domingo, 14 de octubre de 2012

POLITICA EXTRACTIVA. EL VALOR DE LOS VOTOS.




Hasta en las democracias más puras, como los Estados Unidos y Suiza una minoría privilegiada detenta el poder contra la mayoría esclavizada. Mijail Bakunin

De conocer a algún cargo electo, hagan ustedes la prueba y pregúntele cual fue el motivo por el que se decidió a entrar en política. La respuesta, siempre, siempre será la misma: “para servir al bien común, especialmente a aquellos ciudadanos que más lo necesiten”. Hermosa respuesta, de veras…
 
La evolución de las democracias occidentales (también la española), demuestra de forma inapelable que la realidad es diametralmente opuesta a las “buenas intenciones” que un debutante político tiene o debe tener al inicio de su “carrera”. La realidad es que los políticos se han convertido en una “élite extractiva” en paralelo a las económicas y financieras. Con la realidad de la crisis que nos golpea, queda patente que la actual democracia procura captar las rentas generadas por la mayoría social en beneficio de unos pocos…
 
En el libro “Por qué fracasan los países”, sus autores, Daren Acemoglu y James Robinson establecen que la “clase política” ha construido un entramado dedicado a convertir votos en rendimientos económicos, “extraídos” del ciudadano y del sector privado para mantenerse a costa del contribuyente. Les recomiendo su lectura.
 
Es muy probable que ante lo expuesto muchos lectores, seguramente con razón, afirmarán que también existen políticos decentes. Comparto la tesis. Pero cada día conocemos realidades que nos demuestran que las excepciones confirma la regla…
 
En un momento de necesidades sociales extremas, las estructuras partidistas mantienen a toda costa órganos de gestión en paralelo a las verdaderas estructuras de gobierno. Estos “ocupan” a sus acólitos y les permiten mantener unas redes clientelistas que les garantizan, a pesar de las alternancias electorales, mantener poder e ingresos.Los ciudadanos españoles desacreditan a sus políticos, aseverando que estos están al servicio de ellos mismos y que la ciudadanía no parece formar parte de sus intereses. Mantener privilegios parece ser todo lo que subyace de cualquier programa político en la actualidad…
 
Creo firmemente que los políticos deben estar adecuadamente retribuidos, no en balde se les supone una gran responsabilidad y si se me permite, también es una fórmula que puede reducir la posibilidad de que se aprovechen del cargo que ocupan en beneficio propio. Sin embargo, también creo que muchos electos no acceden a la gestión de gobierno por méritos profesionales contrastados, sino por otras vías propias de las estructuras de partido.
 
Los profesionales deberían hacer política, la política no debería ser una profesión. De no ser así, lo más fácil es venderse, sobre todo cuando se ha obtenido un status social al que no se puede renunciar.
 
En palabras de Winston Churchill, “la Democracia es el menos malo de los sistemas  políticos”. Precisamente su evidente imperfección requiere de una revisión constante, no debemos olvidarlo. Una democracia enferma puede acabar necesitando tratarse con la medicina de la tiranía y créanme, su sabor siempre resulta amargo…

POLITICA ES MORAL

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