Mientas Benedicto XVI ha expulsado del portal
de Belén a la mula y al buey, otros padres de la iglesia han puesto en marcha
soluciones para aquellas familias que se encuentran en riesgo de exclusión.
En estas fechas navideñas, extrañas por su
tristeza, pareciera que se ha obrado un milagro y la esperanza existe fuera de
la película “¡Qué bello es vivir!” del genial Frank Capra. Ha sido la ciudad de
Lérida el lugar donde la fe se recupera, donde las palabras toman consistencia.
En la lengua oficial vaticana “factum non verbum” (hechos, no palabras)…
Joan Piris, Obispo de la Diócesis leridana,
ha aportado una tenue luz a una oscuridad que se cierne día a día sobre el
ánimo de muchas personas, sean estas creyentes o no. Ha cedido el edificio del antiguo seminario
para dar cobijo a personas desahuciadas. Cierto es que serán necesarias
reformas para acondicionar una construcción vieja y carente de muchas
comodidades básicas, pero a poco que la sociedad se movilice, se conseguirá
llegar a una solución dentro de un mar de problemas.
No pretendo que ustedes comprendan mi alegría
frente a la posición adoptada por el Obispo Piris, pero para alguien a quien le
resulta difícil mantener la fe,
contraponer la farisea actitud de la Iglesia de Monseñor Rouco Varela al
voluntarismo social de la propuesta leridana, es una oportunidad de recuperar la
esperanza y esbozar una sonrisa…
Mientras el Presidente de la Conferencia Episcopal
Española apela a la paciencia, la calma y la resignación cristiana ante la amarga
realidad de la crisis económica, otros actores religiosos como Caritas, muchos
párrocos de ciudades y pueblos o el
propio Obispo Piris bajan del púlpito y recuerdan su sagrado compromiso de
servir a la fe, pero entendiendo que esta sólo puede experimentarse en la
dignidad del hombre.
Volviendo a las reformas necesarias en el seminario que deberá tornarse en hogar de
muchos ciudadanos necesitados, y a precio de ser demagogo, he recordado el Museo
Catedralicio de Burgos. El fondo artístico es abrumador y de valor
incalculable, me gustaría indicar que con la venta de uno de los cálices de
plata de Benvenuto Cellini expuestos en la Catedral, se cubrirían sobradamente
las obras.
POLITICA ES MORAL