La burguesia de rancio abolengo
observa condescendiente como sus
cachorros enarbolan banderas esteladas, pero sabe que a poco tardar, con sus iguales
del Barrio de Salamanca se sentará a pactar. Pactará no cuestiones nacionales,
pactará como siempre ha sido, pactará como hacer que los dineros sigan donde
estaban y que a ser posible crezcan mucho más...
A precio de parecer
iluso, no dejé de sorprenderme durante todas sus reflexiones. Nada parecía ser
válido, todos los partidos implicados en el proceso de autodeterminación eran
considerados poco más que clowns en el circo que en este momento “ha llegado a
su pueblo”. No se trata de convicciones identitarias, pues quedó meridianamente
claro que para mis anfitriones y sus amigos, la ideologia es una herramienta de
dominio para defender los intereses de clase.
Permítanme hacer
mención de la manifestación del 1º de
mayo. Al regresar hacia casa pasé junto al monumento que en la intersección de
Via Layetana y la calle Jonqueras recuerda a Francesc Cambó. Algún
descontrolado habia vertido un bote de pintura sobre la estatua, capté la
imagen y esta acompaña a este escrito. No comparto el vandalismo y siempre defiendo
que la memória histórica debe permitir el recordarlo todo, sin excepción.
Cambó, uno de los padres de la Patria bandeó de una posición nacionalista a
otra de apoyo al sublevado Gobierno de Burgos, no podia aceptar un régimen
comunista de ganar la República la Guerra Civil.
Puestos a elegir,
los intereses de clase se impusieron a los supuestos derechos de Cataluña. Los “cambós”
de entonces y de ahora pueden ser agredidos con pintura pero nunca se
manchan...
Quizás mi
entendimiento no de mucho de sí, pero en el proceso hacía la independencia de
Escocia, lo primero que sus promotores presentaron fue el texto titulado
"El futuro de Escocia. Su guía para una Escocia independiente". A
favor o en contra, todo escocés puede dar respuesta a sus inquietudes para el
dia despues tras la secesión del Reino Unido. Aquí, pese a mi sincero interés,
mucho escucho para no entender nada. Perdónenme pero aquí ,en realidad, parece
que los verdaderos tripulantes no quieren llegar a puerto.
POLITICA ES MORAL